jueves, 26 de mayo de 2016

El Poltergeist de Rosenheim, Alemania.


Si hay un caso de poltergeist de los que podríamos llamar de “libro” ese podía ser perfectamente el caso de Anne Marie Schneider en Rosenheim, una pequeña población de Baviera en Alemania.
Corría el año de 1967 y en la oficina del abogado Sigmund Adams en la ciudad de Rosenheim, empezaban a ocurrir extraños sucesos que en un principio los empleados achacaban a pequeñas subidas de tensión en la red eléctrica.

Como cada mañana desde hace algunos meses,  la joven secretaria de dieciocho años Anne Marie Schneider se dirige a su puesto de trabajo en el bufete del abogado Sigmund Adams.

Los tubos fluorescentes del techo se averiaban constantemente. Incluso llegó a producirse una explosión fuerte de uno de ellos y estropearse toda la iluminación del edificio. Cuando el electricista examinó los tubos de neón se percató que éstos habían girado 90 grados interrumpiendo la conexión eléctrica. Apenas los hubo reparado todos, otro ruido violento se oyó y las luces volvieron a apagarse totalmente. Incluso cuando no estaban encendidas, las bombillas explotaban.


De repente comenzaban a sonar los cuatro teléfonos de la oficina al mismo tiempo, sin  que al descolgar haya nadie al otro lado de la linea. El señor Adams pensando que los teléfonos estaban averiados, decidió sustituir dichos aparatos por otros nuevos pero las llamadas continuaron ininterrumpidamente. Es así como Adams decide que un técnico de la compañía telefónica local examine todas las líneas que llegan a la oficina. La compañía telefónica no encontró nada anormal en las lineas.
La cosa empeoró cuando llegaron las facturas telefónicas con cargos de llamadas locales realizadas al servicio de “despertador” de la compañía telefónica. En un plazo de cinco semanas se habían hecho unas 600 llamadas a este servicio telefónico.

En octubre de 1967, las luces de la oficina empiezan a actuar de forma extraña. Los tubos fluorescentes del techo se averiaban constantemente. Incluso llegó a producirse una explosión fuerte de uno de ellos y estropearse toda la iluminación del edificio. Cuando el electricista examinó los tubos de neón se percató que éstos habían girado 90 grados interrumpiendo la conexión eléctrica. Apenas los hubo reparado todos, otro ruido violento se oyó y las luces volvieron a apagarse totalmente. Incluso cuando no estaban encendidas, las bombillas explotaban.


La compañía eléctrica comprobó todos los circuitos de la oficina y se instalaron medidores de voltaje para medir las variaciones de tensión que fluían a través de la oficina. Se registraron aumentos repentinos lo suficientemente potentes como para hacer saltar los fusibles de la caja de interruptores. Cuando la fotocopiadora comenzó a tener fallos sin motivo aparente, se decide cortar la corriente eléctrica de la oficina y utilizar un generador independiente para obtener electricidad, pero el extraño fenómeno continuó con independencia de ellos usando el generador.

El profesor Hans Bender de la universidad de Fribourg, investigador reconocido en materia de poltergeists, llegó en compañía de unos colegas a primeros de diciembre de ese mismo año. Una semana después se reunieron con dos físicos del Instituto Max-Planck, especializados en la física de los plasmas, que comenzaron a buscar anomalías en la instalación eléctrica y telefónica. El equipo de Bender observó rápidamente que los fenómenos inexplicables y las perturbaciones de potencia se producían sólo durante las horas de trabajo. Y siempre tenían como centro la persona de Anne-Marie. A menudo, la primera anomalía registrada por el material de vigilancia se producía en el momento en el que Anne-Marie cruzaba el umbral de las oficinas por la mañana.

Al entrevistar a Anne Marie pudo comprobar que la joven estaba confusa emocionalmente y reprimía bastante ira dentro de ella, por otro lado le confesó que ni le gustaba el trabajo en la oficina de Sigmund Adams, ni este como jefe.


Entre diciembre de 1967 y enero de 1968, el equipo de Bender, así como los ingenieros de la compañía de electricidad y los oficiales de policía, llegaron a observar platos decorativos saltar de las paredes y cuadros mecerse e incluso girar alrededor de su gancho. Bender grabó lámparas que oscilaban y ruidos de detonaciones, aunque no pudo registrar los movimientos de los cuadros. Otro investigador sí pudo registrar un cuadro que efectuaba una rotación de 360 grados sobre su eje. El equipo de Fribourg observó cajones que se abrían ellos mismos y documentos que se desplazaban solos.
En dos ocasiones, un archivador de unos 150 kilos se alejó de la pared  una treintena de centímetros. Mientras que se producían todos estos fenómenos los investigadores percibieron que Anne-Marie se encontraba cada vez más nerviosa. Llegó un punto que la joven secretaria manifestó contracciones histéricas en brazos y piernas. Cuando Anne Marie dejó el trabajo a mediados de  enero de 1968, los fenómenos cesaron en seguida en la oficina.


Se documentó que los fenómenos eléctricos la siguieron en varios de los puestos de trabajo que tuvo, incluso que su novio terminó dejándola cuando el marcador eléctrico de la bolera en la que jugaban dejó de funcionar inexplicablemente. Después de eso, se dice que ella finalmente se casó en 1969 y el poltergeist se detuvo por completo.

Lo que hace tan interesante este caso es la cantidad de documentación que existe respecto al mismo y de tan distintas fuentes, ya no solo de investigadores del fenómeno paranormal sino gente corriente como electricistas, trabajadores de la compañía telefónica, policía judicial, periodistas,  etcétera.
Es importante recordar que la mayoría de las actividades poltergeist normalmente se centran en los niños pre-púberes (especialmente las niñas que parecen tener un cambio más psicológico y biológico) o el fenómeno se centra en estos entornos se negatividad prospera, al igual que con las personas maltratadas o ambientes abusivos.


Según algunos físicos estos experimentos fueron realmente un desafío a la física ya que lo que se vivió en Rosenheim no pudo ser explicado por la física conocida. El caso se convirtió en un documental de la BBC en 1975 como parte de una serie de televisión llamado “salto al vacío”.
Algunos escépticos proponen que la actividad poltergeist  podría tener una explicación física, como la electricidad estática, campos electromagnéticos, de infrasonido  o aire ionizado. Otros afirman que los  fenómenos poltergeist podrían ser causados por fenómenos más mundanos, como las corrientes de aire inusual, las vibraciones del aire o los temblores provocados por las corrientes de arroyos subterráneos.

FUENTE: https://labitacoradelmiedo.wordpress.com

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