lunes, 13 de noviembre de 2017

Leyenda El padre de las hostias.


Por: Prof. Héctor Pascual Gómez Soto

Se cuenta que allá por el 1900 cuando apenas se festejaban los novenarios a la virgen de Guadalupe en la nueva capilla del santuario, los habitantes de El Tuitan tenían el compromiso de ir por el padre para que muy temprano oficiara la primera misa que empezaba a las 6:00 de la mañana, el padre muy diligente desde las cuatro estaba listo para partir hacia el santuario por el camino de la m, se llegaron las cuatro y media y las remudas ni llegaban, a las cinco de la mañana de un frio 12 de diciembre el sacerdote emprendió la marcha hacia la cumbre, para esto se colocó sus hábitos, y se alisto con el copón donde llevaba las hostias sagradas que daría en comunión a los habitantes de El Tuitan, Palmillos, Ojo de agua del Sabino etc.

A llegar al camino del santuario en donde empezaba la subida de la m. Le dieron el primer llamado, avanzó rápidamente por el camino, aluzándose con una lámpara, llego al tramo más largo, en donde nuevamente escucho la segunda llamada, esto hizo que acelerada el paso, que se le dificultaba por traer ya puesta su sotana, determino subir el último tramo por unos caminos que la gente llama travesía, que son para ahorrarse tanta vuelta, aunque la última travesía es la más empinada y difícil de subir, aligero el paso y con una de esas raíces que se encuentran por el piso tropezó, soltando de sus manos el copón con todo y hostias, estas fueron a dar al polvo del camino, asustado el sacerdote recogió como pudo las hostias que alcanzo a ver, llego apurado casi terminando de dar la última campanada.


Pasado el tiempo el sacerdote en mención, se cambió a otro lugar, llego a viejo y murió, al llegar al cielo, lo esperaba san pedro, que le comento que él tenía una deuda pendiente en la tierra, el sacerdote con toda humildad replico que el había sido un buen sacerdote y que nunca había faltado a su juramento, insistió san pedro y le recordó que se acordara de Jalpa. Recordando así el sacerdote sobre su accidente rumbo al santuario, de penitencia se le dijo al padre que fuera día con día a buscar las hostias sagradas por el camino y ya que las encontrara entonces el cielo seria su hogar.

Desde esa vez el sacerdote anda penando, bajando y subiendo al santuario con su linterna buscando las dichosas hostias, ya que es un sacrilegio tirar hostias sagradas, desde ese tiempo la gente de Jalpa ve por la noche una lucecita que sube y baja. Seguro es el sacerdote buscando las hostias sagradas. Dicen que hay una solución para salvar el alma del sacerdote: que vayamos a eso de la 12 de la noche, a buscar las dichosas hostias y así pagara su pena. Si te decides ir te esperamos para ir a buscarlas.


FUENTE: http://www.paratodomexico.com

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