miércoles, 19 de octubre de 2016

Un llanto en la noche


Cuenta la leyenda que un par de hombres se adentraron en el bosque para pescar en la orilla de un río. La tarde transcurrió entre las charlas de la camaradería y los pormenores de una pesca afortunada. Al caer la noche, los hombres aprestaban sus aparejos de pesca para retornar a sus hogares cuando uno de los pescadores percibió un extraño sonido más allá de las oscuras copas de los pinos.

Se lo comentó a su compañero y se pusieron de acuerdo en que el origen del sonido debía ser algún animal salvaje herido, quizás una loba llamando a una cría extraviada. Desanduvieron el camino que iba de la orilla del río a su poblado y en mitad de bosque, el sonido se hizo más intenso y cercano. La oscuridad resultante del espeso techo vegetal de ramas y árboles que cubrían sus cabezas les hizo tomar por un buen augurio la luz que apareció en el camino y comenzó a acercarse hasta ellos. No dejaron de sorprenderse y asustarse al ver que quien se acercaba era una niña, descalza y con el pelo mojado. Cuando los hombres estaban a punto de preguntarle qué hacía por esos parajes, un terrible lamento surgió de los árboles y la cara de la niña se llenó de horror y salió corriendo.

Uno de los pescadores corrió tras ella intentando ofrecerle su ayuda. Extrañamente, el espantoso aullido pareció alejarse por el bosque tras los pasos de ambos. Su amigo lo esperó durante horas pero nunca supo más nada de él. Al comentar lo sucedido en el pueblo, un anciano le refirió al aterrado pescador sobreviviente la historia de una mujer que había ahogado a su hija en el río y que luego, arrepentida, se había suicidado arrojándose a las aguas. Desde entonces su espíritu, y al parecer el de su hija, rondan por el bosque condenadas a perseguirse y quizás, a arrastrar a su pesadilla a los desprevenidos caminantes.


Esta versión es una de las muchas que existen en torno a la Llorona: una figura presente en casi todo el folclore hispanoamericano pero muy especialmente protagónica en México, donde la relación entre el mundo de los vivos y el más allá es motivo de fiesta nacional, celebrada cada 2 de noviembre en el Día de los Muertos. Homenajeada en sones, especialmente en la canción que recorrió el mundo en la poderosa voz de Chavela Vargas, la Llorona es símbolo de las almas que penan la desgracia de los errores que cometieron en vida. En su caso, se le atribuye la culpa por la pérdida de sus hijos, que no puede dejar de llorar.

FUENTE: http://www.ehowenespanol.com/

No hay comentarios :

Publicar un comentario