El Ex-convento de San Bernardino de Siena fue fundado al
cuidado de Fray Francisco de Torantos y tomó su patronato Antonio Verru Bravo,
quien no pudo terminarlo por falta de dinero, lo que se logró con limosnas que
para el efecto recolectaron Fray Diego de San Pedro, Fray Francisco de Virello
y Fray Francisco de Torantos, el cual era el padre prior de dicho Convento y en
cuyo priorato se suscitó el hecho tan extraño de la misteriosa llegada de la imagen
del Cristo del Santo Entierro a ese Convento.
Dice la leyenda que en una noche clara y cálida de la
estación primaveral, cuando los Frailes dormían tranquilamente después de un
día de arduas labores, interrumpió de repente la quietud de la noche una serie de
golpes dados con suma desesperación en la puerta del Convento, al punto que levantándose
presurosos los Frailes creyendo que se trataba de un caso de importancia, como
que algún fiel necesitara de ellos; pero cuál sería su sorpresa al abrir la
puerta cuando no encontraron persona alguna y sólo estaba una mula que cargaba
un voluminoso bulto.
Trataron de encontrar al dueño creyéndolo en las cercanías,
pero al no encontrarlo, decidieron albergar por esa noche a la mula de tan
extraña procedencia.
Después de introducir a la mula al patio del Convento (hoy
escuela Juan Ruiz de Alarcón.) Se retiraron nuevamente a su tranquilo reposo en
espera que al día siguiente se presentara el dueño a reclamar su animal y su
pesado bulto. A la mañana siguiente, el hermano portero decidió llevar un poco
de alfalfa y agua a la mula, pero mayor fue su asombro al encontrarse con que
el animal había desaparecido, al instante corrió a dar aviso al padre superior,
mismo que fue a verificar si el bulto también hubiese desaparecido, pero ante
la expectación de todos, el bulto ahí estaba.
Al pasar algunos días, ninguna persona se presentaba a
buscarlo y los Frailes impacientes decidieron abrirlo para investigar su
contenido, cuidadosamente fue abierto, una gran sorpresa se llevaron al ver que
el empaque guardaba un crucifijo, una bella escultura con goznes que le permitían
mover los brazos, hombros, rodillas y cuello.
Otro aspecto milagroso de este acontecimiento fue que sólo
faltaban siete días para la celebración de la Semana Santa, y esta imagen
sirvió a los Frailes para la celebración de la Crucifixión y Santo Entierro. Se
hizo una investigación para saber si alguna caravana había pasado por ese
lugar, y que la mula con esta escultura se hubiera desviado, pero no se
encontró ninguna cerca, por lo que la procedencia del animal, aún está en él
misterio.
Esta imagen es actualmente muy venerada por el pueblo
taxqueño, y se encuentra en el sitio en donde llegó: el Convento de San
Bernardino. Y en nuestros días, al morir la tarde de los tristes Viernes
Santos, esta preciosa imagen de Cristo es sacada en Procesión por el pueblo
devoto y creyente de Taxco. Esta procesión del Santo Entierro, es una de las
más impresionantes de las que se efectúan en las torcidas calles del Taxco
colonial.
El Cristo del Santo Entierro es colocado en una hermosa urna
que donó la anciana devota Doña Félix Ramos (viuda de Gutiérrez) y va en
hombros de doce personas vestidas de negro y descalzas, pertenecientes a su
cofradía. Por el decir de estos cargadores del Santo Entierro, terminan
cansadísimos y muy fatigados por el peso.
Este convento desempeñó durante el periodo de la
independencia de México una gran misión histórica, ya que en el interior de su
recinto se celebraron las juntas preliminares tendientes a obtener la
Independencia de Nuestra Patria, tomando parte muy activa el guardián del mismo
Convento, fray Agustín de León de Leal y los demás frailes que estaban bajo su
custodia. Estando en este convento, el general realista don Agustín de Iturbide
y fray Agustín de León de Leal quien persuadió al general a deponer su actitud ante
la causa de la Independencia de la Nueva España; ante la lucha que sostenía el
general Vicente Guerrero Saldaña dando por resultado el famoso Abrazo de
Acatempan entre ambos generales. Este pacto fue el 10 de enero de 1821. Con
este hecho se dio por terminada la lucha bélica, dando a México un gobierno
independiente.
En uno de los muros exteriores del templo existe grabada una
placa relativa a este hecho y que el H. Ayuntamiento de 1921 mandó colocar. El
lugar y la construcción del Convento son de estilo colonial y fue fundado por
los padres Dieguinos quienes llegaron a México en 1580.
Visita: www.taxcolandia.com
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