viernes, 27 de marzo de 2015

La Colina de las Cruces de Lituania


A unos 13 km de Šiauliai, la cuarta ciudad más grande de Lituania se levanta un lugar cuanto menos sorprendente, y su nombre se lo ha ganado con justicia: La Colina de las Cruces.

La colina de las cruces de Lituania es un cerro que cuenta con 50.000 de esos elementos. A pesar de la gran cantidad de cruces presentes, no se trata de un cementerio. Una creencia popular establece que aquel que deje una cruz en lo alto de la cima, tendrá éxito. Hoy en día este lugar está envuelto en el misterio y la leyenda.


La ciudad fue fundada en 1236 como un puesto de defensa para evitar los asaltos de los Caballeros Teutónicos en el norte del país, sin embargo, no conseguirían frenarlos y la Orden controló el lugar durante todo el siglo XIV. Algunas fuentes afirman que  la colocación de las primeras cruces  en las inmediaciones de la colina data de este periodo. Pronto se convertiría en una tradición usada como símbolo de desafío ante el invasor. Los años fueron pasando y el Catolicismo Lituano se sirvió del lugar para utilizarlo también como emblema ante la opresión.


Un salto en el tiempo nos lleva hasta finales del siglo XVIII, entonces la República de las Dos Naciones se dividía una vez más. Inicialmente estaba formada por la unión del Reino de Polonia y el Grand Ducado de Lituania, no seguía las fronteras de los países como los conocemos actualmente, ocupaba también Bielorrusia, parte de Ucrania, Estonia, Letonia, etc. En su momento de máximo esplendor, sus territorios comprendían casi 1 millón de km cuadrados y en esta extensión vivían más de 11 millones de habitantes. Sin embargo, también conoció momentos de flaqueza, fue entonces cuando el enemigo se echó encima dividiendo sus tierras, hasta tres se pueden contar las veces que se modificaron sus fronteras, y fue en la tercera cuando Rusia se adueñó de Lituania hasta el río Niemen.


Hubo levantamientos armados contra los rusos en 1831 (Revolución de los Cadetes) y en 1863. Los resultados fueron insatisfactorios, pero además de eso, los familiares no encontraron los cuerpos de los fallecidos. Al no poder darles sepultura utilizaron la colina de forma simbólica como un improvisado cementerio. El número de cruces empezaba a crecer, en 1895 había 150 grandes cruces. Tras la Primera Guerra Mundial (los alemanes ocuparon el país durante tres años) la colina se había convertido en un lugar para rezar por las víctimas, la paz y el país, un país que como vemos sufrió las bajadas y subidas de la marea bélica que inundó Europa en el siglo XX.

No pasarían muchos años hasta que el peligro vino por Oriente, los rusos antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial habían tomado posiciones. En 1940, acorde con lo firmado en el pacto de no agresión entre Alemania y la Unión Soviética (Pacto Ribbentrop-Mólotov), los rusos movieron sus ejércitos invadiendo Lituania entre otros países. Los alemanes en pleno conflicto recuperaron el territorio y al final de la guerra volvió a las manos de Stalin como la República Socialista Soviética de Lituania.


En esos años la Colina de las Cruces ya contaba con 400 rodeadas de miles de pequeñas cruces. A los soviéticos parece que no les gustó mucho la idea e hicieron lo imposible para borrar el lugar del mapa. Intentaron nivelar la colina en varias ocasiones, arrasaron con todo quemando o convirtiendo las cruces en chatarra, incluso aguas residuales y desechos se convirtieron comunes en la colina. La vigilancia se hizo intensiva y se llegó al punto de querer construir una presa en las cercanías usando el río Kulvė para sumergir para siempre el sagrado lugar.


Sin embargo, nuca se imaginarian los rusos que todas sus profanaciones no servirian de mucho. En el momento que “se despistaban” y aprovechando la oscuridad de la noche, las cruces empezaban a nacer de nuevo en la colina volviendo a demostrar su significado original.
Con la caida del régimen comunista, el número de cruces comenzó a crecer hasta llegar a convertirse en lo que es hoy, algo así, como la meca de Lituania, un lugar de peregrinaje donde poder dejar testimonio por un familiar, un amigo, etc.
Se estima que ya en 1990 alrededor de 50.000 cruces adornaban la colina. En esa década pasó por aquí el Papa Juan Pablo II y bedijo desde aquí a la nueva Lituania y la nueva era para la Europa post soviética. Los años pasaron y hoy por hoy más de 100.000 cruces grandes, pequeñas, de madera, de metal, etc. se amontonan unas sobre otras formando una imagen única. Rosarios, estatuas, fotografías y todo tipo de objetos completan la estampa que atrae a un número considerable de peregrinos cada año.


Uno de los riesgo que corren lugares como éste es la invasión turística. Ya se pueden ver en los alrededores incluso puestos donde venden los típicos souvenirs o las cruces para que hagas tu aportación a la obra. Sin duda la colina sigue conservando toda su magia y si tienes suerte y no hay demasiada gente, si se levanta algo de viento, con el sonido de las cruces podrás disfrutar de una melodía que evoca esa soledad que caracteriza a la colina.
Si pretendes visitar Lituania o su país vecino Letonia (la Colina de las Cruces se encuentra muy cerca de la frontera) no dudes en visitar este fantástico lugar.

FUENTES: http://www.historiasdeleste.com/  http://diario.apps.tadevel.com/

jueves, 26 de marzo de 2015

La Isla de las Serpientes


La isla de las serpientes, Brasil, es una de las más peligrosas y famosas del planeta. En ella hay una serpiente por cada metro cuadrado. Se trata de la víbora barba amarilla, una de las serpientes más venenosas del mundo. Actualmente la isla se encuentra deshabitada.

Se llama Queimada Grande y —por razones evidentes— es más conocida como “isla de las cobras” o “isla de las serpientes”; pero los detalles por los que estos 110 acres de tierra en la costa de São Paulo llevan este apodo hacen la historia aún más escalofriante.

Este es el hogar de una de las serpientes más venenosas del mundo, una especie de víbora llamada Bothrops insularis, comúnmente conocida como jararaca ilhoa o punta de lanza dorada (Golden Lancehead) por el color marrón amarillento claro de su parte inferior y la forma de la cabeza característicos del género Bothrops.


Como la B. insularis sólo se encuentra en una zona deshabitada por seres humanos, no existen informes oficiales de cuántas personas han sido mordidas por ella, pero se sabe que las Bothrops son responsables de más muertes en el continente americano que cualquier otra familia de serpientes venenosas.

El veneno de este reptil endémico de Queimada Grande, a solo 35 Km del litoral brasileño, es de tres a cinco veces más potente que el de los de tierra firme. Por eso, y por su alto nivel de población (¡una serpiente por metro cuadrado!), las autoridades brasileñas prohibieron el acceso a la isla, con la única excepción de algunos grupos de científicos y la Marina Nacional que son los encargados de mantener el faro. Estas serpientes crecen más de 18 pulgadas y su mordedura es tan violenta que llega a necrosar el tejido muscular, además de provocar otros efectos como náuseas y vómitos, sangrado intestinal, insuficiencia renal y hemorragia en el cerebro.


Aunque en Queimada Grande viven actualmente entre 2,000 y 4,000 víboras —una de las mayores densidades de serpientes— en realidad la jararaca ilhoa está en peligro de extinción. Al no existir en ninguna otra parte del mundo y estar todas concentradas en esta isla pequeña, el riesgo de endogamia es alta; como lo es también el peligro de muerte masiva a causa de incendios forestales. De hecho, una vez se intentó extinguirlas de esta manera, con la esperanza de utilizar la isla para el cultivo del banano, pero obviamente no funcionó. 


La especie se alimenta principalmente de aves migratorias que hacen en Queimada Grande una mortal parada de descanso, aunque fenómenos naturales como la elevación del nivel del mar o cualquier cambio en los hábitos de las aves podrían significar un desastre para los reptiles más venenosos del mundo.

Estudios recientes han demostrado que el veneno de la Bothrops insularis podría tener un potencial uso médico en seres humanos, lo que hace aún más importante la protección de esta exclusiva especie.

FUENTES: https://es-us.noticias.yahoo.com  http://diario.apps.tadevel.com/

miércoles, 25 de marzo de 2015

El Osario de Sedlec


El Osario de Sedlec es una pequeña capilla católica situada bajo la Iglesia del Cementerio de Todos los Santos, en Sedlec, República Checa. En esta macabra construcción se encuentra uno de los más escalofriantes osarios del mundo, que contiene entre 40.000 y 70.000 esqueletos humanos, colocados artísticamente para formar la decoración y el mobiliario de la capilla. Lo "artístico" de su decoración se debe a la necesidad de organizar los huesos desenterrados en las obras de remodelación del cementerio.


En 1870, František Rint, un tallista de madera, fue contratado por la familia Schwarzenberg para poner los montones de huesos que se acumulaban en la capilla en orden. Los macabros resultados de su trabajo hablan por sí solos...


Una enorme lámpara de araña, que contiene al menos una unidad de todos los huesos que forman el cuerpo humano, cuelga del centro del nave junto a las guirnaldas de cráneos que cubren las bóvedas. Otros trabajos incluyen custodias flanqueando el altar, un gran escudo de armas de los Schwarzenberg, y la firma del maestro Rint, también hecha de huesos y situada en la pared junto a la entrada.


Un Cementerio demasiado Concurrido

Corría el año 1278 cuando se envío al abad del monasterio, de la Orden del Císter de Sedlec, a la Tierra Santa por petición del rey Ottokar II de Bohemia. Cuando el abad regresó trajo consigo una pequeña cantidad de tierra santa que había recogido de la Golgotha, lugar donde se dice nació Jesucristo. Roció esta tierra en el cementerio de la abadía. Este hecho al ser conocido propició que miles de personas quisieran ser enterradas en este santo lugar.


El cementerio tuvo que ser ampliado en varias ocasiones para poder acoger tantos cuerpos. A mediados del siglo XIV, la Peste Negra y las Guerras Usitas trajeron consigo miles de nuevos cadáveres y en consecuencia la necesidad de ampliar una vez mas.

Aproximadamente en el año 1400 fue construida una iglesia gótica en el centro del cementerio. La iglesia poseía una bóveda en un nivel superior y una capilla en el sótano que se habilitó como un osario, donde se acumularon los huesos de todos los cuerpos desenterrados en las obras y algunos retirados para hacer nuevo espacio en el cementerio.

FUENTE: http://www.escalofrio.com/

martes, 24 de marzo de 2015

Mercado fetiches Vudú de Akodessewa


El Mercado de Togo Akodessewa Fetiche (en Africa) es reconocido como el mayor mercado de fetiche en el mundo, un lugar donde los practicantes del vudú pueden encontrar cualquier cosa que necesiten para sus rituales, hechizos y demás.

Esta  religión que se originó a partir de las creencias que poseían los pueblos que fueron trasladados como esclavos desde el África Occidental, del contacto de estas creencias con la religión cristiana propia de los países a donde fueron trasladados, y es posible que esté influido parcialmente por supervivencias del politeísmo céltico.


Se trata de una variante teísta de un sistema animista, provisto de un fuerte componente mágico. Por su vinculación directa con la cosmología y los sistemas de creencias neolíticos, su estudio resulta de gran interés en el campo de la paleoantropología. El vudú se encuentra entre las religiones más antiguas del mundo. 

El tráfico de esclavos hacia América produjo un fuerte fenómeno de sincretismo entre esta compleja y bien esquematizada mitología yoruba (junto a las de otras culturas africanas) y las creencias cristianas, así como con las religiones nativas de los lugares a donde se transportó a los esclavos. De aquí surgiría el vudú haitiano y un gran número de derivativos: la Regla de Ocha o Santería en Cuba, la Santería en República Dominicana, el Candomblé, la Umbanda y Kimbanda en Brasil, así como las manifestaciones africanistas en Puerto Rico y los demás países del área del Caribe, etcétera. Algunos de estos derivativos han llegado a Europa en décadas recientes, sobre todo de la mano de emigrantes retornados.


Este amplio mercado es un lugar donde los sacerdotes del vudú pueden abastecerse de los suministros espeluznante, que es el mercado Fetiche Akodessewa, en la ciudad capital de Togo, Lomé.  Sólo pensar en ello como una farmacia al aire libre en distintas partes de animales, húesos tanto de animales como de humanos, cabezas disecadas, craneos y demás artículos necesarios para la magia negra y el vudú.


Dejamos esta tétrica galería para conocer, una vez más, otro rincón extraño del planeta:
DriedLizard
Camaleones secos como amuletos contra malos augurios (Foto: AnneTrent)
HairAndHorns
Diversas cornamentas, cráneos y cabezas para su venta (Foto: AnneTrent)
HipposAndHorns
Cráneos de hipopótamos adornan las mesas de madera (Foto: AnneTrent)
MonkeyHeads
Las cabezas de simios son de lo más popular para evitar maldiciones voodoo (Foto: AnneTrent)
Skulls
Pieles de diversas especies y cabezas de cocodrilos forman parte de la atracción (Foto: AnneTrent)
CheetaHead
Cabezas de guepardos para protegerse de los malos espíritus (Foto: AnneTrent)


kodessewa, situada a 8 km de Lomé, puedes visitar el impresionante Mercado de los Hechiceros que propone a la clientela toda la panoplia del hechicero perfecto, con pociones, amuletos, cráneos, polvos y órganos de animales utilizados en la medicina tradicional. Cuidado con este mercado, ya que suele ser un "atrapaturistas".

FUENTES: http://panteondejuda.blogspot.mx/   http://escapandodelacaverna.com/   http://www.easyviajar.com/

lunes, 23 de marzo de 2015

Las pirámides de China


A finales de la II Guerra Mundial el piloto de la US Air Force James Gaussman realizaba una misión de abastecimiento de víveres y provisiones a fuerzas del ejército chino. Pero el motor de su aparato empezó a tener problemas mecánicos que aconsejaron regresar a su base en Assam (Norte de la India). Para mayor seguridad y tras corregir el rumbo, el avión de James Gaussman hizo el viaje de regreso a baja altitud. Después de sobrepasar la ciudad de Xi’an y con rumbo Sur-Oeste, apareció ante su vista una gigantesca pirámide. Gaussman no salía de su asombro, y tras hacer varias pasadas sobre la pirámide tomó varias fotografías que, junto a un detallado informe, entregó a sus superiores al llegar a la base aérea de Assam. Este incidente quedó olvidado en los archivos de las fuerzas aéreas americanas. Cuarenta años después volvieron a salir a la luz pública gracias al escritor australiano Brian Crowley, que publicó una de las fotografías de Gaussman en uno de sus libros.


Pero no era el primer incidente de esta clase que se producía por parte de pilotos sobre el espacio aéreo de China, ni tampoco el último. En marzo de 1947, finalizada la contienda mundial, el diario New York Times hacía referencia a un avistamiento efectuado por el Coronel Maurice Sheehan desde su avión, en el cual y siempre según las declaraciones del militar, llegó a sobrevolar una gigantesca pirámide que alcanzaría los 300 metros de altitud, siendo cada uno de sus lados de 450 metros. De ser cierta esta información nos hallaríamos ante la mayor pirámide del mundo, destronando a la mismísima Gran Pirámide de Giza en Egipto con sus 147 metros de altura y los 320 metros de cada uno de sus lados, 202.500 metros cuadrados de superficie de la pirámide china contra los 52.900 metros cuadrados de la Gran Pirámide egipcia. Existen numerosas denuncias de la presencia de pirámides sobre territorio chino realizadas por numerosos pilotos, e incluso fotografías realizadas más recientemente por satélites espías americanos. Pero las autoridades chinas siempre han negado incomprensiblemente la existencia de estos monumentos.


A comienzos del siglo XX, diferentes exploradores y comerciantes como los alemanes Frederick Schroeder y Oscar Maman dieron testimonio de la presencia de no una, sino numerosas pirámides alrededor de la ciudad de Xi’an, haciendo especial hincapié en una de ellas, una construcción colosal que al igual que el testimonio del piloto norteamericano Maurice Sheehan, alcanzaba los 300 metros de altitud y algo más de 400 metros de lado. Según información recogida de algunos de sus acompañantes nativos, esta construcción tenía más de 5.000 años. Poco después Segalen, otro explorador alemán, alcanzó en 1913 la que al parecer fue la Pirámide del Emperador Shi Huang-ti, el mítico Emperador Amarillo. En su diario anotó que la pirámide alcanzaba los 48 metros de altura y cada uno de sus lados tenía 350 metros. Del mismo modo constató la presencia de otras muchas pirámides más, algunas de enorme tamaño y de una antigüedad imposible de calcular.


A pesar de toda negativa del gobierno chino a que se investigue la presencia de estas pirámides, existe suficiente documentación histórica que conduce a la posibilidad de que algunas de estas construcciones fuesen realizadas durante el siglo III a.C. y más concretamente durante el período de reinado de Shi Huang-Ti de la Dinastía Qin (259-210 a.C.). De este personaje de leyenda, apodado el Emperador Amarillo, se ha escrito todo tipo de historias y fantasías. Pero lo que sí es cierto es que durante su gobierno, iniciado a la temprana edad de 13 años, fueron realizadas las mayores y más importantes construcciones de la historia de China. A él le debemos la edificación de la Gran Muralla China o el Ejército de Terracota desenterrado en su mausoleo, compuesto por 8.000 estatuas humanas, cada una con sus rasgos propios y docenas de caballos y carros descubiertos en 1974. Pero tal vez una de sus más espectaculares obras fue la que describe el historiador chino Sseuma Ts’ien (135-85 a.C.). En ella empleó a 700.000 trabajadores en la construcción bajo una gran pirámide en el Monte Lishan de su tumba, cerca del mausoleo donde fue descubierto el Ejercito de Terracota. Bajo la pirámide, cientos de metros de galerías y pasillos repletos de los más increíbles tesoros rodeaban la cámara funeraria del emperador. Ordenó posteriormente recubrir toda la construcción de tierra y colocar plantas sobre ella para poder camuflarla como una elevación natural del terreno. Según Sseuma Ts’ien la pirámide alcanzaba los 48 metros (los mismos que Segalen dejó anotados en su diario en 1913).


El inicio de la historia imperial china data del año 2197 a.c , con la dinastia “hia”. Se sabe que antes de eso china estaba regido por una especie de sistema feudal, (época de la cual tampoco se tiene mucha información), pero desde ese punto en el tiempo hacia atrás no se sabe prácticamente nada…la única fuente de información que hay al respecto son las leyendas del folklore chino, que nos hablan de soberanos maravillosos y poderosos reinos mucho antes de los emperadores, situados en fechas que la ciencia oficial tacha de fantasiosas…

A principios de los 80 una expedición inglesa se adentro furtivamente a la zona de Xiang restringida por el gobierno con el fin de realizar análisis a la pirámide…se tomaron muestras del suelo y se descubrió una entrada tapada por una enorme losa cubierta de tierra y pasto…pero el hallazgo mas sorprendente lo hallaron en una excavación realizada en uno de los costados de la pirámide; de la fosa extrajeron una daga cubierta de herrumbre. Días mas tarde en el Museo de Londres la daga fue cuidadosamente analizada…los análisis arrojaron una fecha de ¡8.000 años de antigüedad sobre el objeto!


En 1990 una expedición buscaba fósiles de dinosaurios en una zona cercana a una pirámide. De pronto dieron con un antiguo cofre deteriorado por los siglos…en el interior hallaron una vieja tela, esta envolvía un objeto de metal…era una especie de cetro finamente labrado, y aunque parecía muy antiguo la herrumbre que lo cubría era muy poca, la analizarlo junto con la tela y el cofre y todos dieron una antigüedad entre 10.000 y 8.000 años de antigüedad. Además no se pudo identificar el metal del que estaba forjado el cetro…habían dado con un material desconocido por la ciencia moderna…

FUENTE: http://misterios.co/

domingo, 22 de marzo de 2015

Adolf Hitler Y El Ocultismo: La Lanza De Longinos


La lanza sagrada que atravesó el costado de Cristo en su crucifixión llegó a las manos de los guerreros teutónicos, quienes la convirtieron en su talismán. En el siglo XX, Hitler, que conocía su significado místico, se apoderó de ella.


En 1913, por las calles de Viena, un miserable ex estudiante de arte intentaba en vano ganarse la vida vendiendo pequeñas acuarelas. Ocasionalmente, cuando el frío le impedía salir a la calle, vagaba por los corredores del museo del palacio Hofburg. Se sentía especialmente fascinado por un conjunto de piezas valiosas, conocidas como «las insignias de los Habsburgo». Entre ellas el joven vagabundo Adolf Hitler prestaba especial atención a la Santa Lanza, que la leyenda identifica con la que atravesó el costado de Cristo después que éste expirara en la Cruz.

La leyenda de la Santa Lanza se origina en el Evangelio según San Juan, 19: 33-37: 

... pero llegando a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le rompieron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero; él sabe que dice verdad para que vosotros creáis; porque esto sucedió para que se cumpliese la Escritura: «No romperéis ni uno de sus huesos». Y otra Escritura dice también: «Mirarán al que traspasaron». El versículo siguiente cuenta cómo José de Arimatea obtuvo permiso para llevarse el cuerpo de Jesús y, ayudado por Nicodemo, lo colocó en una tumba en la noche de viernes santo.


Otras tradiciones orales y escritas, que comenzaron con los primeros cristianos y continuaron en la Edad Media, aseguran que el rico judío José de Arimatea se preocupó de preservar la cruz, los clavos, la corona de espinas y el sudario del que Cristo se levantó al tercer día. Por medio de las claves que dejó José, Helena, la madre del primer emperador cristiano, Constantino, pudo redescubrir estas reliquias.

Pero, según las mismas tradiciones, José había empezado su colección antes de la muerte de Cristo: después de la última cena, guardó la copa en la que Jesús había consagrado el pan y el vino. Después de la Resurrección, José conservó la copa junto con la lanza citada en el Evangelio: fueron llamados, respectivamente, el Santo Grial y la Santa Lanza.


Los viajes posteriores de José con el Grial y la Lanza fueron tema de relatos folklóricos y leyendas en casi todos los países de Europa. En España, en la catedral de Valencia se conserva uno de los «Santos Griales» mejor documentados: se dice que los primeros papas lo habían utilizado en Roma (adonde lo habría llevado San Pedro) hasta el año 258, en que fue enviado por San Lorenzo a Huesca, para rescatarlo de la persecución imperial. Posteriormente estuvo en San Juan de la Peña y en Zaragoza. Pero ésta es sólo una de las muchas historias en torno al Grial.

Los escritores medievales, comenzando por el poeta francés Chrétien de Troyes alrededor de 1180, vincularon el destino del Santo Grial y de la Santa Lanza con la aventura del Rey Arturo y los Caballeros de la Tabla Redonda, sobre todo con Lanzarote, Gawain y Perceval.

Paralelamente a estas historias -basadas en tradiciones celtas y en fragmentos de hechos históricos- subsistía la historia de que la Lanza, por lo menos, había sobrevivido a los siglos, pasando a veces a buenas manos, a veces a otras menos dignas. Quien la poseía adquiría un poder que podía ser usado para el bien o para el mal.


A principios de este siglo existían por lo menos cuatro «Santas Lanzas» en Europa. Quizá la más conocida fuera la que se conservaba en el Vaticano, aunque la Iglesia Católica parecía considerarla sólo una curiosidad. Ciertamente, las autoridades papales nunca le atribuyeron poderes sobrenaturales.

Una segunda lanza estaba en París, adonde había sido llevada por San Luis en el siglo XIII, cuando volvió de la cruzada a Palestina.

Otra, conservada en Cracovia (Polonia), era sólo una copia de la lanza de los Habsburgo. Ésta es, posiblemente, la que posee una genealogía mejor. Fue descubierta en Antioquía, en 1098, durante la primera cruzada, pero el misterio -y posiblemente la imaginación oscurecieron las circunstancias del hallazgo. Los cruzados habían sitiado con éxito la ciudad y la habían ocupado, cuando una banda de sarracenos fuertemente armada llegó e invirtió la situación, encerrando a los cruzados dentro de las murallas de la ciudad. Tres semanas después la comida y el agua escaseaban, y la rendición parecía el único camino. Entonces, un sacerdote dijo haber tenido una visión milagrosa de la Santa Lanza, enterrada en la iglesia de San Pedro. Cuando las excavaciones en ese sitio revelaron la presencia de una lanza de hierro, los cruzados se sintieron llenos de un renovado ardor y rompieron el cerco, derrotando a sus enemigos.


Las tradiciones germánicas, que no coinciden demasiado con esas fechas, afirman que la lanza de los Habsburgo fue llevada como talismán por Carlomagno, en el siglo IX, durante 47 campañas victoriosas. También le había conferido poderes de clarividencia. Carlomagno murió cuando la dejó caer accidentalmente.

La lanza pasó a manos de Heinrich el Cazador, quien fundó la casa real de Sajonia y empujó a los polacos hacia el este... una prefiguración de su propio destino, pudo haber pensado luego Hitler. Después de pasar por las manos de cinco monarcas sajones, llegó a manos de los Hohenstauffen de Suabia, que les sucedieron. Un destacado miembro de esta dinastía fue Federico Barbarroja, nacido en 1123. Antes de morir, 67 años más tarde, Barbarroja conquistó Italia y obligó al Papa a exiliarse; de nuevo, Hitler bien pudo haber admirado la dureza brutal de aquel personaje, combinada con una personalidad carismática que fue la clave de su éxito. Pero, al igual que Carlomagno, Barbarroja cometió el error de dejar caer la lanza mientras vadeaba un arroyo en Sicilia. Murió pocos minutos después.

La Fascinación De La Lanza


Ésta era la leyenda del arma que tanto fascinaba al joven Hitler. Durante su primera visita a la lanza la estudió con todo detalle. Medía 30 cm de longitud, y terminaba en una punta delgada, en forma de hoja; en algún momento, el filo había sido ahuecado para admitir un clavo -al parecer, uno de los usados en la crucifixión-. El clavo estaba sujeto con un hilo de oro. La lanza se había partido y las dos partes estaban unidas por una vaina de plata; dos cruces de oro habían sido incrustadas en la base, cerca del puño.

Estos detalles que describen la fascinación de Hitler ante la lanza de los Habsburgo provienen del testimonio del doctor Walter Johannes Stein, matemático, economista y ocultista que afirmaba haber conocido al futuro Führer justo antes de la guerra del 14. Stein, que había nacido en Viena en 1891, era hijo de un rico abogado. Sería un erudito y un aventurero intelectual hasta su muerte, en 1957. Se licenció en ciencias y se doctoró en investigaciones psicofísicas por la Universidad de Viena. Luego se convirtió en experto en arqueología, arte bizantino primitivo e historia medieval; durante la primera guerra mundial, como oficial del ejército austríaco, fue condecorado por su valor.


En 1928 publicó un excéntrico panfleto, Historia del mundo a la luz del Santo Grial, que circuló por Alemania, Holanda y Gran Bretaña. Cinco años después, el Reichsführer Heinrich Himmler ordenó que se obligara a Stein a trabajar en el «Buró ocultista» de los nazis, pero Stein huyó a Gran Bretaña. La segunda guerra mundial le sorprendió trabajando como agente del espionaje británico. Después de colaborar en la obtención de los planes de la «Operación Sealion» -la invasión de Inglaterra que proyectaba Hitler- fue consejero de Churchill, como asesor sobre las creencias ocultistas del líder alemán.

Stein nunca publicó sus memorias, pero antes de morir se hizo amigo de un ex oficial de comandos de Sandhurst, ahora periodista, Trevor Ravenscroft. Usando las notas y las conversaciones de Stein, Ravenscroft publicó en 1972 el libro Spear of Destiny (La lanza del destino) que por primera vez llamó la atención del público sobre la fascinación que sentía Hitler por la lanza de los Habsburgo.


¿Qué atractivo podía ofrecer la Santa Lanza, un símbolo cristiano, para el ex católico y violentamente anticristiano Adolf Hitler? Ya se había entregado a violentos desvaríos antisemitas, era un devoto discípulo del Anticristo de Nietzsche y sostenía su condena del cristianismo como «la última consecuencia del judaísmo».

Parte de la respuesta se encuentra en una tradición ocultista medieval vinculada con la historia de la Santa Lanza. Como cuenta el evangelio de San Juan, el soldado romano que hirió el cuerpo de Cristo cumplió, sin saberlo, las profecías del Antiguo Testamento (los huesos de Cristo no serían rotos). Si no hubiese hecho lo que hizo, el destino de la humanidad habría sido diferente. Según San Mateo y San Marcos, la verdadera naturaleza de Cristo fue revelada en ese momento al soldado, que se llamaba Cayo Casio Longinos: «Viendo el centurión que estaba frente a Él de qué manera expiraba, dijo: Verdaderamente este hombre era hijo de Dios». (San Marcos, 15:39)


Para la mentalidad ocultista, un instrumento usado para un propósito tan importante se transforma en un foco de poder mágico. Y, como dice suscintamente Richard Cavendish, hablando del Grial y la Lanza en su libro El rey Arturo y el Grial:

Una cosa no es sagrada porque es buena. Es sagrada porque contiene un poder misterioso y terrible. Es tan poderosa para el bien o el mal como una fuerte descarga eléctrica. Si es mal usada, por importantes y comprensibles que sean las razones, las consecuencias pueden ser catastróficas para personas totalmente inocentes.


Según Stein, Hitler tenía conciencia de este concepto ya en 1912; de hecho, fue la obsesión de Hitler por la lanza y su poder de «varita mágica» el motivo de que los dos hombres de conocieran. En el verano de 1912, el doctor Stein compró una edición de Parsival, romance sobre el Grial del poeta alemán del siglo XIII Wolfram von Eschenbach, a un librero ocultista de Viena. Estaba llena de comentarios manuscritos en los márgenes, que mostraban una combinación de sabiduría ocultista y racismo patológico. 
En las guardas, su anterior propietario había anotado su nombre: Adolf Hitler.
A través del librero, Stein encontró a Hitler y pasó muchas horas con él, horrorizado pero fascinado. Aunque pasarían años antes de que el mísero pintor de cromos diera los primeros pasos por el camino del poder, poseía ya un carisma maligno. A través de su tortuoso discurso, una obsesión destacaba claramente: tenía un destino místico que cumplir y, según Stein, la lanza era la clave.


Hitler describió a Stein cómo había adquirido la lanza su especial significado para él:
Lentamente me apercibí de una presencia poderosa que la rodeaba, la misma impresionante presencia que había experimentado interiormente en esas ocasiones únicas de mi vida en que había sentido que un gran destino me aguardaba... una ventana en el futuro que se abría, a través de la cual veía, en un relámpago de iluminación, un hecho futuro, en función del cual sabía, más allá de toda contradicción, que la sangre de mis venas se transformaría algún día en el vehículo del espíritu de mi pueblo. 
Hitler nunca reveló la naturaleza de su «visión», pero Stein creía que se había visto a sí mismo un cuarto de siglo después en la Heldenplatz, frente al palacio Hofburg, dirigiéndose a los nazis austríacos y a los desconcertados ciudadanos vieneses. Allí, el 14 de marzo de 1938, el Führer alemán anunciaría su anexión de Austria al Reich alemán... y daría la orden de llevar los atributos de los Habsburgo a Nüremberg, hogar espiritual del movimiento nazi.

Una Curiosa Primacía


La toma de posesión del tesoro constituyó un gesto de benevolencia sorprendente, considerando que Hitler despreciaba a la casa de Habsburgo, a la que consideraba traidora a la raza germánica. Sin embargo, el 13 de octubre, la lanza y otros objetos fueron cargados en un tren blindado provisto de una guardia de SS, y cruzaron la frontera alemana. Fueron instalados en el vestíbulo de la iglesia de Santa Catalina, donde Hitler pensaba instalar un museo de guerra nazi. Stein creía que, cuando Hitler tuviera la lanza en su poder, sus ambiciones latentes de conquista empezarían a crecer y florecer.

Si los conocimientos de Hitler sobre la historia de la lanza eran tan amplios como decía Stein, tiene que haber estado al tanto de las leyendas sobre el destino de Carlomagno, Barbarroja y todos cuantos la habían blandido como un arma y habían perecido cuando escapó a su control. La leyenda parece haber sido confirmada por una inquietante coincidencia que marcó el final de su conexión con la Lanza.


Después de los intensos bombardeos aliados de octubre de 1944, durante los cuales Nüremberg sufrió enormes daños, Hitler ordenó que la lanza, junto con el resto del tesoro de los Habsburgo, fuera enterrada en una bóveda construida especialmente. Seis meses después, el Séptimo Ejército norteamericano había rodeado la antigua ciudad, defendida por 22.000 SS, 100 panzers y 22 regimientos de artillería. Durante cuatro días, la veterana división Thunderbird martilleó a estas formidables defensas hasta que el 20 de abril de 1945 -el día en que Hitler cumplía 56 años- la bandera americana victoriosa fue izada sobre las ruinas.


Durante los días siguientes, mientras las tropas norteamericanas localizaban a los supervivientes nazis y comenzaba el largo proceso de los interrogatorios, la Compañía C del Tercer regimiento del Gobierno Militar, al mando del teniente William Horn, era enviada en busca del tesoro de los Habsburgo. Por casualidad, un proyectil había facilitado su tarea, volando una pared de ladrillo y dejando a la vista la entrada de la bóveda. Después de algunas dificultades con las puertas de acero de la misma, el teniente Horn entró en la cámara subterránea y echó una ojeada a la polvorienta oscuridad. Allí, sobre un lecho de descolorido terciopelo rojo, estaba la fabulosa lanza de Longinos. El teniente Horn extendió la mano y tomó posesión de la lanza en nombre del gobierno de los Estados Unidos. La fecha, 30 de abril de 1945, está registrada en los textos de historia.

Y, por escépticos que sean los críticos -acerca de Walter Stein, el ocultismo en general y las leyendas de la Santa Lanza en particular- también es un hecho histórico que a unos cientos de kilómetros de distancia, en un bunker de Berlín, Adolf Hitler eligió esa tarde para coger una pistola y quitarse la vida. 

FUENTE: http://www.mundoparanormal.com/

viernes, 20 de marzo de 2015

Los Ataúdes colgantes de Los Bos.


Los ataúdes colgantes de los bos, una de las 56 minorías nacionales de la antigua China, son un conjunto de sepulcros que penden de los precipicios, y que por su extraña y majestuosa naturaleza han sido incluidos entre las reliquias culturales de preservación priorizada del país. Se concentran principalmente en el dique Matang y el golfo Sumawan, de la meridional provincia de Sichuan.

Dicha zona acoge hoy a 265 sepulcros de este tipo, en lo que constituye la mayor concentración de los mismos en todo el país. Las tumbas se encuentran entre diez y 50 metros de altura. La más alta está a 100 m.


En la antigüedad se utilizaban tres métodos de construcción, entre ellos el de estacas de madera. Se tallaban dos o tres agujeros en el acantilado y se insertaban las estacas de madera con el fin de propiciar un apoyo al ataúd. Al segundo se le conoce como talla en cavernas, cuyas paredes se cincelaban en dirección horizontal o vertical para colocar los ataúdes. El tercero consistía en aprovechar las cuevas y grietas naturales para colocar los féretros.


El ataúd, hecho generalmente de madera, era más ancho en su parte superior y más angosto en la inferior, y se ensamblaba con broches de presión y espigas. Se acostaba al difunto boca arriba y con el cuerpo envuelto en sudario de lino. Los artículos funerarios, cuya cantidad variaba, se disponían a los pies. Se incluían entre ellos objetos de cerámica, bambú, madera, hierro, tejidos de lino y de seda. El material predominante era el lino. Existe una gran divergencia entre los círculos académicos sobre cuál de los grupos étnicos dio inicio a esta práctica. La creencia general es que pertenece a la minoría de los bos y liaos. En cuanto a su historia, no se sabe cuando se inició, pero sí que concluyó durante la dinastía Ming.


Los féretros del dique Matang, principal asentamiento donde se ubican los ataúdes colgantes de los bos, están ubicados en el suroeste del poblado Luobiao, distrito de Gongxian. La extensión del dique de este a oeste abarca entre 300 y 500 m, y unos mil metros de sur a norte. El río Pangxie (cangrejo) discurre por el dique. De oeste a este, frente a frente, se encuentran 21 montañas en zigzag. Los 223 ataúdes, principalmente de madera, están esparcidos por doquier, a alturas comprendidas entre 20 y 60 m, con una máxima superior a los 100 m. También se encuentran agujeros con estacas y más de 200 dibujos de color rojo pintados en el precipicio.


El contenido diversificado de las pinturas incluye temas de equitación, arco, danza, acrobacia, armas, figuras geométricas, entre otros. Todas ellas muy vívidas. En las reliquias de los féretros colgantes en otros lugares también se presentan estos dibujos.

Los ataúdes de Sumawan se ubican a la orilla norte del río Dengjia del pueblo Haitang, aldea Caoying. En las montañas ondulantes se hallan los castillos y caseríos montañosos de estilo antiguo, y frente a ellos está el precipicio donde se ponen los ataúdes. Entre los 42 féretros conservados, siete están colocados en cuevas y bloques de rocas naturales, y el resto, 35, en estacas de madera.


No se sabe exactamente cuándo dio comienzo esta forma de enterramientos entre las etnias chinas de provincia de Sichuan ni qué creencias estaban arraigadas a estas ceremonias. Lo único que parece claro es que los ataúdes fueron colocados con esmero no solo para vencer a la gravedad y a las características de la orografía de la zona, sino para desafiar al paso del tiempo.

FUENTES: http://misterios.co/  http://www.ilustradordigital.es/