lunes, 2 de mayo de 2016

El Incidente Roswell


En 1947, Estados Unidos anunció el hallazgo de un platillo volador cerca de Roswell, Nuevo México. Horas después lo desmintió. ¿Qué hay detrás de esta historia?

Los titulares eran espectaculares: «La RAAF captura un platillo volador en un rancho de Roswell», "El Ejército declara que ha encontrado un disco volador", "El Ejército encuentra un platillo volador en un rancho de Nuevo México". El 8 de julio de 1947, el oficial de prensa de la base de las Fuerzas Aéreas estadounidenses en Roswell (Roswell Army Air Field, RAAF) había lanzado la noticia más importante del siglo.

La primicia se divulgó al mediodía, hora de Nuevo México, y debido a las diferencias horarias en EE UU llegó tarde a la mayoría de los periódicos de la mañana, pero apareció en algunos vespertinos. La nota de prensa inicial fue ampliada por la base aérea, y tanto la oficina del sheriff como los periódicos locales fueron asediados por una ansiosa opinión pública. De pronto, en medio de tanta expectación, el Ejército cambió su versión: no era un ovni, sino sólo un globo.


Los titulares del día siguiente daban por zanjada la historia: "La noticia sobre los platillos voladores pierde interés; el "disco" de Nuevo México es sólo un globo meteorológico". Durante algunos días, en muchos periódicos aparecieron imágenes de los supuestos restos, y luego cesó la información sobre el incidente durante treinta años.

La historia del platillo accidentado habría permanecido ignorada de no haber sido por una conversación casual entre el físico nuclear Stanton Friedman y el director de una televisión de Luisiana. Un día de 1978, mientras esperaba para ser entrevistado acerca de sus trabajos sobre ovnis, Friedman entabló conversación con el director de la emisora, quien le dijo que debía hablar con un hombre llamado Jesse Marcel. "Cuando estuvo en el Ejército, Marcel llegó a tocar fragmentos de uno de esos platillos voladores. Ahora vive en Houma, Luisiana."


Roswell: La Historia Completa

La historia del accidente de Roswell empezó el 2 de julio de 1947, cuando Mac Brazel oyó una fuerte explosión en plena tormenta eléctrica.

A la mañana siguiente, Brazel, que era el administrador del rancho Foster, situado entre Roswell y la ciudad de Corona, salió a inspeccionar una bomba de agua. Por el camino descubrió una zona de un kilómetro de longitud sembrada de restos de un material que, cuando se doblaba, se volvía a enderezar espontáneamente.

También había trozos de lo que más tarde se vino a llamar las "viguetas en I", que tenían grabados unos extraños símbolos de color azul lavanda. Esas viguetas eran tan livianas como la madera de balsa y no podían romperse ni quemarse.

El 6 de junio, Brazel volvió al lugar, cargó los restos que pudo en su vieja camioneta y los entregó al sheriff de Roswell, quien a su vez los mostró al comandante Marcel. Éste los examinó y comentó que eran de un material muy extraño y totalmente diferente a lo que había visto.

Como oficial de información de la única unidad de bombardeo atómico del mundo, el parecer de Marcel merecía cierta credibilidad. El jefe de la base de Roswell, William Blanchard, ordenó a Marcel y a Sheridan W. Cavitt, un oficial de contraespionaje, que acompañasen al ranchero hasta el lugar y recogiesen los restos.


El Hallazgo

En su libro "Crash At Corona", Friedman recoge el testimonio de Marcel: "Los restos estaban esparcidos por una superficie inmensa. No eran de algo que se hubiese estrellado o hubiese estallado al chocar con el suelo. Eran de algo que explotó mientras volaba a gran velocidad. Mi opinión como entendido en aviación es que aquello no era un globo meteorológico ni un avión ni un misil".

Los dos hombres cargaron en sus vehículos todos los trozos que pudieron, dejando una gran cantidad de ellos. En el viaje de regreso a Roswell, Marcel se detuvo en su casa para enseñar algunos de los restos a su esposa y a su hijo.

A la mañana siguiente, el coronel Blanchard ordenó que se aislase la zona. Envió un grupo de soldados y policías militares al rancho, y se procedió a una búsqueda minuciosa por toda la zona. De vuelta a Roswell, el teniente Haut, el oficial de prensa, anunció la captura de un plato volador. La noticia fue difundida por la radio local y apareció en las ediciones vespertinas de los periódicos de la zona.

Mientras tanto, el comandante Marcel recibió orden de embarcar los restos del presunto platillo volador en un B-29 y trasladarse con ellos a Wright Field (actual base de Wright-Patterson), en Ohio, haciendo escala en el cuartel general de la 8a. Fuerza Aérea, en Fort Worth (Texas).

Mientras, en Washington, el jefe del Mando Aéreo Estratégico había tenido noticia del caso y se había puesto en contacto con el jefe de Estado Mayor de Fort Worth, al que encargó que inventase una historia alternativa y que dejase la gestión del incidente en manos del general Roger Ramey, el jefe de esa base.

Cuando Marcel aterrizó en Fort Worth, Ramey le dijo que no comentase nada, que él se hacía cargo del asunto. Irving Newton, el meteorólogo de la base, llevó al lugar de los hechos unos trozos de un globo meteorológico y de un reflector de radar, hecho de hoja de aluminio y varillas de madera. Marcel posó con esos restos falsos y se dijo a la prensa que se había cometido un error, que no era un platillo volador, sino un reflector de radar.

La nueva versión de la historia fue emitida a las 17 horas, demasiado tarde para los periódicos, excepto para la última edición de Los Ángeles Herald Express. El subtítulo decía "El general cree que se trata de los fragmentos de un radar meteorológico".

 

Hallazgo De Cuerpos

La limpieza del rancho Foster y de sus alrededores duró una semana, durante la cual se prohibió a Marcel que hablase con nadie. La búsqueda de restos se amplió y, dos días más tarde, se encontró el elemento principal del platillo volador y, a sólo 1.600 m de éste, los cadáveres de unos extraterrestres.

En 1990, Stanton Friedman entrevistó a un fotógrafo militar -identificado sólo como FB- que declaró haber visto unos cuerpos en un campo cercano a Corona. FB estaba destinado en la base aeronaval de Anacostia (Washington DC), cuando él y otro fotógrafo recibieron la orden de ir a Roswell. Una vez allí, los dos hombres fueron conducidos a una tienda montada en un campo y se les dijo que fotografiasen su contenido. "Vi cuatro cuerpos", afirmó FB. Las cabezas le parecieron desproporcionadamente grandes.

Desde enero de 1995, en más de treinta países se han difundido fragmentos de la supuesta autopsia de un extraterrestre. El aspecto del presunto alienígena de la película concuerda con las descripciones de algunos testigos oculares, y el cámara afirma haber rodado el reportaje el 31 de mayo de 1947, cerca de Socorro (Nuevo México).

Según Ray Santilli, el productor musical que dice haber comprado la película al cámara, varios militares reconocen en ese extraterrestre al que se recuperó del platillo accidentado en Nuevo México.


Un Testigo Presencial

Al día siguiente, Friedman se puso en contacto con Jesse Marcel, oficial de información de la RAAF cuando ocurrió el presunto accidente, cerca de Corona, a 120 km de Roswell. Marcel dijo que se le ordenó recoger los restos y entregarlos en Wright Field (Ohio), donde el Ejército almacenaba material capturado al enemigo. No recordaba las fechas exactas.

Mientras esto sucedía, el oficial de prensa, Walter Haut, anunciaba oficialmente la noticia, que sería desmentida ese mismo día afirmando que se trataba de un globo meteorológico.

El ufólogo William Moore, que colaboraba con Friedman, obtuvo el relato de un testigo que daba un marco temporal a los acontecimientos. En el primer número de Flying Saucer Review, la presentadora de televisión Hughie Green declaraba que, cerca de Filadelfia, escuchó en la radio del coche que el Ejército había recuperado un ovni. Trató de averiguar algo más sobre el caso, pero no lo consiguió. Aunque no fuera mucho, tenía una fecha: finales de junio o principios de julio de 1947.


Investigación En Profundidad

Moore encontró los periódicos del 8 de julio de 1947 que cubrían el suceso de Corona-Roswell. En los artículos aparecían las fechas y los nombres del ranchero, el sheriff y el personal de la RAAF. Friedman y Moore entrevistaron a 62 personas relacionadas con el acontecimiento, entre ellas Bill Brazel (hijo del ranchero que halló los restos), algunos vecinos -como Loretta Proctor- que incluso habían recogido piezas, y el hijo de Jesse Marcel.

Haut, el oficial de prensa que había dado a conocer la historia, aún vivía en Roswell, y gracias a su anuario se pudo localizar a otros testigos y obtener detalles del suceso. En 1986, Friedman y Moore ya habían entrevistado a 92 personas y publicado seis artículos. Friedman convenció a los productores de Misterios Sin Resolver de la conveniencia de emitir un reportaje sobre Roswell en su programa en la NBC-TV. En agosto de 1989, mientras filmaban en Roswell, Friedman conoció a Glenn Dennis, antiguo trabajador de la Funeraria Ballard, que prestaba sus servicios a la base aérea.


Por primera vez, Glenn mencionó las anomalías habidas en el hospital de la base en el verano de 1947. No sólo fue consultado sobre la manera de tratar "cuerpos pequeños", sino que fue expulsado por la fuerza del hospital en su siguiente visita.

¿Tenían cuerpos de extraterrestres hallados en el lugar del accidente? Dennis así lo cree. Según dice, conoció a una enfermera de la base que le comentó que dos doctores habían practicado la autopsia a unos cadáveres "muy malolientes". Según Dennis, esos cuerpos tenían la piel grisácea, cabezas grandes, hendiduras u orificios como nariz, orejas y boca, cuatro finos dedos, sin pulgar, y carecían de pelo. Después de varios encuentros con Dennis, la enfermera desapareció, en apariencia trasladada a Gran Bretaña, pero cuando trató de ponerse en contacto con ella sus cartas le fueron devueltas con el sello "Difunta".

Esa emisión de Misterios sin resolver en septiembre de 1989, fue todo un éxito: fue vista por 28 millones de personas en EE UU. Le siguió una avalancha de libros, programas de TV y ataques de detractores. Por entonces, los investigadores se habían dividido en dos facciones: si bien ambas estaban de acuerdo en que se había estrellado un ovni en el rancho Foster, una, en la que figuraba el propio Friedman, creía que había ocurrido un segundo accidente, en San Agustín (Nuevo México).

 

¿Otro OVNI?

La teoría de un segundo accidente se basa sobre todo en los testimonios de dos testigos clave. El primero, Gerald Anderson, se puso en contacto con Friedman después de ver en 1990, la reposición del documental de Misterios sin resolver En aquella época, el otro testigo, Grady Barnett, había relatado su historia a dos amigos que posteriormente informaron a Friedman.

Ambos testigos contaron casi lo mismo: el descubrimiento de los cuerpos de extraterrestres en el lugar del platillo accidentado. Según Anderson, uno de los alienígenas había sobrevivido al aterrizaje forzoso. Entretanto, empero, Barnett había fallecido y la historia de Anderson no pudo ser contrastada. Muchos ufólogos no acaban de creer en el accidente de San Agustín.

Los hechos de Corona gozan de una mayor credibilidad. En la obra de Friedman "Crash At Corona", escrita en colaboración con Don Berliner y publicada en 1992, se resuelven algunas de las incógnitas de la historia. Ahora sólo queda por ver qué puede dar de sí la desclasificación de la documentación oficial relativa al caso, ordenada en junio de 1997.

FUENTE: http://www.mundoparanormal.com/

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