jueves, 9 de abril de 2015
7 PEQUEÑAS HISTORIAS DE TERROR
La historia de la ciudad de México es muy rica, sin embargo, con el pasar de los años, varios de los acontecimientos fueron perdiendo credibilidad o sufrieron algunas modificaciones ocasionadas por las interpretaciones de los emisores o receptores, pasando a convertirse en auténticas leyendas, al desconocerse si los hechos en realidad pasaron o si sólo fueron obra de la imaginación de la ciudadanía.
Algunas de las leyendas más conocidas de la ciudad de México, las cuales han sido contadas de generación en generación, son:
1."La Llorona"
Es una de las historias más famosas del México antiguo, al incluso desconocerse su fecha de origen, ya que se asegura que proviene del Siglo XVI, cuando la ciudadanía estaba obligada a refugiarse en sus hogares durante el toque de queda, instantes en el que aseguraban escuchar el conocido lamento "¡Ay, mis hijos"!
También se asegura que la leyenda se habría desprendido, porque la mujer se habría visto obligada a matar a sus hijos a petición de su novio, quien le puso esa condición para que no se apartara de su lado, sin embargo, después se arrepentiría de sus actos, cuando sorprendió a su amante en manos de otra dama.
La historia más antigua se refiere a una Diosa Azteca de nombre Cihuacóalt que predecía la conquista de "sus hijos" y lanzaba una plegaria que decía: "Hay mis hijos, como escaparan a tan funesto destino".
2. Antiguo Convento de la Concepción
Ubicado en Belisario Domínguez y República de Brasil, Centro Histórico, el conjunto original estuvo formado por varios edificios, el noviciado, el edificio principal del convento y el templo.
De acuerdo a la leyenda, por tiempos de la colonia, existió una mujer llamada Doña María Gil, la cual se encontraba perdidamente enamorada de Don Urrutia. A su relación se oponían los dos hermanos de la joven y un día decidieron ofrecerle una fuerte cantidad de dinero al pretendiente de su hermana para que dejara la ciudad y se olvidara de ella. Cuando él se fue a Veracrúz, se asegura que ella ingresó al convento; pero no soportando el sufrimiento se ahorcó de un árbol de duraznos.
La leyenda señala que su cuerpo se aparecía a las monjas enclaustradas que vivieron en el convento.
3. La casa de la Tía Toña
Ubicado en la tercera sección del Bosque de Chapultepec, este inmueble se ha popularizado debido a una leyenda urbana en donde se asegura que ahí aún habita una mujer que se enfurece cuando es visitada por curiosos.
Cuando se enfada ocurren cosas inexplicables en la propiedad. Se escuchan ruidos de cosas que caen, una silueta aparece en las ventanas y se siente la presencia de alguien.
La casa se localiza cerca del panteón "Dolores", en Avenida Constituyentes, y la leyenda señala que la "Tía Toña" era una mujer solitaria y con dinero. En medio de esta soledad decidió darle cobijo en su casa a niños de la calle, proporcionándoles techo, ropa y comida.
A pesar de su aplaudible acción, los jóvenes le hicieron la vida imposible, motivo por el que un día comenzó a a matarlos a base de golpes y luegos arrojó sus cuerpos a un río cercano. Cuando la culpa la alcanzó, se encerró en su habitación y nunca volvió a salir.
4. Casa de Don Juan Manuel
En la calle de Uruguay 94, en el Centro Histórico, se encuentra el inmueble que habitó Don Juan Manuel de Solórzano, edificio que encierra la historia de un hombre que, de acuerdo la leyenda, vendió su alma al diablo con tal de saber con quién lo engañaba su mujer.
Supuestamente en las noches aparece un hombre en el portón de la construcción y pregunta la hora. Si alguien contesta "Son las 11 de la noche" él dirá "¡Dichoso aquel que sabe la hora de su muerte!
Este sitio en la actualidad sirve de salón para eventos y fiestas privadas, ya que su arquitectura del siglo XVI lo convierte en un lugar bello y confortable para pasar el tiempo con amigos, además de que está catalogado como Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
5. Viejo Hospital Juárez
Esta clínica localizada en Jesús María y Fray Servando, en el Centro Histórico, es conocida por recibir con cierta frecuencia la visita de "La Planchada", una enfermera de apariencia inofensiva cuya risa es calificada de "siniestra" por las personas que se han topado con esta manifestación.
El nombre lo obtuvo por su atuendo colonial, el cual luce perfectamente planchado y amildonado.
De acuerdo a relatos urbanos, la mujer se enamoró perdidamente de un médico, sin embargo, el cariño no era recíproco, tal y como ella misma lo pudo constatar al enterarse que el galeno salía con otra mujer. Jamás se recuperó de la desilusión amorosa.
6. La calle de La Quemada
A mediados del siglo XVI, Gonzalo Espinosa de Guevara llegó a la ciudad de México y lo hizo acompañado de su bella hija Beatriz, de 20 años, quien es la protagonista de esta sangrienta y meomrable historia.
La leyenda relata que Martín de Scópoli, un Marques italiano de Piamonte y Franteschelo, se enamoró perdidamente de ella, por lo que decidió matar a todos sus posibles pretendientes, para así asegurar que Beatriz se fijara en él, sin embargo, la joven decidió acabar con su belleza y así dejar de atraer a Martín, por lo que llenó un recipiente de metal con carbón y lo arrojó en dirección a su rostro.
A pesar de las quemaduras y de haber perdido uno de sus principales atractivos, Martín le confesó que la amaba por su interior, confesiones que le robaron el corazón a Beatriz, quien meses más tarde se casaría con el Marques.
Betty utilizó un velo blanco en el día de su boda, pero después siempre portó un velo de color negro, por lo que nunca nadie pudo volver a ver su rostro, aquel que robó los suspiros de los hombres de la época.
A partir de entonces, la calle donde vivió Beatriz se llamó la calle de la Quemada, aunque en la actualidad es conocida como la 5a. calle de Jesús María.
7. Fantasma de la Basílica de Guadalupe
Muchos narran que han visto salir a una mujer de la Basílica que carga una vela que no se apaga ni con la lluvia ni con el viento.
Se le ha visto atravesar paredes, luego de dejar ofrendas y rezar. Visitantes afirman que es un alma en pena que dejó asuntos pendientes en la tierra.
También existen relatos en torno a la antigua Basílica de Guadalupe, al asegurarse que por las noches se escuchaban las campanadas, a pesar de que nadie las tocaba, ya que el capellán había fallecido a causa de una enfermedad mal cuidada.
FUENTE: http://www.vanguardia.com.mx/
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