miércoles, 10 de mayo de 2017

El día de la Madre.


Hace  ya tiempo que en nuestro país se celebra el Día de las Madres el 10 de mayo. Esta fiesta nos llegó vía los Estados Unidos como un préstamo cultural que tuvo como inicio la buena intención de una amorosa hija para con su madre, pero que en la actualidad se ha convertido en una fecha beneficiosa para las utilidades de los comerciantes. El 10 de mayo se quedó con nosotros y adquirió cartas de naturalización en este país tan proclive a adorar a las madres, aunque sólo sea por un día. Pero sí bien es cierto que la costumbre nos llegó del país vecino, el concepto de venerar la maternidad, la fertilidad, y la creación de formas de vida humana o agrícola, ha acompañado al hombre desde las primeras civilizaciones de Europa, Asia, África, y América. Así pues, podemos afirmar que los egipcios adoraban a Isis, esposa y hermana de Osiris, diosa Madre de la Fertilidad y de la producción de cereales. La diosa Deméter, conocida y reverenciada por los romanos como Ceres, fue la Madre Tierra, deidad de la agricultura a quien los hombres deben el cultivo de los cereales. Entre los romanos fue sobresaliente Tellus, Terra, la diosa que encarnaba la fertilidad. Se la representaba en forma de mujer con múltiples senos llenos de leche.


Entre los fenicios Astarté tenía como atributos ser la diosa generadora de la vida, principio y génesis de la naturaleza; a más de exaltar los amores y los placeres carnales. En el hinduismo tenemos a la diosa Devi,  representante de la energía femenina del Único Creador, la amable y gentil Madre. En la antigua mitología china Nuwa es un dios dual (normalmente representado como mujer) que forma parte de los Tres Augustos y los Cinco Emperadores. Representa la Madre Creadora, la diosa esposa, hermana, líder tribal y emperador. En las tierras andinas, entre los pueblos indígenas  reinó, y aun reina, la Pacha Mama, la Madre Tierra, divinidad protectora de los humanos, diosa de la fecundidad y la fertilidad. Dentro de nuestras culturas mesoamericanas tenemos a la diosa Coatlicue, La de la Falda de Serpientes, diosa terrestre de la vida y de la muerte, la cual también recibía el nombre advocatorio de Tonatzin, Nuestra Madre, y  de Teteoinan, Madre de los Dioses.


Veamos ahora cómo surgió en los Estados Unidos de Norteamérica el tan sonado Día de las Madres. En dicho país, este día se festeja el segundo domingo de mayo. En el otoño de 1872, por iniciativa de la escritora Julia Ward Howe, se realizó la primera celebración pública del Día de las Madres, con una manifestación pacífica en la que participaron todas las madres de las familias que habían perdido un hijo en la guerra. Sin embargo, las manifestaciones no fueron muchas y la costumbre se perdió.

Poco después, en 1890, una mujer llamada Mary T. Saeen, nacida y radicada en Kentucky, pensó que el 20 de abril, día del cumpleaños de su madre, a la que quería mucho, debía ser instaurado como una festividad anual dedicada a todas las madres. Hizo su propuesta ante un grupo de amigas maestras que no la tomaron en cuenta, el proyecto fracasó. Dos años más tarde, el pastor Robert K, Cummings de la Iglesia Universalista de Nuestro Padre, en Baltimore, quiso que todos los 22 de abril se realizara un servicio religioso en honor a todas las madres del mundo. La fecha estaba relacionada con el día en que su madre había muerto. Todo volvió a fracasar. Y lo mismo sucedió con los intentos de Fred Hering en 1902.


En 1907 (o 1905), Ana Jarvis, una sufrida hija soltera dedicada exclusivamente a su madre,  que no tenía hijos y  vivía en Grafton, Virginia, a raíz de la muerte de su madre inicio una campaña nacional para  instaurar un día dedicado a las madres norteamericanas,. Envió cartas a maestros, abogados, políticos, religiosos, y a todas las personalidades que se le ocurrieron, plateándoles su deseo; todos estuvieron de acuerdo. Así, ya en 1910 la fiesta se celebraba  en casi toda la Unión Americana. Pero no fue sino hasta 1914 cuando el presidente Woodrow Wilson firmó la declaración oficial del Día de la Madres para ser celebrada el segundo domingo de mayo.

Como la fiesta empezó a tener un carácter más comercial que venerable, en el año de 1923, Ana Jarvis, pidió a las autoridades que se quitase la fiesta del calendario de fiestas oficiales. Su reclamo ocasionó varios disgustos y el rechazo de su petición. Poco antes de morir, Ana hizo público su arrepentimiento por haber iniciado una celebración que sólo beneficiaba a los comerciantes.
Cabe mencionar que anteriormente a estos acontecimientos, en la Inglaterra medieval se conmemoraba el cuarto domingo de cuaresma como el Domingo de la Madre. En este día, los niños trabajadores que habían estado fuera de sus casas como aprendices en los talleres, retornaban para visitar a sus mamás y les llevaban un regalito o una torta de frutas con pasta de almendras, hecha específicamente para la fecha.


En México, la fiesta cuenta con casi un siglo de existencia, cuando el periodista Rafael Alducín, del periódico Excelsior, el 13 de abril de 1922 realizó una invitación para que se fijara una fecha para conmemorar este día, imitando la fiesta norteamericana. Le tocó al 10 de mayo y así se mantuvo hasta nuestros días. No todos los países festejan el mismo día, por ejemplo: el segundo domingo de mayo: Alemania, Australia, Bélgica, Brasil, Chile, China, Canadá, Colombia, Perú, Venezuela. El 14 de mayo: Samoa. El 15 de mayo: Paraguay. El 26 de mayo: Polonia. El 27 de mayo: Bolivia. El 30 de mayo: Nicaragua. El último domingo de mayo: Francia. Y aun se extiende la fecha hasta agosto como en Tailandia y Amberes,  Bélgica.

Sonia Iglesias y Cabrera

FUENTE: http://www.mitos-mexicanos.com

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