miércoles, 27 de junio de 2018

Combustión Espontánea.


La combustión espontánea es el supuesto incendio del cuerpo de una persona sin una fuente de ignición externa fácilmente identificable. La combustión puede provocar simples quemaduras y ampollas en la piel, humos, o una incineración completa del cuerpo. Esta última es la forma más frecuentemente «reconocida» como combustión espontánea. Hay mucha especulación y controversia sobre la combustión espontánea. No es un suceso natural comprobado, pero muchas teorías han intentado explicar su existencia y cómo puede ocurrir. Las dos explicaciones más comúnmente ofrecidas para explicar las aparentes combustiones espontáneas son el fuego con efecto mecha y el provocado por la rara descarga estática, ninguno de los cuales es espontáneo. Aunque puede demostrarse físicamente que el cuerpo humano contiene suficiente energía almacenada en forma de grasa y otros tejidos para consumirse completamente, en circunstancias normales los cuerpos no sostendrán un fuego por sí mismos.

Características

Hay muchas características que juntas distinguen una presunta combustión espontánea de otros tipos de fuego.


De hecho, es una combinación de todos o la mayoría de los siguientes factores en una muerte por fuego lo que lleva a proponer primeramente que se trató de una combustión espontánea.


  • El fuego parece haber sido generado espontáneamente sin ningún medio de ignición observable.
  • El daño del fuego suele estar localizado en el cuerpo de la víctima. Los muebles y electrodomésticos cercanos a la víctima suelen quedar intactos. Los alrededores de la víctima sufren poco o ningún daño. Sin embargo, esto puede ser una distorsión del proceso de muestreo, dado que es posible que en otros casos el fuego se extienda y provoque una gran destrucción de los alrededores (especialmente domésticos).
  • El cuerpo de la víctima suele quedar mucho más quemado que en un incendio convencional. Las quemaduras, sin embargo, no se distribuyen uniformemente por todo el cuerpo. El torso completo y los brazos de la víctima suelen quedar reducidos a ceniza, mientras la cabeza a veces sobrevive como un cráneo desnudo y las extremidades inferiores quedan típicamente intactas.
  • La mayoría de los presuntos casos de combustión espontánea han ocurrido bajo techo. De nuevo, esto puede ser una distorsión del proceso de muestreo.
  • La temperatura de incineración en los casos de presunta combustión espontánea es aparentemente mucho más alta que las alcanzadas en crematorios comerciales alimentados por fuel.
  • Debido a la alta temperatura pero naturaleza localizada del fuego, la exposición al aire caliente puede dañar objetos situados en alto sobre el fuego.
  • Aparentemente las víctimas pueden ser tanto hombres como mujeres.
  • En la inmensa mayoría de los presuntos casos, la víctima es anciana.
  • Los testimonios oculares del proceso real de combustión son raros, tendiendo a crear suspicacia o incluso confusión sobre supuestos casos de combustión espontánea. Sin embargo, John E. Heymer ha conjeturado que la recurrente circunstancia de soledad, o soledad real en presuntas víctimas de combustión espontánea puede ser significativa. La razón de la rareza de los testimonios oculares puede, en su opinión, deberse precisamente a que la combustión espontánea le ocurre a la gente cuando están sola.


Algunas muertes por presunta combustión espontánea

  • Robert Francis Bailey
  • Dr. John Irving Bentley
  • Alan J. Hinkle
  • George I. Mott
  • Mary Hardy Reeser (alias La Mujer Ceniza)
  • Jeannie Saffin
  • Henry Thomas
  • Anne Gertrude Web
Algunos supervivientes de presunta combustión espontánea

Cierto número de personas ha informado que sufrió graves quemaduras en su cuerpo sin causa aparente. Si no se debe al presunto fenómeno conocido como combustión espontánea, entonces sería un suceso estrechamente relacionado.

Algunas de estas personas son:

  • Jack Angel
  • Wilfred Gowthorpe


Controversia histórica sobre la combustión espontánea

La idea de que un cuerpo humano puede arder en llamas sin una fuente externa de combustión no está aceptada por la ciencia establecida, aunque algunos científicos individuales lo creen posible. No se trata de un debate nuevo, sino que tiene varios siglos de antigüedad, y aún se mantiene. Este debate se trata con más detalle en el artículo Controversia sobre la combustión espontánea.

Hipótesis

A día de hoy las opiniones sobre la combustión espontánea siguen divididas. Como con cualquier aparente fenómeno paranormal, hay cierto número de teorías que intentan explicar cómo ocurre la combustión espontánea. Dichas teorías pueden clasificarse en dos amplios grupos, que podríamos llamar de mala identificación y de combustión espontánea.

Hipótesis general de mala identificación

Esta hipótesis afirma que todos los casos de presunta combustión espontánea son simples fuegos normales en los que la causa no ha sido identificada. Esto no excluye necesariamente el efecto mecha ni la descarga estática.

Un caso histórico influyente de mala identificación es el de la condesa Gorlitz. En 1847, el conde Gorlitz llegó a casa (vivía en la región de Darmstadt) y no pudo encontrar a su esposa. Cuando se forzó la puerta de su habitación privada se halló su cuerpo parcialmente incinerado. La habitación había sufrido daños por el fuego y estaba desordenada, con una puerta y las ventanas rotas. También se halló que el escritorio se había quemado y su espejo se había roto. Las velas de la habitación también se habían fundido. Surgió la cuestión de si esta muerte (en una habitación aparentemente cerrada) había sido provocada por la combustión espontánea.


Tres años después un hombre llamado Stauff, antiguo sirviente de la condesa, fue acusado de su asesinato. Fue arrestado, juzgado y condenado. Stauff confesó que había ido a la habitación de la condesa y que al ver joyas y dinero allí sintió tentaciones. La condesa regresó inesperadamente y le sorprendió con las manos en la masa. En la subsiguiente pelea, Stauff la estranguló. Para encubrir su crimen, amontonó objetos combustibles sobre el escritorio y les prendió fuego. Su intención fue destruir toda la habitación.

Éste es un caso claro de un asesino intentando borrar sus huellas, pero la hipótesis de mala identificación no propone una única causa para las presuntas combustiones espontáneas. En lugar de ello, la teoría sostiene que cierto número de casos de incendios sin resolver han forjado el mito predominante de la combustión espontánea.

En tiempos modernos, Beard y Drysdale citan el siguiente ejemplo de mala identificación:

«Un hombre anónimo dejaba su lugar de trabajo (presumiblemente un garaje o similar, por razones que quedarán claras inmediatamente) cuando encendió un cigarrillo y quedó inmediatamente envuelto en llamas. Resultó que la víctima había tenido la costumbre de usar aire comprimido para limpiar sus ropas de restos de basura. En esa ocasión la víctima había usado accidentalmente oxígeno puro, incrementando temporalmente (pero enormemente) la inflamabilidad de su ropa.»

Dentro de la hipótesis de mala identificación hay dos corrientes de opinión principales, que no se excluyen mutuamente. Suele aludirse a ellas como las teorías del efecto mecha y de la descarga estática.


La hipótesis del efecto mecha

El efecto mecha es un fenómeno real que se ha demostrado que puede ocurrir bajo ciertas condiciones, y que ha sido observado minuciosamente. La teoría afirma esencialmente que una persona resulta quemada por su propia grasa tras haber sido prendida, accidentalmente o de otra forma. Un cuerpo humano vestido es como una vela vuelta del revés: la grasa humana (la fuente de combustible) está dentro y las ropas de la víctima (la mecha) está fuera. Se produce así un suministro constante de combustible, a medida que la grasa que se derrite empapa las ropas de la víctima. La grasa contiene una gran cantidad de energía debido a la presencia en ella de largas cadenas de hidrocarbonos.

En el caso de Henry Thomas, Heymer publicó en la revista New Scientist una descripción de la escena y sus propias preguntas sobre lo que sospechaba que era un caso de combustión espontánea. En el siguiente número de la misma se publicó una refutación a cargo de David J.X. Halliday, de la Unidad de Investigación de Incendios de la Fuerza de Policía Metropolitana, afirmando entre otras cosas:


«Este proceso, que yo prefiero llamar combustión prolongada, suele alimentarse de la grasa que el fuego extrae del cuerpo. No es coincidencia que en muchos de los casos esta unidad haya encontrado que la víctima era obesa, y que siempre pasa mucho tiempo hasta que se descubra el fuego.»

«La verdad es que los ejemplos de combustión prolongada son raros, pero esto no debería ser considerado como prueba de que una fuente de ignición inusual está involucrada. De hecho, todos los casos investigados por esa unidad han sido resueltos a gusto de los jueces sin recurrir a la excusa de la combustión “espontánea”.»


La hipótesis del fuego por descarga estática

Esta hipótesis afirma que bajo ciertas circunstancias la electricidad estática sube hasta niveles tan peligrosos en el cuerpo humano que una descarga en forma de chispa puede prender las ropas.

Un shock eléctrico estático perceptible creado al realizar ciertas actividades mide típicamente 3.000 voltios. La carga eléctrica puede subir a niveles muchos más altos dependiendo de otras condiciones tales como la humedad. Caminar por una alfombra puede crear una diferencia de potencial de 1.500 a 35.000 voltios.

Las descargas de electricidad estática pueden prender los gases de hidrocarburos en las gasolineras, y son una de las posibles causas de explosiones en las mismas que popular pero erróneamente se creen causadas por las radiaciones de los teléfonos móviles. El 70% de estos sucesos ocurren en un clima frío y seco, que favorece la carga de electricidad estática.

El fenómeno de enormes cargas estáticas en cuerpos humanos fue advertido por primera vez por el profesor Robin Beach del Instituto Politécnico de Brooklyn. El profesor Beach creía que alguna gente podía llegar a acumular la suficiente carga estática como para prender materiales inflamables al contacto con su cuerpo. Aunque propuso esto como una posible causa para los casos de combustión espontánea, Beach no creía que hubiera una relación con la presunta combustión espontánea genuina, puesto que ninguna forma conocida de descarga electrostática podría hacer que los tejidos de cuerpo humano ardiesen. Sí creía que una descarga estática lo suficientemente fuerte podía provocar la ignición de polvo o pelusa en la ropa.


Los partidarios de la combustión espontánea mantienen que la causa de la misma no es ninguna de las expuestas anteriormente, sino que es un fenómeno discreto y genuino en el cual la carne del cuerpo humano se incendia sin ninguna causa externa.

El grupo de teorías de la combustión espontánea se divide en dos: las sobrenaturales y las no-sobrenaturales.

Los partidarios de las teorías sobrenaturales creen que la causa de la combustión espontánea está casi seguramente más allá de la comprensión humana. Plantean varias conjeturas, que incluyen polstergeists, ira divina, etcétera, las cuales no se considerarán por separado aquí.

Prácticamente no existe consenso general entre los que defienden este tipo de conjeturas. Más aún, existe muy poco consenso entre los que defienden este tipo de posturas y los escépticos.

FUENTE: http://www.laentradasecreta.com/

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