viernes, 21 de abril de 2017

Los cazadores de brujas más infames en la historia.


La brujería fue alguna vez vista como una verdadera amenaza para el mundo Cristiano. La gente llenaba sus mentes con visiones de brujas danzando con el diablo y la medicina con plantas naturales estaba mal vista, entre otras cosas. En medio de esta histeria colectiva es donde nacieron los Cazadores de Brujas.

Luego de que una “bruja” fuera identificada, se le cuestionaba, torturaba y comúnmente terminaban en la hoguera asesinados por estos cazadores de brujas de la vida real. Vistos como héroes en su época, enviaron miles de inocentes a la muerte, mientras ganaban dinero y reconocimiento por ello.

Balthasar von Dernbach cazadores de brujas
Balthasar von Dernbach

Con solo 12 años de edad, Balthasar von Dernbach fue enviado a vivir a la Abadia de Fulda, en Alemania. Rápidamente escaló en los rangos de la abadía hasta llegar a convertirse en Abad. Originalmente él era anti-protestante y forzaba a sus súbditos a convertirse al catolicismo pero una revuelta lo obligó a renunciar.

Su posición le fue re-instaurada en 1602, justo a tiempo para un juicio por brujería muy tendencioso. Su fanatismo religioso y su persecución lo hicieron dirigir uno de los mayores juicios de Brujería de la historia.

Balthasar von Dernbach torturó a Merga Bien, una muchacha alemana que finalmente fue forzada a confesar el asesinato de su esposo. También tuvo que confesar que había sido embarazada por el mismísimo Satán y que esperaba un hijo de él. Merga fue quemada en la hoguera pero esto fue solo el comienzo. Dernbach trajo a un hombre llamado Balthasar Nuss para que lo ayudara en los juicios por brujería. Juntos, ejecutaron a mas de 200 personas por “practicar la brujería”. Estos juicios continuaron hasta 1605 cuando Dernbach muere. Muy poco tiempo después Balthasar Nuss fue expuesto como el asesino que era y murió decapitado.

Mathew hopkins cazador de brujas

Matthew Hopkins

Nacido en 1620, Matthew Hopkins fue originalmente un abogado mediocre antes de saltar a su verdadera profesión como cazador de brujas. Él mismo se dio el título de “General Buscador de Brujas” y se convirtió en el responsable por las muertes de mas de 250 personas acusadas de practicar la brujería.

Hopkins exploró varios métodos de tortura para extraer las “confesiones” de los acusados. Una de sus tácticas ridículas era hacer caminar a las “brujas” toda la noche para que confesaran por cansancio. Otra particularmente cruel era el “remojo”:Como si de una película de terror real se tratara, Se ataba a la acusada y se la hundía en agua. Si se ahogaba significaba que era inocente (lo que no la ayudaba demasiado) pero si lograba salir a la superficie significaba que era una bruja y se la ejecutaba inmediatamente. O sea que de las 2 maneras morían.

Con el tiempo, el clero se dio cuenta de que estos juicios eran una barbaridad y le prohibieron seguir con estas prácticas aberrantes. Lo que le sucedió luego no está documentado. Algunos dicen que él mismo fue acusado de brujería y juzgado con sus mismos métodos. ¡Esperemos que sea cierto!

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Roger Nowell

Roger Nowell fue un magistrado Inglés y un oportunista que quería tener el favor del rey James I. Nowell sabía cuanto odiaba el rey a las brujas asi que tuvo su oportunidad para impresionarlo en 1612 durante uno de los más famosos juicios de brujería de la historia de Inglaterra.

En Pendle Hill,  un condado que a fines del siglo XVII era considerado por las autoridades como una región salvaje y sin ley, una mujer llamada Demdike fue acusada de haberle echado una maldición a un vendedor que no le había querido vender unos alfileres. Roger Nowell no dejó pasar la oportunidad y se ofreció como juez, sentando un terrible precedente al llamar a una niña de 9 años como testigo en la corte.

Antes de este caso un niño debía tener por lo menos 14 años para testificar en un juicio. Nowell usó el testimonio de la pequeña Jennet Device para enjuiciar a 11 personas acusadas de hechicería y sentenciarlas a muerte. Algunas de ellas eran familiares de Jennet.

Georg Scherer

Georg Scherer

Solo hubo un caso de brujería en la historia de Viena y este triste caso fue culpa de Georg Scherer, un cazador de brujas católico de ideales fanáticos.

Elisabeth Plainacher era una mujer de 70 años de edad que dedicaba su vida a criar a su nieta Anna. Cuando Anna abandonó el hogar para irse a vivir sola comenzó a tener convulsiones de un día para el otro. Mientras que esto era probablemente epilepsia, Georg Scherer diagnosticó que era un claro caso de Brujería. Concluyó que era Elisabeth quien le había hechado una maldición a su nieta y, según él, esto le dió el derecho a torturarla para sacarle una confesión.

Scherer consiguió hacer confesar a la mujer luego de emplear métodos que harían confesar a cualquiera. El alcalde de Viena pareció ser la única persona con poder y sentido común que se opuso a la ejecución de la mujer de 70 años basándose en una confesión obtenida por tortura. Lamentablemente el Emperador no hizo nada para detener a Scherer y Elisabeth Plainacher fue quemada en la hoguera en septiembre de 1583.

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Nicholas Remy

Nicholas Remy fue un historiador y abogado que repentinamente perdió a su hijo mayor y culpó a un pobre mendigo, creyendo que él lo había encantado. Aquí es cuando comenzó su odio y obsesión por la brujería.

Este magistrado Francés se convirtió en un respetado cazador de brujas y el autor de “Demonolatría”, uno de los libros más populares sobre la caza de brujas en toda Europa. En este libro aseguraba que la brujería se transmitía de generación en generación. Por lo tanto, una vez identificado el sospechoso, toda su linea sanguínea debía ser eliminada.

Remy se jactaba de haber condenado y ejecutado más de 900 brujas pero esto era probablemente una manera de ganarse un renombre, ya que hay documentados 128 casos a su nombre.

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Pierre de Lancre

Acusaciones de brujería asolaron Labourd, Francia en 1606 y el rey Enrique IV designó al juez de Bourdeaux, un hombre llamado Pierre de Lancre para lidiar con el asunto.

Pierre era un hombre sediento de poder. Un lunático con sed de sangre que quemó alrededor de 80 personas en la hoguera en solo un par de meses. Clamaba a voces que todavía existían miles y miles de brujas por quemar. Esto revela su particular locura y obsesión con aquellos que aun no habían sido atrapados.

Su renombre lo llevó a escribir libros. Después de todo era un experto en materia de identificación de brujas. Compartió consejos útiles con sus lectores de como identificar la brujería. He aquí algunos de ellos: Personas que usan malas palabras, que comen excesivamente, que danzan “Indecentemente”, que tienen una afición por los anfibios y los reptiles. Si tienes alguna de estas características, sin duda alguna debes ser un practicante de hechicería.

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Johann von Schonenberg

Uno de los peores cazadores de brujas, El Arzobispo Johann von Schnenberg fue el hombre responsable del mayor juicio por brujería en la historia Europea. Muchos habitantes de Tréveris , Alemania, estaban teniendo problemas de salud. La reacción natural del siglo 16 fue sin dudas culpar de todo a las brujas.

Cada pueblo de la diócesis de Tréveris fue investigada por brujería. Por más de una década (entre 1581 y 1593) los juicios por brujería encarcelaron y ejecutaron a personas de todas las clases sociales. Sacerdotes, jueces, educadores o cualquier persona corría el riesgo de perder sus hijos, sus posesiones y en la mayoría de los casos sus vidas, con Schonenberg liderando los juicios. Solo en la ciudad de Tréveris 368 personas fueron acusadas de ejercer la brujería y murieron bajo esa acusación. Y esos son los casos documentados, pero hay muchos más.

Este monstruo con forma de hombre encarcelaba y a veces mataba a cualquiera que se opusiera a sus métodos o puntos de vista. Para cuando terminaron los juicios en 1593, no quedaba demasiada población en la traumatizada ciudad de Tréveris.

Peter Binsfeld cazadores de brujas

Peter Binsfeld

Este teólogo del siglo 16 sirvió como obispo auxiliar del Arzobispo von Schonenberg durante su reinado del terror en Treveris. Con un maníaco como maestro, el también se convirtió en un monstruo insensible.

Fue autor de un libro llamado “Treatise on the Confessions of Evildoers and Witches” o “Tratado sobre las Confesiones de Malhechores y Brujas”, el cual circuló por Europa  propagando sus extremos puntos de vista como si fueran una plaga.

En este libro Binsfield instiga a los cazadores de brujas a que practiquen intensas sesiones de tortura. También asegura que los niños no debían ser excluidos y que merecían sufrir las mismas calamidades que los adultos.

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Sebastian Michaelis

Desde fines del siglo 16 y principios del 17, Sebastian Michaelis sirvió como gran inquisidor para la iglesia católica Francesa. Aseguraba haber ganado conocimientos demoníacos durante un caso de posesión y escribió el libro “La admirable historia de la Posesión y Conversión de una Mujer Penitente” en 1612.

Esta posesión tomó lugar un año antes de la publicación de este libro, en 1611. Las monjas Ursulinas clamaron por ayuda, decían que habían sido atacadas por demonios y culpaban a un cura, el padre Gaufridi por practicar brujería y hacer pactos con el diablo. Madelein de Demandolx de la Palud comenzó la histeria asegurando que el padre Gaufridi envió demonios a poseerla, y que mientras ella estaba incapacitada el padre cometió actos sexuales con ella. Una vez que se corrió la voz, más monjas comenzaron a gritar que ellas también estaban poseídas.

El clero trajo a Michaelis, quien ya se había ganado una reputación como cazador de brujas habiendo condenado a 18 mujeres a muerte. Luego de investigar la situación, Michaelis literalmente no tenía evidencia de que Gaufridi practicara la brujería pero aceptó el testimonio de las monjas y lo sentenció a muerte. Se efectuaron varios exorcismos aquella tarde y la mañana siguiente el padre Gaufridi fue quemado en la hoguera.

Alonzo frias cazadores de brujas
Alonso de Salazar Frias

Alonso de Salazar Frias es uno de los cazadores de brujas más extraños ya que no creía que todas las brujas debían ser ejecutadas. Hasta le pusieron el apodo de “El abogado de las brujas”

A principios del siglo 17, Salazar formó parte de la mayor cacería de brujas de la historia que tomó lugar en Navarra, España. Debido a la enorme cantidad de acusaciones, se convirtió en una gran preocupación para la iglesia la posibilidad de que un culto a la brujería a gran escala estaba ocurriendo en el Pais Vasco.

Salazar fue uno de los 3 investigadores a cargo de detenerla. A diferencia de sus compañeros, Salazar leyó cada uno de los documentos sobre los más de 7000 acusados y creyó que algo no encajaba.

De repente, su misión de buscar culpables se transformó en una misión para limpiar la mayoría de nombres posibles. Comenzó descartando por completo las confesiones de los niños y decidió que las acusaciones y confesiones por si mismas no eran suficientes para enjuiciar a nadie. Los que estaban acusados sin ningún tipo de evidencia física que respaldara las sospechas fueron inmediatamente liberados.

Para el momento en que terminaron los juicios, de esas 7000 personas quedaron solo 31, de las cuales 11 murieron en la hoguera. Sin duda alguna Alonso de Salazar Frias fue uno de los cazadores de brujas más extraños en aquella época tan turbia.

FUENTE: http://www.historiasreales.net

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