viernes, 30 de junio de 2017

La macabra historia del hombre que hacía muñecas con cadáveres de niñas


Solemos asociar a las muñecas con los pequeños, especialmente con las niñas. Es un hecho que estos juguetes además de entretener, ayudan a que las niñas aprendan ciertos comportamientos, en una especie de “entrenamiento” para su vida adulta. También tenemos a aquellos que creen que las muñecas pueden servir como objetos de brujería. Los practicantes del vudú suelen usarlas para clavar agujas con la esperanza de que la víctima del hechizo sufra terribles dolores e incluso enfermedades incurables. Y para otras personas, quizá las más extrañas, las muñecas funcionan como un fetiche en un comportamiento asociado con la parafilia.

En el libro Psychopathia Sexualis del psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing se listan algunos casos de fetichistas cuya obsesión se relacionaba con las muñecas. El caso más notable es el de un hombre francés que fue a prisión en 1876 después de robar piezas de ropa íntima en un baño público. Cuando la policía allanó su casa encontró más de 300 artículos femeninos, entre ellos varias muñecas. Krafft-Ebing dice que este hombre iba a la cama vistiendo las ropas hurtadas y creaba una fantasía donde era la más bella de las mujeres. Tomaba una muñeca y la usaba para mantener relaciones induciéndose sensaciones de placer al punto de llegar al clímax.

Pero que los fetichistas empleen muñecas en sus fantasías no es novedad para los psiquiatras. Charles Frederick Albright, un asesino serial estadounidense tenía tal fijación por los ojos artificiales de las muñecas que les arrancaba los ojos a sus víctimas. Otro caso fue el asesino caníbal Joachim Kroll, que mantenía una extensa colección de muñecas en su departamento. Estos juguetes representaban una extensión de lo que más deseaba: las niñas. Era un sujeto raro, con un rostro regordete, orejas enormes, lentes gruesos, pero le agradaba a los niños. Sabía cómo hacerlos reír. Lo que aquellos niños no sabían era que también mantenía en su casa muñecas siniestras que empleaba para, digamos, “aliviarse”. Tenía relaciones sexuales con estos objetos mientras apretaba sus cuellos de tela.


Este hombre parece ser el personaje de una película de terror. Es uno de los hechos más macabros que se recuerdan en los últimos tiempos. En el año 2011, en la ciudad rusa de Nizhmi Novgorod Anatoly Moskvin, un historiador tenía como pasatiempo desenterrar cadáveres de niñas para poder momificarlos y hacer muñecas. Lo que descubrieron las autoridades al entrar a la casa del individuo fue que organizaba fiestas de cumpleaños para esos cuerpos momificados. En el pasillo de su casa se pudo ver a los cuerpos vestidos de novias y otros trajes muy audaces. Las ´muñecas´ estaban vestidas con coloridas prendas que aumentaban el terror en la escena.

Después de ser arrestado. Anatoly Moskvin pasó una serie de exámenes hasta que un juez declaró que no estaba apto para ser llevado a juicio, y pidió que sea llevado a una clínica psiquiátrica. Moskvin hablaba hasta 13 idiomas y era considerado un genio, era el máximo experto en cementerios de su ciudad. El diario nacional Moskovsky Komsomolets dijo que el hombre fue detenido en un cementerio portando una bolsa con huesos, pero Kriminalnaya Khronika, una publicación en línea que se especializa en la crónica de delitos en la región, dijo que los detectives descubrieron los cadáveres cuando visitaron a Moskvin para consultarlo sobre las profanaciones. Según la policía, se sijo que solo había seleccionado los cadáveres especialmente de niñas.


Los acontecimientos.

En una helada mañana de diciembre de 2011, un grupo de unos 30 familiares y amigos esperaban en el funeral de una mujer de 65 años. Algunos de los presentes discuten los acontecimientos previos en la ciudad con tenues susurros.

“Stesheva sería demasiado vieja para ese maniático. Solo llevaba a su casa cadáveres de mujeres jóvenes”.
Otra mujer presente responde:

“Dicen que instalaba cajas musicales dentro de las momias, se sentaba en la sala y tomaba té, mientras cantaban para él”.
Otra mujer agrega, citando un artículo reciente en el periódico de la localidad:

“Cavaba durante la noche y transformaba los cadáveres en lindas muñecas. Recolectaba la ropa de las mujeres muertas. Su apartamento estaba repleto de momias hechas con cadáveres”.
Para lograr entender mejor esta historia tenemos que retroceder en el tiempo.


Desde el 2010, decenas de tumbas en varios cementerios de la región habían sido profanadas, en aquel entonces se sospechaba de una secta satánica. El departamento de crímenes violentos del Ministerio del Interior ruso inició la investigación. El día 3 de noviembre, el entonces presidente de Rusia Dmitri Medvedev y el Primer Ministro Vladimir Putin hicieron una visita a la ciudad de Nizhni Nóvgorod, pero no todos los medios tenían interés en cubrir la visita de los jefes de estado. Varios reporteros se encontraban en la ciudad cubriendo el caso de profanación de tumbas y en ese día se les indicó que no hicieran ningún tipo de mención sobre el tema hasta que los líderes dejaran el lugar. Pero un sitio de noticias llamado “Crónica Criminal” no se pudo contener. El día 3 de noviembre publicó el siguiente fragmento:

“El departamento del Ministerio del Interior de combate contra crimines violentos ha descubierto aproximadamente 28 cuerpos momificados de mujeres adolescentes de entre 12 y 16 años, en tres habitaciones del apartamento que pertenece a un científico de 45 años”.

Un día antes, la policía rusa había hecho el macabro descubrimiento en un departamento del distrito de Leninsky.


La noche del 2 de diciembre, siguiendo el rastro del ladrón de cadáveres, los policías descubrieron un cadáver momificado en el garaje del edificio de un sospechoso en Leninsky. Al interior del departamento, una sorpresa: el lugar estaba completamente desordenado y había montañas de libros por todas partes. Pero no serían lo libros lo que llamó la atención de los investigadores.

Varias muñecas, de tamaño real, se encontraban estratégicamente posicionadas en varias habitaciones del apartamento, sentadas, acostadas y sobre los montones de libros. Todas vestidas con ropa y accesorios diferentes, pero con el rostro particularmente envuelto en tela. Una de ellas era un oso, otra había sido vestida como una novia, mientras que otra parecía estar lista para una fiesta. En total se contabilizaron 28 muñecas.


Sin embargo, tras inspeccionar las muñecas, los policías hicieron un descubrimiento bastante siniestro: en realidad, las muñecas no eran esos juguetes convencionales a los que estamos acostumbrados, el aterrador dueño de aquel departamento fabricaba las muñecas a partir de los cadáveres profanados.

En un inicio las autoridades rusas dijeron que los cadáveres profanados de las tumbas pertenecían a mujeres adolescentes de entre 12 y 18 años, pero posteriormente corrigieron la información aclarando que las muñecas eran fabricadas con cuerpos de niñas y adolescentes, con edades que iban de los 2 a 16 años.

El descubrimiento tan siniestro tenía una conclusión obvia: el hombre profanaba tumbas de niños en cementerios de la región, llevaba los cadáveres a su departamento y entonces iniciaba el macabro ritual de momificación y fabricación de muñecas.


Investigación y juicio.

Desde su detención, Anatoly Moskvin coopero de todas las formas posibles con la policía, ofreciéndoles detalles realmente chocantes de sus actividades. Durante los interrogatorios, Moskvin afirmó que intentaba “resucitar” a las niñas, colocando cajas de música dentro de las muñecas para que pudieran “cantar”. Por las noches colocaba los cadáveres junto a él en el sofá y ambos veían películas de dibujos animados.

“Realmente quería una niña, una hija. Pero el tribunal no lo permitió. Así, yo y todas esas muñecas éramos niños. Vivía con ellas como vivía con los vivos, les mostraba dibujos animados, les contaba historias”, dijo Moskvin a los policías.

Y es verdad, Moskvin intentó adoptar a una niña pero la petición fue negada por el Consejo Tutelar ruso. Quizá por eso, sabiendo que jamás podría tener una hija, comenzó a desenterrar cadáveres y a fabricar muñecas.

Los investigadores también descubrieron que Moskvin perpetró actos de vandalismo contra aproximadamente 150 tumbas de musulmanes enterrados en los cementerio de Krasnaya Etna y New Sormovskoy. Usando pintura en spray dibujó figuras sobre las tumbas, además de escribir la palabra “Patria”. Según la policía, estos actos fueron una especie de venganza del científico debido al ataque terrorista perpetrado por fanáticos musulmanes en el aeropuerto de Moscú en enero de 2011.


La pregunta obligatoria es, ¿Anatoly Moskvin era un científico loco? Es totalmente viable llamarlo loco, pues así lo consideraron los psiquiatras. Según los profesionales, el científico padece de esquizofrenia paranoide, y por lo tanto, Moskvin es incapaz de comprender la verdadera naturaleza de sus actos, y mucho menos controlarlos.

Fue acusado en los puntos 1 y 2 del artículo 244 del Código Penal ruso: violación de cadáveres y profanación de tumbas. Ante su estado mental, el abogado del caso, Konstantin Zhilyakov solicitó su exclusión de la sociedad, proponiendo al juez que Moskvin fuera internado para su tratamiento en un hospital psiquiátrico.

Anatoly Moskvin fue internado en un hospital psiquiátricos de Nizhni Nóvgorod bajo vigilancia permanente. En marzo de 2014 venció el plazo, pero el Tribunal Distrital de Leninsky consideró que Moskvin aún no era apto para vivir en sociedad, por lo que prolongó el tratamiento del científico de forma indefinida.

Algunos periódicos de Nizhni Nóvgorod apodaron a Moskvin “El Señor de las Momias”, otros lo llamaron el “Perfumista”, haciendo referencia a la novela “El perfume”, de Patrick Süskind.

FUENTES: http://www.aweita.pe   http://marcianosmx.com

jueves, 29 de junio de 2017

El misterioso caso de la muñeca que envejeció en el desván.


¿Pueden las entidades demoníacas o espíritus poseer objetos inanimados? Son muchas las historias que hablan de posesiones de jarrones, cajas, automóviles y, por supuesto, casas, pero uno de los objetos inanimados más comunes sujetos a la posesión demoníaca o fantasmal son las muñecas.

Lo pudimos comprobar en la Isla de las Muñecas al sur de la Ciudad de México, donde muchas personas han afirmado ver a las muñecas ahí presentes mover las cabezas, brazos e incluso como abrían los ojos; en Annabelle, la verdadera muñeca poseída de la película “Expediente Warren: The Conjuring”; en Okiku, la muñeca poseída japonesa; en la muñeca poseída que atacó un niño y que vendieron por eBay; o en Singapur, donde una muñeca poseída aterrorizó a los lugareños.

Y la verdad es que con el paso del tiempo si las muñecas no son cuidadas lo suficientemente tienden a ser realmente aterradoras, se les cae el pelo, su color se desvanece, aparecen grietas y, en ocasiones, se les caen los ojos. Es un proceso natural que aparece con el tiempo y el abandono. Pero hay una muñeca que es completamente diferente de las demás, una muñeca que parece haber envejecido como una persona, aunque mucho más rápido. Son muchos los que creen que en su interior habita el espíritu de una entidad del mas allá, estamos hablando de la muñeca que realmente envejeció.


Una aterradora sorpresa

Cuando el Daily Express publicó la historia del investigador paranormal Jim Eaton, esta se convirtió en muy poco tiempo en fenómeno viral por todo Internet. Eaton recogió diversas historias reales de fantasmas en una serie de libros titulados “Caught On Film”. Entre todas las historias había una que destacaba de las demás, el caso de una familia que compró una simple muñeca para su hija.

Todo comenzó cuando un matrimonio, quienes han querido permanecer en el anonimato, le compró una muñeca a su hija pequeña como regalo de Navidad. La muñeca no tenía nada especial y tampoco parecía tener una historia. Pero la pequeña quería mucho a su muñeca, y al igual que cualquier niña de su edad, la pequeña jugaba constantemente con su nueva “amiga”. Llegó un momento que la niña creció y dejó de jugar con la muñeca, dejándola completamente abandonada. Finalmente, la hija se fue de casa y los padres en lugar de tirar los juguetes y los recuerdos de la infancia decidieron guardarlos en el desván.


La muñeca que durante tanto tiempo compartió la vida de la pequeña fue especialmente guardada en una caja estanca en excelentes condiciones. Pasados unos once años después, la familia decidió hacer una limpieza a fondo del desván, cuando encontraron la caja de la vieja muñeca de la niña. Pero el terror se apoderó de los que estaban allí presentes cuando abrieron la caja, vieron como la muñeca estaba arrugada, envejecida, como si se tratara de una persona de edad muy avanzada. La muñeca tenía los brazos rígidos y momificados, además de arrugas claramente visibles en todo su cuerpo. Nadie se podía creer lo que estaban viendo, pero después de reconocer la ropa de la muñeca no tenían duda alguna que se trataba de la muñeca de su hija.

Inexplicablemente la muñeca había envejecido de la misma forma que lo puede hacer un ser humano, aunque lo que más inquietó a la familia fueron sus ojos, como si mostraran un ser, una presencia, una sabiduría… un espíritu en su interior.

La familia aterrizada dio la muñeca a uno conocidos, que, a su vez, la vendió a otras personas por una gran cantidad de dinero. Nadie sabe lo qué pasó con la muñeca después de eso, y la fotografía justo antes de que la familia se deshiciera de la muñeca, es la última evidencia de su existencia.


¿Una verdadera muñeca embrujada?

Hay una gran controversia sobre la forma en que la muñeca envejeció. Expertos en la materia, como coleccionistas de muñecas, dicen que el plástico o la materia orgánica pueden llegar a descomponerse, en una especie de putrefacción. Sin embargo, “la putrefacción” generalmente deja a una muñeca agrietada, frágil pero no arrugada como esta.  Es por este motivo que muchas creen que pueda existir alguna entidad en el interior de la muñeca, y muy posiblemente que ya estuviera presente cuando la niña todavía jugaba con ella.

Aunque tampoco hay que descartar la posibilidad de que se trate de un elaborado engaño. Pero lo que desacredita esta teoría es que la familia ha querido permanecer en el anonimato y la muñeca parece haber desparecido de la faz de la Tierra, como si hubiesen querido protegernos de la entidad que reside en su interior. La realidad es que no hay muchos más datos sobre esta muñeca, lo que parece indicar que continuará siendo un verdadero misterio. De cualquier forma, se trata de una muñeca realmente aterradora y una historia muy interesante.

¿Qué te parece? ¿Se trata de una muñeca en un avanzado estado de descomposición? ¿Es una verdadera muñeca embrujada? ¿O algo completamente distinto?

FUENTE: http://www.mundoesotericoparanormal.com

miércoles, 28 de junio de 2017

El libro más peligroso del mundo.



  • Se guarda en un entorno controlado de la Universidad de Michigan.
  • Fue creado por un médico a finales del siglo XIX.


Como muchas otras universidades, la de Michigan tiene una extensa biblioteca de libros raros o singulares donde almacena algunos de los volúmenes más curiosos de la historia. Ese es el caso de Shadows from the Walls of Death (Sombras de los muros de la muerte), escrito por el médico estadounidense Robert Kedzie en 1874, cuya consulta podría resultar mortal. Pero, ¿qué llevó a este médico a crear un libro asesino? La respuesta puede parecer contradictoria: salvar vidas.
Hoy en día sólo se conocen dos copias de este libro, lo que lo convierte en toda una delicia para los bibliófilos más extremos. Estamos hablando de un volumen de 86 páginas que no contiene palabra alguna. Es más, visto sin saber qué es podría parecer nada más que un curioso catálogo de papel pintado para decoración. Y eso, más o menos, es lo que en realidad es.

A mediados del siglo XIX el papel pintado era muy popular en los hogares de toda Norteamérica. Sin embargo, Kedzie, que trabajaba para dentro del sistema de sanidad, se dio cuenta de que había un grave problema de salud a su alrededor del que poca gente era consciente. Uno de los ingredientes en la receta para conseguir un buen secado de la pintura y conseguir un bonito color verde no era otro que el arsénico.

El arsénico es un veneno que se va acumulando en el cuerpo de manera progresiva, así que aunque no hubiera grandes cantidades de este material en el papel pintado, lo cierto es que con los años se podía convertir en causa de graves problemas de salud e incluso la muerte. Además de para el papel pintado, el arsénico se usaba en muchísimos ámbitos que afectaban directamente a la gente. 3 gramos bastan para matar a una persona. Kedzie inició una campaña para alertar del uso industrial del arsénico, pero necesitaba un golpe de efecto.

Fue entonces cuando creó Shadows from the Walls of Death. Recorrió muchas de las casas que conocía con papel pintado tóxico para conseguir muestras. Luego las encuadernó y las llevó a las librerías de la ciudad. En total, 100 ejemplares con páginas potencialmente tóxicas. En cada uno de los libros escribió la misma cita bíblica:

Y examinará la plaga; y si se vieren manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas, las cuales parecieren más profundas que la superficie de la pared, el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por siete días. Y al séptimo día volverá el sacerdote, y la examinará; y si la plaga se hubiere extendido en las paredes de la casa, entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad en lugar inmundo.

Kedzie hizo público un comunicado falso en el que se decía que una mujer se había envenenado al consultar uno de sus libros, como parte de la campaña de concienciación sobre el uso del arsénico. Al final, el médico se salió con la suya y poco a poco se fue abandonando el uso de este veneno en productos de uso diario. De sus libros sólo quedan esos dos ejemplares que ya hemos mencionado. Siguen siendo venenosos.

FUENTE: http://www.lecturalia.com

martes, 27 de junio de 2017

Lamia, ente de la mitología Vasca.


Las lamias son, en la mitología vasca, entes de género femenino que vivían en cuevas o ríos. Los hombres se enamoraban de ellas y las lamias también de ellos. Según algunas leyendas, las lamias ayudaban a los agricultores en sus quehaceres, después de comer por las noches la comida que les dejaban. Pero no todo lo que hacían las lamias era positivo, secuestraban a los hombres y en otras ocasiones, si no estaban dispuestos a ayudarlas, les hacían el mal.

Lami, lamin, lamiña, lamiñaku, amilamia y eilamia son los distintos nombres con los que se designa a las lamias en diferentes sitios de Euskal Herria. La huella de las lamias se aprecia todavía en algunos nombres toponímicos, como por ejemplo, Lamiategi (Oñati), Lamiako (Leioa), Laminazilo (Isturitz) y Lamiaran (Mundaka).

La mayoría de las leyendas describen a las lamias como entes femeninos. Vivían en cuevas, estanques o ríos. La idea que se tiene de las lamías varía según la fábula: en algunos casos se cree que son más poderosos que los humanos y que son también divinidades en cuyo honor el humano hace distintos sacrificios. O incluso como seres cuya potencia puede ser dominada mediante objetos o amuletos.
Las ocupaciones de las lamias también eran diversas, como por ejemplo, hilar, construir dólmenes, puentes, casas, castillos o iglesias y lavar las ropas por las noches. Comían el pan de trigo o de maíz con tocino y sidra que les pedían a los humanos. Y también el pan, la cuajada y la leche que les daban sus amantes.


Pidiendo favores

Las lamias pedían diversos servicios a los humanos. Según cuenta una leyenda muy popular, las lamias pidieron un favor a una comadrona de su vecindad. La mujer se trasladó donde vivían las lamías y cumplió con su trabajo. La invitaron a comer y, viendo que el pan era blanco, cogió un trozo y lo guardó en el bolso. Cuando se disponía a marcharse a casa no pudo levantarse del asiento y las lamias le dijeron que era porque había cogido algo que no le pertenecía. La mujer confesó que había cogido un trozo de pan y la obligaron a dejarlo en la mesa, así pudo levantarse de la silla. Al salir le advirtieron: "no mires hacia atrás en el camino". Al llegar a casa, con un pie dentro y otro en la calle, miró hacia atrás: al instante perdió la mitad de sus regalos de oro.

En otras versiones de esa leyenda, los regalos son cardas de oro que se convierten en ceniza o carbón, plata que se convierte en manteca... En Soginen-Leze de Zugarramurdi, Santimamiñe de Kortezubi o en la cueva de Ogoño de Elantxobe, por ejemplo, se conoce esta leyenda.
Cuando las lamias estaban a punto de morirse, pedían la presencia de un humano, ya que si no les veía una persona y rezaba por ellas no podía morir.


Ayudaban a los hombres

Según otras leyendas, las lamias también prestaban ayuda a los hombres. Un vecino de un barrio de Dima, tuvo que refugiarse de un chaparrón en la cueva de Balzola. Allí lo acogió una lamia. Cuando dejó de llover y se disponía a abandonar la cueva, una lamia le entregó un trozo de carbón que al salir de la cueva se convirtió en oro.

Pero las lamias no siempre han sido tan generosas, también han prestado favores a cambio de las almas de los humanos. Así construyeron algunos puentes como el de Ebrain (Bidarrai), Azelain (Andoain), Urkulu (Leintz-Gatzaga) y el de Kastrexana, por ejemplo. Incluso construyeron casas, castillos e iglesias.

También se enamoraban de los hombres, y en algunos casos, presentándose como mujeres de aspecto atrayente, las lamias enamoraron a más de un campesino. Una lamia de Zeanuri se enamoró de un chico de Goristiaga. El chico murió y la lamia sacó una sábana de una cáscara de nuez y cubrió con ella el cuerpo de su amado. Cuando cantó el gallo la lamia tuvo que irse, dejando allí la sábana.


Secuestros

La creencia de que las lamias secuestraban a los hombres también está muy extendida. Un día secuestraron a un joven de Ezpeleta y lo llevaron a su cueva. Un sacerdote acudió a liberar al joven, con una cruz y una hostia benditas, pero no consiguió liberarlo. Cuando se disponía a salir escuchó lo siguiente: "gracias a eso que llevas en la mano y más gracias a eso que llevas en el pecho; de lo contrario, hubieras tenido que quedar aquí".

Un hombre del caserío Atzemin de Dima estaba haciendo carbón una noche cuando debió de proferir una maldición, al instante alguien le obligó a dar tres vueltas alrededor de una pira de carbón y después desapareció. Durante ocho días estuvieron buscándole y al final le encontraron en la cueva de Bernaola. El hombre dijo que durante esos días le cuidaron las lamias.
Una joven del caserío Askondo de Mañaria iba todos los días al caserío de Izuntza a hilar. Un día, al pasar por delante de la cueva de San Lorenzo, salieron a su camino las lamias y le dijeron que no pasase más por allí. Pero la chica no les hizo caso y volvió a pasar otras dos veces. La última vez la secuestraron y no se supo nada más de ella. Las cuentas de su rosario aparecieron dispersas por el campo.

Pero los secuestros se podían evitar. En un barrio de Zeanuri, a principios del siglo XX, había una tradición: al pasar por el barranco de Memiño los niños se tapaban las narices y decían "guk barikuan makallua jan gendun" ("nosotros, en viernes, comimos bacalao"). Así las lamias les dejaban en paz.


Los amuletos también pueden proteger de los ataques de las lamias, sobre todo las que contienen ruda y apio. Las leyendas de Ataun, Ondarroa, Mutriku o Deba, por ejemplo, dan cuenta de la eficacia de los amuletos. Cuando un hombre se acercó a dos lamias, una de ellas le dijo a la otra que atrapase al hombre, la otra le contestó que lo hiciese ella, que el hombre llevaba apio y ruda puestos por su madre.

Al gallo de marzo también se le pedía ayuda para protegerse de las lamias, según las leyendas de Abaurrea Baja y en Lekeitio, por ejemplo. En esa última localidad se cuentan las "Liñuen minak" (penas del lino): desde las doce de la noche hasta las dos de la madrugada no se podía pasar por delante de la cueva que hay en Okabixo, entre Lekeitio y Markina. Por una apuesta, un joven pasó por delante de la cueva y una lamia le agarró y lo llevo dentro, para comerlo. El hombre pidió que antes de ser sacrificado, le dejasen contar las "penas del lino":
"Lehenego sorotik atera,
gero leortu,
gero trangatu,
gero sapindu makilakin edo buztarriakin,
gero zurezko trunkesekin trangatu,
gero txarrantxatu,
gero ardatzean jarri,
gero iruin,
gero astalkatu,
gero egosi,
gero errekan garbitu,
gero leortu,
gero arildu,
gero eio,
gero josi edo soineko bihurtu,
gero erabili,
gero hautsi,
gero..."


El hombre lo recitó muy despacio y la lamia, como tenía hambre, le dijo que fuese más rápido. Entonces cantó el gallo del caserío de al lado y la lamia tuvo que huir: "Ai Okabixoko oilar gorri martxoan jaioa! Nik afaltzeko eskutan neukan legatz aundia kendu didazu. Azari batek aterako al dizu ezkerreko begia!". (¡Ay gallo rojo de marzo (nacido en marzo) de Okabixo! Me has arrebatado la gran merluza que yo tenía en mis manos para cenar. Que un raposo te arranque el ojo izquierdo).

Pero también sucedía al revés, los hombres secuestraron alguna que otra vez a una lamia. En Mendaro llevaron a una lamia a casa. La lamia no hablaba; un día pusieron una olla llena de leche al fuego, cuando la leche hirvió la lamia dijo: "txuria gora!" (¡Lo blanco hacía arriba!) y escapó por la chimenea.


La lamia pedigüeña

A las lamias, como se mencionaba antes, les gustaba comer grasas e iban frecuentemente a pedir tocino a los caseríos.

Una familia de Abadiño trabajaba en Urkiola. Cuando llegó la hora de comer la madre de familia repartió un trozo de tocino entre todos, entonces llegó una lamia y le quitó el trozo de las manos a la madre diciendo: "ni koipetsu eta i kakatsu" (yo pringosa y tú fangosa).

En Isturitz, en la torre Gaztelu se cree que vivían unas lamias. Desde el castillo al caserío de Otsozelai había un paso subterráneo. Todas las noches una lamia iba a la cocina del caserío y una de esas noches le preguntó a la ama de casa cómo se llamaba, esta le contestó: "ni-ni-neuk" (yo-yo-misma). Todas las noches, cuando la mujer estaba preparando la comida, la lamia le pedía que le diese de comer. Un día, la ama de casa, enfadada, le arrojo la sartén llena de aceite. La lamia huyó gritando, y las otras lamias le preguntaron a ver quién le había hecho eso a lo que ella respondió: "ni-ni-neuk" (yo-yo-misma). "Entonces súfrelo tu misma", le contestaron la otras lamias.


Regalos para las lamias

A las lamias les dejaban alimentos como ofrendas, lo que ellas agradecían haciendo algunos trabajos o favores. El la cueva de Abauntz, en Ultzama, antaño vivían las lamias. Un pastor les dejaba todas las mañanas un kaiku lleno de leche y que las lamias se lo devolvían lleno de oro. Se dice que el caserío de Sunbillenea se reconstruyó gracias a ese oro. Pero un día, el pastor les llenó el recipiente de excrementos, las lamias le persiguieron pero consiguió entrar en casa antes de que le alcanzaran. Las lamias le lanzaron una maldición: "No faltará en esa casa algún inválido o desgraciado". Desde entonces nunca ha faltado en Sunbillenea un inválido o un anormal.

En Uhart-Mixe las lamias eran seres de baja estatura. Los agricultores les dejaban la comida al borde de los terrenos y las lamias, como agradeciemiento, trabajaban las tierras de los agricultores. La familia Basterretxea era una de las que hacía eso, pero un día se les olvido dejar la comida y las lamias, enfadadas, no aparecieron más por allí.

La leyenda de la lamia y el cantero también es muy popular. El cantero, cansado de picar piedra, quería ser rico. Y una lamia le hizo rico. Se cansó de ser rico y quiso ser emperador. Una lamia lo convirtió en emperador. Un caluroso verano el sol le molestaba y quiso ser sol. Una lamia lo convirtió en sol. Cambió el tiempo y una nube se puso delante del sol, y entonces pensó que era mejor ser una nube. La lamia lo convirtió en nube. Empezaron a caer trombas de lluvia y viendo que la roca quedaba inmóvil, quiso ser roca. Una lamia lo convirtió en roca. Un día, un cantero empezó a picar piedra, y el que fuera cantero quiso ser como aquel hombre. La lamia lo convirtió en cantero, y le dijo, burlándose de él: "quien tiene una cosa quiere otra: te hallas tan avanzado como al principio de tu carrera; quedémonos en adelante como ahora: yo lamia y tú cantero".

FUENTE: http://www.hiru.eus

lunes, 26 de junio de 2017

La misteriosa tumba de la “niña-bruja” de Italia.


La llamada “niña-bruja” de Liguria tenía poco más de 13 años cuando falleció. No se sabe con certeza cuál fue la causa de su muerte, pero lo que sí intuyen los arqueólogos es que la comunidad de la que formó parte esta adolescente, en la Italia del siglo XV, le tenía miedo. Mucho miedo.

La forma en que fue enterrada y la pesada lápida que cubría su lecho de muerte, ha hecho intuir a los expertos que esa muchacha debía tener tremendamente algo especial a la vez que terrorífico, para que los suyos le dieran ese tipo de sepultura, y más en una zona santa y estratégica dentro de la bella ciudad de Liguria.

Otro hecho singular a tener en cuenta es que la noticia sobre el  hallazgo de la llamada “niña-bruja” aconteció en 2014, pero el año pasado se halló un segundo cuerpo del mismo periodo. Otra muchacha, pero cuya historia y final parece ser algo más oscuro.


Te contamos ambas historias. Dos relatos aún con muchos vacíos que los expertos intentan llenar con pruebas científicas e históricas. Dos “niñas-bruja”, muchachas rechazas por los suyos, cuyas tristezas y penurias sólo podemos adivinar.

El equipo del instituto Pontificio de Arqueología, liderado por el investigador Stefano Roascio, nos dice que es un enterramiento muy poco corriente. Estamos en Albenga, en la región italiana de Liguria, aquí donde se halló un primer cuerpo en el 2014. Era el de una niña de 13 años cuyos restos estaban boca abajo, con la cabeza pegada al suelo de forma que la boca quedara en contacto con la tierra.


Los antropólogos nos dicen que este modo de sepultar a las personas tenía una finalidad muy concreta: evitar que el alma de esa persona enturbiara el mundo de los vivos. Era “un alma impura”. Los investigadores quedaron muy sorprendidos porque este tipo de enterramientos se ven mucho en Bulgaria o en esa Europa del Este, donde las personas que eran consideradas brujos o vampiros eran sepultados de forma similar:

Boca abajo.
Con piedras o ladrillos en la boca.
Decapitados.
Enclavados en el suelo mediante hierros o estacas.

La mayoría de estos hallazgos tenían como protagonistas cuerpos adultos, tanto de hombres o mujeres que habían sido rechazados por sus vecinos hasta el punto de darles muerte para, después, poner en práctica esos ritos con los que proteger a la comunidad. El Mal debía contenerse, el alma de ese “ser” debía quedar aferrada al cuerpo siguiendo unas prácticas concretas.


Ahora bien… ¿qué había hecho esa niña para ser considerada maligna? Los primeros análisis del resto de la muchacha revelaron varias cosas. La primera fue su edad, entre 12 y 13 años. La segunda, que padecía una anemia muy fuerte. La hiperostosis porótica en el cráneo demostró que sufría un tipo de enfermedad grave, a causa de la cuál debían ser muy comunes las hemorragias. Si a ello le sumamos el aspecto pálido y febril, ello explica sin duda que los suyos le tuvieran miedo, que su imagen física pudiera causar inquietud, miedo y rechazo. La consideraron “bruja” o incluso, ¿por qué no?, un vampiro. Aunque nada de esto puede demostrarse todavía, sólo intuirse.


Estábamos en el siglo XV, época de oscurantismo en la que la palabra “brujería” corría con arbitrariedad por esas mentes cerradas, dotadas de un radicalismo religioso donde cualquier matiz fuera de lo normal, incluso la enfermedad, era rápidamente enjuiciado como diabólico.

La niña-bruja de Liguria se hallaba en camposanto, muy cerca de la iglesia del Mártir San Calocero, abandonada hace ya más de 500 años. Ahora bien, si este hecho ya nos parece tan triste como impactante, aún lo es más saber que solo un año después, cerca de este enterramiento se halló otro cuerpo. Era una segunda muchacha algo mayor que la primera, de unos 17 años. Su cuerpo estaba en peores condiciones porque había sido quemada. La orientación de sus restos respondían a la misma posición que la niña-bruja, es decir, boca abajo.


Se sabe que la quemaron viva y que más tarde fue enterrada con piedras sobre su cuerpo. Estamos, nuevamente, ante un acto de castigo, ante una práctica violenta contra esas mujeres acusadas de brujería injusta y cruelmente.

De momento se desconoce si estas dos jóvenes tenían algún vínculo, de hecho tampoco se ha concluido si compartieron un mismo instante temporal o si entre ellas hay una distancia de algunas décadas. No obstante, no falta quien especula que tal vez fueran hermanas. Estaremos pendientes de nuevas informaciones que compartir contigo sobre las niñas-bruja de Liguria.

FUENTE: https://supercurioso.com

viernes, 23 de junio de 2017

¿Un fantasma le tocó el piano a Axl Rose durante November Rain?


La reconocida banda Guns N' Roses tuvo que parar de tocar tras una aparente actividad paranormal mientras Axel Rose tocaba su piano.

Ellos brindaban un concierto en Houston y la situación se dio cuando interpretaban "November Rain".

El momento fue captado por las cámaras que se encontraban en el lugar.El video muestra a Rose sentado tocando su piano, pero de un momento a otro, se empezaron a escuchar unas notas desafinadas, como si alguien estuviera a su lado, también tocando el instrumento.

Las imágenes muestran al músico sonriente, en primera instancia, pero al seguir la situación, ya empezó a sentirse un poco nervioso.En un momento determinado, Rose observa a su lado izquierdo, lugar de donde provenía el ruido.El concierto continúa y el hecho extraño no se detiene.Fue cuando incómodo, el músico se detuvo y gritó "¿Qué carajo es esto?".Posterior a ello, levantó sus manos para dejar claro que no era él quien tocaba.

Cuando retomó el concierto, indicó que "No me importa si son fantasmas o duendes, pero que se sepan la puta canción".

VER VIDEO https://youtu.be/1Y22v_S03tM

FUENTE: http://www.primiciasya.com

jueves, 22 de junio de 2017

El instrumento maldito: La Armónica de Cristal.


Era 1762 cuando Benjamín Franklin se encontraba en Cambridge, Inglaterra, y presenció el concierto ofrecido por el músico Edmund Delaval. La particularidad del espectáculo residía en que el instrumento empleado eran copas de vino colocadas a lo largo de una hilera, y cuyas diferencias de tamaño y forma producían diferentes sonidos. Aquel espectáculo hizo nacer en Benjamín Franklin la idea de la armónica de cristal, lo que vendría a ser la automatización del concierto de Delaval.


Lo cierto es que la idea de tocar música empleando el cristal no era nueva. Ya en la Edad Media se habían ideado diferentes formas e instrumentos. Igualmente este mecanismo era conocido por los Persas, los Chinos con su Shui Chan, los Japoneses con el Hi o los Árabes con el Tusut. Puede citarse como uno de los ejemplos más famosos el Serafín de Richard Puckerindge, que consistía en vasos de cristal llenos de agua a distintas medidas cuyo borde se frotaba para crear música.


El instrumento ideado por Franklin se componía de boles de cristal, de 20 a 54, superpuestos y alineados en torno a un eje central movido por un pedal. Al músico le bastaba humedecerse los dedos para comenzar a interpretar su melodía. Compositores de la talla de Mozart, Beethoven, Strauss y Bach compusieron piezas para él, maravillados por la armonía de su sonido. Paganini dijo de él que era el "órgano angelical", y la propia Reina María Antonieta fue una de sus intérpretes. Incluso Goethe o Chateaubriand alabaron su sonido. A día de hoy la armónica de cristal cuenta con unas 400 composiciones musicales. En esta imagen se muestra un manuscrito de Mozart para una composición que incluía a la armónica de cristal.


Pero algún tiempo después comenzaron a extenderse rumores acerca de sus supuestos efectos dañinos. Friedich Rochlitz escribió que "la armónica estimula en exceso los nervios y sumerge al músico en una acuciante depresión y, por lo tanto, en un oscuro y melancólico humor que acaba llevándolo a una lenta autodestrucción". De hecho se decía que hacía aullar a los animales, provocaba partos prematuros y disputas conyugales.

Mesmer lo utilizaba como método de relajación, pero fue expulsado de su ciudad cuando al emplearlo logró devolverle la vista a una pianista ciega a costa de su salud mental. Por estas causas fue prohibido en varias ciudades de Alemania, al entender que causaba locura, depresión y cáncer. Todo esto hizo que la armónica de cristal cayera en el olvido hacia el año 1835, especialmente después del episodio en que un niño cayó muerto en un concierto.


La verdad es que los rumores sobre su maldición no estaban muy desencaminados. Los recipientes de cristal contenían una alta cantidad de plomo al igual que la pintura que se empleaba para decorarlos, y el continuado contacto con el instrumento provocaba un lento envenenamiento. Y los síntomas del mismo eran precisamente graves alteraciones psicológicas, daños cerebrales, insomnio, hiperactividad...

Pese a todo, aún a día de hoy existen algunos intérpretes de este instrumento, y pueden encontrarse videos en Internet, si bien es cierto que existen muy pocos intérpretes profesionales.

FUENTE: http://madamemacabre.blogspot.mx

miércoles, 21 de junio de 2017

“Gloomy Sunday”, la canción maldita que induce al suicidio


En muchas ocasiones hemos hablado de objetos malditos, causando en sus propietarios grandes desgracias o incluso la propia muerte. Pero aparte de los objetos, la música también puede llegar a estar maldita, teniendo un profundo impacto en la psique y en las emociones humanas, ¿pero puede una canción causar más de un centenar de muertes por suicidio?

Este es el caso de la canción Gloomy Sunday, escrita en 1932 por el pianista y compositor húngaro Rezső Seress, que fue apodada como la canción húngara del suicido, debido su conexión misteriosa con muchos suicidios.


La canción suicida

La historia que rodea a Gloomy Sunday se ha convertido con el tiempo en algo así como una leyenda. Se sabe que la música fue compuesta por Rezső Seress y las letras fueron escritas por László Jávor, y que fue grabada por primera vez por Pál Kalmár en 1935. Algunas versiones de la leyenda dicen que la canción fue inspirada por la trágica ruptura de Seress con su amante, que más tarde se suicidó, mientras que otros afirman que fue la novia suicida de Jávor que inspiró la canción. La misteriosa canción está contada desde la perspectiva de una persona cuyo amor ha muerto y está pensando en el suicidio con el fin de reunirse con ella, acompañado por una melodía particularmente triste.

Curiosamente, Seress se suicidó el 13 de enero de 1968. En su obituario, el New York Times informó que “Gloomy Sunday” había dejado a Seress deprimido porque creía que no volvería a crear otra canción de éxito. Peor el misterio no acaba aquí, ya que la conexión con el suicidio comenzó incluso antes de que fuera publicada, ya que el segundo editor que recibió la partitura se suicidó poco después. Sin embargo, “Gloomy Sunday” fue un éxito indiscutible en la era de la “depresión húngara”, y con el tiempo la canción se dio a conocer en el extranjero.


La maldición de la canción se comenzó a extender, y en un artículo publicado en marzo de 1936 por la revista Time mostró una serie de suicidios en Hungría vinculados a la canción: un zapatero citó la canción en su nota de suicidio, dos personas se suicidaron mientras escuchaban la canción, la gente se suicidaban tirándose al Danubio, mientras escuchaban la misteriosa partitura. Y los informes realizados a la canción no se solo se limitaban a Hungría. En la década de 1930, el New York Times informó sobre suicidios e intentos de suicidio en los Estados Unidos relacionados con “Gloomy Sunday”. La canción fue prohibida incluso por la BBC hasta el año 2002, y según algunos informes, algunos tiendas se negaron a vender la canción, temiendo que de alguna manera fuera responsable los suicidios.

La canción llego a ser tan popular que el mismísimo Billie Holiday grabó su propia versión de “Gloomy Sunday” en 1941, y posteriormente la canción se llegaó a grabar 79 veces por artistas conocidos como Lou Rawls, Ray Charles, Elvis Costello, Sarah McLachlan, y Björk.


¿Canción maldita?

Dejando aparte la explicación científica que más adelante comentaremos, muchas personas creen que detrás de esta música “infernal” se esconde una influencia demoníaca, o infestación, convirtiéndose así en un tema bastante controvertido, la canción maldita. Este tema suele ser un tema muy difícil de tratar, simplemente porque muchas personas tienden a pensar en la superstición como la posibilidad de que ciertas canciones pueden ser maldecidas. Cuando se habla de “canciones malditas” no significa necesariamente que alguien realizó alguna especie de ritual sobre la canción con el fin de que sea maldita.

Como hemos comentado en anteriores artículos, hay objetos malditos que pueden llegar a provocar mala suerte extrema, grabes accidentes, ruina económica, enfermedades, pesadillas, tensiones en las relaciones, insomnio, y mucho más. Pero tenemos que recordar que cada caso es diferente, y como puede ocurrir en la canción “Gloomy Sunday”, los efectos pueden llegar a ser muchos más devastadores, como la destrucción del propio ser.


¿Y qué piensa la ciencia?

La ciencia también ha investigado la misteriosa canción, teorizando que se pueda tratar de suicidogenetica. De hecho, existe un término para describir este fenómeno, conocido como “Efecto Werther”, que hace referencia a un aumento de los suicidios emulando un suicidio ampliamente publicitado (real o ficticio). Incluso se han llegado a realizar investigaciones sobre los posibles efectos del cine, la televisión, la música y los juegos en el comportamiento suicida. Aunque hay que apuntar, que todos los estudios realizados hasta el momento no han dejado claro si ciertos componentes de medios o géneros podrían desencadenar constantemente suicidios, siendo un tema muy controvertido para la propia comunidad científica.

Lo único cierto es que la canción “Gloomy Sunday” parece tener una relación directa con los suicidios, accediendo al interior del cerebro y inspirando a la muerte. Canción maldita o paranoia colectiva, sea lo que sea continúa siendo un misterio sin respuesta.

FUENTE: http://www.mundoesotericoparanormal.com

martes, 20 de junio de 2017

Robert Johnson hizo un pacto con el diablo

Un mediocre músico negro llegó a ser uno de los más grandes guitarristas de todos los tiempos. ¿Cómo lo hizo? Se dice que vendió su alma al diablo.

Robert Leroy Johnson, el undécimo hermano de una pobre familia negra, nació en Hazlehurst, al sur del estado de Mississipi. En su adolescencia, el joven no demostró la menor aptitud para los estudios, pero manifestó claramente dos intereses: la música (tocaba el arpa y la armónica, aunque como aficionado) y las mujeres.

En 1929 el muchacho, que había dejado los estudios para recoger algodón y que más de una vez debió cambiar su nombre para escapar de maridos celosos, pareció sentar cabeza. Se casó con Virginia Travis, una joven de 16 años, la cual quedó embarazada a los pocos meses. Parecía que la felicidad por fin llegaba a su vida, pero Virginia fallecería junto a su hijo recién nacido, cuando daba a luz. A partir de ese momento, Robert Johnson se transformaría en un alma errante y buscaría consuelo en el blues. En su ciudad natal se casó con una viuda adinerada, con la que tuvo un hijo, aunque ello no fue obstáculo para que viajara por el sur de Estados Unidos siguiendo a los grandes artistas del blues.


El único problema era que Johnson era un músico más bien mediocre. Había tocado sin éxito en algunos clubes y, tras aprender algunos rudimentos musicales del cantante Willie Brown,  se relacionó con el bluesman Son House, de cuyo sonido quedó prendado. Sin embargo, House no pensaba lo mismo de Johnson: “Cuando se subía al escenario frente al público y tocaba la guitarra en los clubes, yo le decía: “No hagas eso, Robert. No sabes tocar ¿Por qué no tocas la armónica para ellos? Pero él no quería soplar aquella cosa. No le importaba que yo le riñese”.

En 1931, Robert Johnson, que se había enterado cuando niño que su verdadero padre era un tal Noah Johnson, un forastero que había pasado una vez por su miserable pueblo de Mississipi, salió supuestamente en su busca y desapareció durante varios meses. Cuando regresó y se presentó de nuevo ante Willie Brown y Son House, el joven bluesman tomó su guitarra y comenzó a tocar. Pero algo había cambiado. Su técnica era exquisita y ahora derrochaba un talento desconocido. House, que meses antes no quería escucharlo tocar, quedó impactado con la metamorfosis del músico, y sólo encontró una explicación lógica para aquello: “Ha vendido su alma al diablo para tocar así”.


El supuesto pacto con el diablo

El otrora mediocre músico sin talento se había convertido, de la noche a la mañana, en un verdadero maestro de la ejecución guitarrística. En ese momento comenzó a tejerse la leyenda, alimentada en parte por el mismo Johnson. Se decía que el músico había vendido su alma al diablo en el cruce de la actual autopista 61 con la 49 en Clarksdale, Mississipi, a cambio de tocar blues mejor que nadie. Johnson habría esperado en la intersección de caminos hasta medianoche con su guitarra en la mano. Luego el maligno se le habría aparecido y, tras prometerle que dominaría la guitarra como nadie, a cambio de su alma, le explicó que solamente debía deslizar las manos sobre su instrumento para interpretar el mejor blues de la historia.

Mito o realidad, lo concreto es que Robert Johnson deambuló tocando por todo el sur de Estados Unidos, como si huyera de alguien. Las letras de sus canciones alimentaban el misterio porque trataban sobre desesperación religiosa y demonios interiores. Dos de sus mayores éxitos hicieron referencia a su supuesto pacto demoníaco. “Crossroad blues”, por ejemplo, relata que los cruces de caminos son la mejor manera de encontrarse con lucifer y la letra de otro de sus éxitos, “Me and the devil blues”, dice textualmente: “Early in the morning, when you knock at my door.  I said Hello Satan, I believe it’s time to go” (“Temprano en la mañana, cuando tocas a mi puerta. Digo hola a satán, Creo que es hora de irme”).

Johnson grabó solamente 29 canciones (algunas con dos versiones, lo que totaliza unas 42 grabaciones) entre noviembre de 1936 y junio de 1937, que se reunirían posteriormente en 11 Lps, y sólo existen de él unas tres o cuatro fotografías, lo que aumentó su leyenda. Su virtuosismo musical, por otra parte, era notable. Al oírlo tocar parece que sonaran dos guitarras y su fantasmal voz podía cambiar de tonos y de formas. Se aseguraba, por otra parte, que en el estudio de grabación usaba siempre una derruida guitarra Gibson, de la que nunca se separaba, y tocaba siempre mirando a la pared, presumiblemente para ocultar sus ojos cuando era poseído por el diablo. También podía estar con sus amigos bebiendo y conversando en un bar mientras bebía, sin prestar atención  a la música que sonaba en la radio, pero al día siguiente era capaz de reproducir cada canción escuchada el día anterior, por orden y nota por nota.


Quienes lo vieron tocar en los clubes aseguraban que sus ojos siempre estaban desorbitados al momento de subir a un escenario y que tocaba siempre en la semipenumbra, para que no vieran su forma de puntear la guitarra. Y cuando terminaba de actuar se iba siempre por la puerta de atrás de los locales, sin siquiera despedirse o decir gracias. La gente, que afirmaba que desaparecía de los escenarios por obra del diablo, aún así acudía en masa a verle, atraídos por su música y por el morbo que le rodeaba.

Johnson buscaba a una mujer en cada ciudad, tocaba en un local y desaparecía. Así fue su vida hasta el 13 de agosto de 1938, en Greenwood, Carolina del Sur, cuando el diablo vino a cobrar la supuesta deuda contraída en la intersección de las carreteras 61 y 49.


Muerte por envenenamiento

Ese día Robert debía tocar en un local llamado “Three Forks”  pero, mujeriego impenitente como era, tuvo la mala idea de intentar seducir a la mujer del dueño de ese local. Minutos antes de comenzar su show, una botella de whisky misteriosamente abierta, llegó a su mesa.  Johnson, que por sus excesos parecía un auténtico rockstar de la época, bebió sin abrigar la menor sospecha.

En mitad del concierto el guitarrista comenzó a sentir molestias físicas. Así que paró de cantar, dejó su guitarra a un lado y salió a la calle. Estuvo perdido durante tres días y, cuando reapareció, ya estaba muerto. Había sido envenenado por la estricnina que contenía la botella de whisky. Tenía sólo 27 años, los mismos que extrañamente tendrían al morir otras grandes leyendas de la música en los años siguientes, como Brian Jones, Jim Morrison, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Kurt Cobain y Amy Winehouse.

Después de su muerte los mitos no cesaron. En la canción “Me and their devil blue’s” Johnson pedía ser enterrado al borde de una carretera (“you may bury my body down the highside side”) y en la actualidad existen tres tumbas que supuestamente contienen sus restos. Algunos historiadores musicales aseguran que sus amigos tomaron esta medida  para que el diablo se confundiera y no encontrara sus restos.


¿Fue Satanás en persona el que le concedió el extraordinario don musical guitarrístico a Robert Johnson? Quien sabe. Algunos aseguran que el verdadero maestro de Johnson no fue un maléfico hombre de negro que se le apareció en el cruce de las carreteras 61 y 49, sino que un músico de Alabama llamado Ike Zinnerman, que acostumbraba a tocar a la luz de la luna, encima de las lápidas de los cementerios. Lo único cierto es que Robert Johnson superó musicalmente a todos sus contemporáneos y marcó las pautas que artistas como Elmore James y Muddy Waters emplearon en el desarrollo del Rythm&Blues, movimiento básico en el origen del rock.

Grandes guitarristas como Eric Clapton o Keith Richards también versionaron sus canciones. Richards, guitarrista y compositor de The Rolling Stones, de hecho, tras escuchar a Robert Johnson por primera vez, quiso saber quién era el otro guitarrista que lo acompañaba. Cuando le explicaron que sólo era Johnson, no podía creer que era una sola persona la que estaba tocando.

50 años después de la muerte de Robert Johnson, una reedición de todas sus grabaciones, llamada “Complete Recordings” obtuvo un disco de oro y consiguió un premio Grammy. Un logro que no pocos querrían conseguir, aun cuando ello les implicara vender su alma al mismísimo diablo.


La leyenda. El hoy mítico músico de blues Robert Johnson era un guitarrista más bien mediocre hasta que, allá por 1933, vendió su alma al diablo en un cruce de caminos de Clarksdale, Misisipi, a cambio de tocar blues mejor que nadie. Gracias a este pacto satánico, acabó siendo coronado en muy poco tiempo como el Rey del Blues del Delta. Murió a la temprana edad de 27 años, envenenado por el marido de una de sus amantes. Según dicen, fue cosa del diablo, que reclamó su alma.

La realidad. Johnson siempre negó su relación contractual con el demonio, pese a que entre sus éxitos hay canciones tan delatoras como Crossroad blues (El blues del cruce de caminos) o Me and the devil blues (El blues del demonio y yo). En esta última dice cosas como: “Temprano en la mañana, cuando llamas a mi puerta, digo ‘hola Satán, creo que es hora de partir”. Por muy falsa que sea, la leyenda de Johnson contribuyó a convertirlo en uno de los músicos más influyentes el siglo XX, que hoy en día está considerado como el Abuelo del Rock’n’Roll. Led Zeppelin, los Rolling Stones, Bob Dylan, Neil Young o Jimi Hendrix son algunos de sus admiradores.

FUENTES: https://www.guioteca.com  http://elpais.com

lunes, 19 de junio de 2017

'Hotel California', de los Eagles, ¿es una canción satánica?


En 1976, el grupo Eagles grabó un exitoso single, un clásico radial instantáneo que años después sería acusado de ser una de las canciones satánicas más famosas de la historia.

En el año 1976 el grupo norteamericano Eagles lanzó una canción de seis minutos y medio de duración que, en mayo de 1977, alcanzó el número 1 en el ranking Bilboard Hot 100. Este mismo tema, con el paso de los años, se convertiría en un clásico instantáneo y en su single más famoso: “Hotel California”. Compuesta por el baterista y vocalista Don Henley, y los guitarristas Don Felder y Glenn Frey, la letra del tema hablaba, según sus autores, “del lado oscuro del sueño americano y el exceso en Estados Unidos”, especialmente el referido al uso de drogas duras.

Sin embargo, la canción, con el paso del tiempo, se convertiría en objeto de controversia, ya que algunos medios de prensa echaron a rodar una bola que aseguraba que la canción era satánica, y aludía en su letra a un lugar bastante parecido al infierno.


Los primeros rumores indicaban que el título “Hotel California” aludía al culto al diablo, pues supuestamente aludía a la dirección donde el famoso satanista Anton Szandor La Vey, quien se autoproclamó como el Papa negro o Papa oscuro, fundó en abril de 1966 la Iglesia de satán (California Avenue, en San Francisco). Estos mismos rumores aseguraban que en ese lugar los integrantes del grupo Eagles habrían hecho un pacto demoníaco y, después de realizarlo, habrían escrito la famosa canción.

La letra del tema, escrita por Don Henley, trata de un hombre que llega al misterioso Hotel California, un lugar “que podría ser el cielo o el infierno”. Allí es recibido por una mujer, que para algunos es una especie de sacerdotisa que quiere iniciar al recién llegado en la Iglesia de satán. Pero este forastero no es el primero en llegar allí, ya que escucha unas voces de bienvenida en el pasillo, de los acólitos que forman una especie de misteriosa congregación, misteriosa porque “son prisioneros allí por su propia voluntad”. Más adelante, las mismas voces lo despiertan a la medianoche, para que participe en una especie de ceremonial. El hombre contempla el ritual de un sacrificio donde se usan “cuchillos acerados”, pero el sacrificio no se consuma porque “no se puede matar a la bestia”. Así que el forastero, impresionado por lo que ha visto, opta por echar a correr hasta la puerta para intentar escapar de ese lugar profano. Sin embargo, un “hombre de la noche” le dice unas enigmáticas palabras que lo dejan helado: “Puedes cancelar tu reservación cuando quieras, pero no puedes marcharte nunca”.


Los extractos supuestamente satánicos de la letra de la canción “Hotel California” se centran sobre todo en la frase “They stab it with their steely knives, but ther just can´t kill the beast” (“Ellos le apuñalan con sus cuchillos de acero, pero no pueden matar a la bestia”), que aludiría, según algunos, a rituales satánicos de sacrificios. Otra frase de la canción dice: “He said “We haven´t that spirit here since 1969″ ” (“Él dijo:”No hemos tenido ese espíritu desde 1969″), que aludiría según algunos al año en el que se publicó la “Biblia satánica”, escrita por el mencionado satanista Anton Szandor La Vey.

Tampoco faltaron los que aseguraron que había un mensaje satánico oculto en la canción, pues si la frase “This could be Heaven or this could be Hell” (“Esto puede ser el Cielo o puede ser el Infierno”), se reproducía en sentido inverso, supuestamente se podía escuchar el siguiente mensaje: “Yeah, Satan. How he organized his own religion / Yeah, well he knows he should. How nice!” (“Sí, Satán. Cómo organizó su propia religión. Sí, él sabe bien que lo haría. ¡Qué maravilla!”).


La última frase de la canción es una de la más explícitas en cuanto a la posible referencia al infierno: “You can check out anytime but you can never leave” (“Puedes cancelar tu reserva cuando quieras, pero no puedes marcharte nunca”), aunque algunos fanáticos aseguran que toda la letra de la canción alude en realidad a la estadía de un paciente en el hospital psiquiátrico estatal de Camarillo, situado entre Los Ángeles y Santa Bárbara, que cerró en 1997 y al que se le llamaba precisamente Hotel California. La canción, entonces, relataría la experiencia de un internado en ese hospital. Otra interpretación parecida aseguraba que el Hotel California era una clínica de rehabilitación para que los drogadictos se recuperaran de sus adicciones.

Pero los rumores de satanismo no sólo afectan a la letra y al título de la canción, sino que también afectan a las fotos utilizadas para la portada y la contraportada del disco en el que aparece el tema, titulado de igual forma.

La portada muestra un hotel de estilo español, del cual se decía que era el cuartel general de los miembros de la Iglesia de satán, aunque en realidad la fachada corresponde al Hotel Beverly Hills, conocido como Pink Palace y ubicado en la avenida Sunset Boulevard. Pero, en la carpeta interior del álbum, aparece una foto con el grupo en pleno posando en el vestíbulo de otro hotel (el Lido de Hollywood). Si se mira con cuidado hacia la parte superior, en uno de los balcones, en medio de la penumbra, aparece un tenebroso y misterioso personaje, calvo y con una afilada barba en forma de perilla, de quien muchos aseguraron que se trataba del mismo Papa negro, Anton Szandor La Vey. La banda, consultada por este hecho, sólo replicó diciendo que se trataba de una planta decorativa y, mucho después, afirmó que era una persona que se puso en el balcón por error.


Con respecto a la existencia real del Hotel California, la verdad es que sí existe un Hotel California en Todos Santos, en la península de Baja California, México, pero los integrantes de los Eagles aseguraron que jamás habían pasado la noche allí, por lo que era imposible que hubieran escrito la canción en ese lugar. Don Henley, el líder del grupo Eagles, explicó que “a lo largo de los años escuché rumores sobre ese hotel, pero puedo decir inequívocamente que ni yo ni ninguno de los otros miembros de la banda hemos tenido ningún tipo de asociación – por negocios o placer – con ese establecimiento. Ese hotel fue establecido después de que nuestro tema “Hotel California” se volviese popular y parece ser un intento ostensible de capitalizar con la popularidad de la canción”.

El mismo Henley negó de plano que la canción “Hotel California” aludiera al satanismo, pues en realidad “capturaba el espíritu decadente de la época, un tiempo de grandes excesos en este país y en el negocio de la música en particular”. El guitarrista Glenn Frey, en tanto, especificó que la canción hablaba de la adicción a la cocaína, un metafórico “hotel” del que es imposible escapar una vez que se ha entrado en él. “La canción ‘Hotel California’ habla en contra del exceso de cocaína. Nosotros no siempre hemos hecho las cosas con moderación, pero nos estábamos imaginando cómo te quemas lentamente, en el largo plazo, por el uso de drogas”. Con respecto al supuesto mensaje satánico que se puede escuchar si el tema se reproduce al revés, el segundo bajista de los Eagles, Timothy B. Schmit, afirmó que “lo único que pasa si pones el disco al revés es que se va a rayar. No hay nada de eso en ese disco”.


Para algunos, los rumores de satanismo que rodean a la canción “Hotel California” no son para nada infundados, mientras que para otros el significado real de la canción sólo alude al espíritu de exceso y decadencia que caracterizó a los lejanos años 70’, década donde vivió su época de oro el denominado rock clásico.

La leyenda. En 1966, Anton Lavey crea La Iglesia de Satán. Y en 1976 le encarga una canción al grupo Eagles para celebrar el décimo aniversario de su congregación satanista. La canción se llama Hotel California, y su letra describe con crípticas metáforas una misa negra. El Hotel California sería una alegoría del infierno, un lugar que, como dice el tema, es “adorable” y tiene “un montón de espacio”. Hay fans que, mirando con lupa la portada del disco homónimo que incluye la pieza, aseguran que, en una de las ventanas del hotel puede distinguirse la figura de Anton Lavey.

La verdad. Según los miembros del grupo, en la foto no sale Lavey por ningún lado. En cuanto a la canción, Don Henley, que la escribió, ha explicado que solo trata de reflejar el clima decadente de la escena rockera de Los Ángeles en un momento en el que drogas como la cocaína eran omnipresentes.

FUENTES: https://www.guioteca.com  http://elpais.com