jueves, 12 de marzo de 2015

Fantasmas de cinco famosos en México

En ocasiones la admiración, cariño y fascinación que sentimos por un artista, provoca que ante su muerte no nos resignemos a su partida. Incluso algunas personas llegan al extremo del suicidio. Lo anecdótico o interesante de estos hechos, es que ante la ausencia física de estos ídolos, surgen historias de fantasmas donde al artista se le ve haciendo lo que lo caracterizó en vida. A continuación te presentamos a algunos de los fantasmas de famosos más queridos en México.

El fantasma de Pedro Infante.



La mañana del 15 de abril de 1957, Pedro Infante se encontraba en Mérida, Yucatán. Debía regresar urgentemente a la ciudad de México porque un juez de la Suprema Corte había anulado su matrimonio con la actriz Irma Dorantes. Ante este hecho, a Pedro no le importó abordar un antiguo avión de carga, pero para su mala fortuna la aeronave no estaba en condiciones y se desplomó a los pocos minutos de emprender el vuelo, provocando la muerte de sus tripulantes.

Ante este trágico fin, el alma de Pedro Infante quedó penando, manifestándose en los antiguos estudios de grabación de Peerles, donde el ídolo grabó todas sus canciones. Aquí se dice que el fantasma de Pedro de repente les apaga la luz, o se meten ruidos cuando están grabando, igualmente se escuchaban voces extrañas. Incluso la hija de Pedro Infante, Irma, dice que por el estado de Michoacán lo han visto cruzar a caballo.

El locutor de radio, Arturo Cortés, quien dirigía “La hora de Pedro Infante” fue testigo de algunas manifestaciones paranormales relacionadas con el actor y cantante.

El locutor relató que en la cabina de radio, cuando terminaba el programa de Pedro e iniciaba otro, al entrar la primera canción se cortaba, o se bajaba el botón de la consola. La gente de la estación recurrió a expertos en la materia para controlar este fenómeno, y éstos les dijeron que no tuvieran miedo, pues Pedro sólo se manifestaba con estas bromas.

“Se percibía el perfume que él usaba, se percibía su voz, los chillidos que hacía cuando entraba. Incluso cuando Mijares grabó su disco ‘Homenaje a Pedro Infante’, no podían terminar esa producción porque se cortaba la grabación de Mijares; el motivo: porque aparecía la voz de Pedro, o simplemente se reflejaba en los cristales del estudio y la gente se asustaba”, dijo Arturo Cortés en un programa de televisión.

El fantasma de José Alfredo Jiménez.


El máximo orgullo de León, Guanajuato, José Alfredo Jiménez, es otra estrella que dicen, anda penando. Cuando murió el compositor de “La vida no vale nada”, apenas tenía 42 años de edad, muy joven para un compositor de su talla. Las que han visto al fantasma del “panza verde”, han sido las empleadas domésticas de la familia Jiménez.

“En una ocasión, una trabajadora de nuestra casa —relató el hijo de José Alfredo en una entrevista para la televisión— nos dijo que en determinado lugar —donde a mi papá le gustaba sentarse— había visto a un señor volteando hacía donde estaba ella; pero que al percatarse bien de quién era, se dio cuenta que era mi padre. Y esa señora me describió a mi papá con la ropa con la que lo enterramos. Otra señora que nos lavaba la ropa, nos dijo que había visto a mi papá recargado en la barra con un pantalón verde oscuro y una camisa amarilla clara, que era ropa que a él le gustaba.”

El fantasma de Agustín Lara


En la rotonda de los hombres ilustres del Panteón de Dolores descansan los restos del que es considerado el mejor compositor de México: Agustín Lara. Han visto su fantasma en la XEW, donde tuvo sus inicios y consagración en la llamada “Hora Azul”. Carlos Martínez, al cubrir el último turno, escuchó en el Estudio Uno de Ayuntamiento, el piano y la voz de Agustín Lara. Al saber que nadie podía estar ahí, y menos a las doce de la noche, no quiso investigar.

El fantasma de Emilio, “El indio” Fernández


Mucha gente que trabajaba en los estudios Churubusco reportaba a altas horas de la noche al fantasma del Indio Fernández, acompañado de su caballo blanco. En este sitio, Don Emilio filmó y dirigió muchas películas, y quizá por esta razón sigue apareciéndose.

También se dice que lo siguen viendo y sintiendo su presencia en su casa "La Fortaleza" ubicada en la Delegación Coyoacán en México, Distrito Federal, aún se hace sentir su presencia como el olor a hoja seca, la cuál quemaba cuando caían de los árboles en Otoño, y el inigualable olor de su puro.

El fantasma de “Chava” Flores


María Eugenia —la hija del llamado “Cronista musical de la ciudad de México”— afirma que mientras dormía, sintió el peso de su papá sobre ella, despertándola completamente. Aún no salía de su asombro cuando su padre le dijo que cuidara de sus hermanos, Chava y Enrique. Al sentarse en la cama, Eugenia vio cómo su padre salía de su recámara, descartando la posibilidad de un macabro sueño. Incluso en Morelia, Michoacán —donde Chava Flores pasaba largas temporadas— algunos de sus familiares lo han visto.

¿Los fantasmas sabrán que ya están muertos? ¿Recordarán quiénes fueron en vida? Estas interrogantes siempre han existido, pues lo único que se sabe, o se especula, es que una persona al morir en trágicas condiciones, puede resistirse a trascender a otro plano espiritual y quedarse en el mundo de los vivos para siempre.

En el caso de Pedro Infante, es de lo más lógico; su muerte fue espantosa e injusta; estaba en su mejor momento y tenía la vida por delante. Igualmente pasó con José Alfredo Jiménez, que ya era reconocido como un gran compositor y que, al saberse enfermo, no se resignó a que moriría tan prematuramente.

Por su parte, Agustín Lara, Emilio “El indio” Fernández y Chava Flores, tuvieron vidas plenas, pero el amor que sentían por su trabajo y familia les ha impedido descansar en paz. Cuántos casos no hemos escuchado de gente que después de muerta sigue apareciéndose en sus lugares de trabajo, o en sus hogares. Al respecto no hay más que decir, tan sólo que es un misterio que quizá nunca podremos entender.

FUENTE: http://marcianosmx.com/

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