miércoles, 9 de noviembre de 2016
La costumbre de cruzar los dedos para invocar a la suerte.
Si ayer les hablábamos de la protección que solicitamos aparentemente al tocar la madera y alejar la mala suerte, hoy lo haremos de la vieja costumbre de cruzar los dedos cuando se desea invocar a la fortuna, aunque también hay que tener en cuenta que este gesto se realiza cuando queremos decir una mentira, como si al hacerlo quisiéramos evitar el castigo o la pena por mentir, que no deja de seguir siendo una invocación a la buena suerte (de que no nos pillen en la mentira).
Con este gesto lo que se pretende simbolizar es una cruz, y según los más supersticiosos, sirve para alejar la mala suerte y para alejar las influencias maléficas que puedan interferir en nuestra vida. Sin embargo otros autores niegan la relación de este signo con la cruz cristiana, otorgándole un origen mucho más remoto.
Su posible origen precristiano se basa en que quienes cruzaban los dedos lo hacían porque el dedo índice y mayor (que son los que se cruzan) representaban a dos dioses paganos, Zeus y Cronos.
Zeus controla el destino y Cronos los deseos. Al sobreponer el dedo que representa a Cronos sobre el que representa a Zeus se pretendía que los deseos se superpusieran sobre el propio destino.
Así quienes hacia el gesto de la cruz estaban intentando que sus deseos vencieran a lo que el destino le tuviera preparado.
No deja de ser una teoría más pero que no carece de sentido si tenemos en cuenta que las religiones paganas estaban muy presenten en los pueblos precristianos.
Otros autores difieren de esta teoría y nos indican que su uso procede de una manera discreta de hacer el símbolo de la Santa Cruz.
Los condenados y presos que se encontraban esposados se persignaban de esta forma ya que no podían hacerlo de otra forma y en otras situaciones permitían hacer referencia al cristianismo sin delatar sus creencias.
Lo cierto es que el origen no está claro y es discutible, pero hay algo innegable y es la costumbre de cruzar los dedos como símbolo de suerte.
Otra utilización de este gesto y que ya hoy en día se encuentra casi en desuso es su uso como manera de alejar a los malos espíritus.
En sociedades medievales, muy proclives a las supersticiones y creencias en lo paranormal, la presencia de entes y espíritus del mal eran muy comunes. Hacer la señal de la cruz alejaba a estos espíritus y protegía de la mala suerte.
Hoy día esta superstición se utiliza únicamente como manera de que las cosas nos salgan bien y que la suerte esté con nosotros. No pensamos en la cruz, ni en su simbolismo cristiano o esotérico. No importa, lo único que nos interesa es que lo que deseamos se cumpla.
Existe también la creencia popular que tener cruzados los dedos mientras decimos una mentira no protege de haber pecado. Es como si esta mentira no incumpliera ninguna norma religiosa. Incluso si nos descubren la mentira se suele decir que teníamos los dedos cruzados y que no pasa nada por haber actuado así. Estábamos protegidos.
Muchos de quienes utilizan el cruzar los dedos lo hacen por inercia. Es un comportamiento aprendido lo cual le resta el poder que pudiera tener.
Los símbolos tienen poder pero es aún más fuerte el poder de nuestra mente. Si pensamos que hacemos algo que nos dará suerte las probabilidades de cumplir nuestro deseo aumentan. Ahora bien, si solo cruzamos los dedos por inercia no estamos aportando nada de nuestra energía ni atracción.
Pensemos que lo que hacemos tiene valor y esto lo tendrá. SI el poner los dedos de una manera u otra nos da confianza, debemos hacerlo.
En cualquier caso, no deja de ser una curiosa manera de invocar a la buena suerte y es sin duda fácil, practica y barata… ¡y la tenemos siempre a mano!
FUENTE: http://www.tarotamigo.com/
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