miércoles, 8 de noviembre de 2017

Leyenda Hacienda del Soyatal


Situada a 20 kilómetros al oriente de la ciudad de Aguascalientes, se puede llegar a este panorámico lugar por una carretera estatal, rumbo a la comunidad de Noria Ojo caliente, y después de atravesar varios pequeños poblados y una planicie llana, vislumbrados una iglesia que se levanta majestuosa en una comunidad denominada el Colorado.

La hacienda del Soyatal tuvo su época de esplendor durante el siglo XIX y principios del presente, siendo la producción de granos básicos su principal actividad económica, y en menor medida la ganadería. Se componía de casi 7,000 mil hectáreas, en donde vivían cerca de 600 habitantes hacia finales del siglo pasado.

Lo más atractivo del lugar es el templo y la Casa Grande, ambos obra del Arquitecto práctico Refugio Reyes. EL casco fue en los albores del siglo XX uno de los más hermosos del Estado, belleza que podemos atestiguar a pesar del avanzado estado de deterioro en que actualmente se encuentra. La Casa Grande de esta hacienda porfiriana, luce una fachada sobria, y contrasta con el buen gusto en los decorados y en los detalles arquitectónicos de los interiores, supervivencias de su pasado esplendor. En particular llama la atención del visitante la decoración pictórica de los muros de las habitaciones en la parte superior, que muestran el gusto de la época.


Se componía de 19 habitaciones, todas con decorados en sus muros, conservándose algunos de ellos casi en su totalidad; una enorme cocina, un comedor con amplios ventanales y dos patios. Los pasillos reflejan una influencia europea en los arcos y en algunos detalles se aprecian ciertos elementos de la arquitectura árabe, austeros y al mismo tiempo bellos, que evidencian la gran calidad de esta construcción rural porfiriana del siglo XIX.

El último dueño que residió por lo menos temporalmente en la hacienda fue Don Carlos Arellano Valle quien a causa de desavenencias con los habitantes del lugar y a raíz de la afectación agraria dejó prácticamente abandonado el lugar hacia 1939 y desde entonces a la fecha la finca se ha ido deteriorando inexorablemente. Hace no muchos años sus instalaciones fueron aprovechadas como escuela rural elemental para los jóvenes del ejido y lugares cercanos, lo que aceleraron su destrucción.

La finca ha sido presa de ignorantes e inconscientes busca-tesoros que han lastimado y destruido considerables partes de sus paredes y pisos.


El templo de la Santa Cruz de Soyatal fue construido por orden del hacendado Luis Valadéz, a finales del siglo pasado (1897), cuyos restos descansan desde 1909 en una parte del recinto sagrado.
En el altar principal se encuentra una hermosa imagen del sagrado Corazón de Jesús, motivo por el cual las fiestas del lugar se celebran en el mes de junio.

La arquitectura del recinto es una verdadera obra de arte, de una gran delicadeza, y a pesar de que se encuentra en estado de fuerte deterioro conserva su enorme belleza.

El púlpito, artísticamente labrado en madera, es otro elemento propio de los templos de fines del siglo pasado. El escalón que separa la nave del presbiterio, así como de los brazos laterales, está protegido por un barandal de hierro fundido. El baldaquino o ciprés se cubre con un cupulín bulboso de tipo bizantino. Las bóvedas son de crucería, esférica la del ábside curvo donde está el presbiterio. Dos pilastrones del orden dórico con entablamento, cuya cornisa circunda el templo, forma el arco triunfal. El decorado interior de las cúpulas es por demás hermoso y el tiempo no ha hecho grandes estragos.


Los altos ventanales dejan pasar el sol como una parte del púlpito. Actualmente los feligreses guardan con gran celo los objetos del interior del templo, ya que en el pasado han sido extraídas del mismo algunas piezas sacras de incalculable valor. El material del que esta construido el templo es de piedra de matacán.

Este templo porfiriano, sólidamente construido y magistralmente ejecutado, guarda en sus interiores y exteriores una concepción notable y original del espacio, además de que el arquitecto tuvo la oportunidad de hacer gala de su imaginación creadora. En el exterior, las bóvedas esféricas son iluminadas por unas linternillas compuestas por vanos alargados separados por sui generis apoyos.
La vertical fachada, de peculiar y sobrio estilo, nos informa un gran y profundo arco.

Comentan los lugareños del ejido que hace algunos años cayeron un par de rayos sobre el campanario de la iglesia, derribando una parte de la construcción en el remate así como una cruz de Hierro, razón por la cual existe cierto temor entre los habitantes para asistir al culto. Se Puede subir a la azotea por una escalera de caracol situada en la parte izquierda del templo, desde donde se puede admirar una esplendorosa vista panorámica hacia los alrededores

FUENTE: http://www.paratodomexico.com

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