viernes, 28 de abril de 2017

PEPE Y LOLITA …“EL TRAMO DE LA MUERTE”

Tres kilómetros de terror para los automovilistas.

JUCHITÁN.- El trayecto de la Carretera Panamericana federal Tehuantepec- Juchitán, se ubica un paraje denominado Pepe y Lolita, que abarca tres kilómetros de carretera, en la última década se ha convertido en la ruta del terror para los automovilistas, debido a que constantemente se registran accidentes carreteros, que en la mayoría de las veces ha terminado en la muerte.

Pepe y Lolita, es un rancho ubicado sobre el tramo carretero Juchitán – Tehuantepec, a la altura del kilometro 263, su nombre proviene de antiguos propietarios, quienes tuvieron una pareja de hijos llamados Pepe y Lolita, quienes se saben son originarios del municipio de El Espinal.

Decenas de personas al año mueren en esta importante vía de comunicación, donde pareciera ser que existe un karma negativo, algunos que han sobrevivido a este “ tramo de la muerte”, dicen que se trata de seres extraños que aparecen sobre la carretera y los han hecho perder el control, otros más dicen que es el exceso de velocidad.

Durante las investigaciones realizadas y en entrevistas a los campesinos que desde niños habitan sobre dicho tramo, señalaron los ritos espirituales que realizan un grupo de personas vestidas con túnicas blancas que podrían estar ligadas con los múltiples accidentes que se registran.


De acuerdo a sus relatos, los ritos que realizan estas personas, son a un costado del tramo Pepe y Lolita, donde prenden veladoras, queman aceite y presuntamente matan animales como símbolo de un sacrificio realizando una cruz de cinco picos.

Entre las narraciones de los campesinos, una de las más sobresalientes y que pudiera ser la causa de los múltiples accidentes, es que hace quince años aproximadamente, en el kilómetro 261, falleció una pareja de recién casados vestidos de novios, quienes se dirigían a su luna de miel, y según la narración fue en este tramo, cuando la camioneta en el que viajaban comenzó a arder en llamas, ocasionando la muerte instantánea de la pareja.

Curiosamente, los fatales accidentes se han registrado los días viernes y los días martes.


LO QUE LA GENTE CUENTA

Un perro negro, zopilotes, una mujer vestida de blanco, duendes, hombres vestidos de charros, una mujer embarazada, una persona que pide auxilio, entre otras versiones, son las que cuentan los habitantes del lugar.

Los taxistas, quienes frecuentan mayormente este tramo carretero, son los que argumentan haber visto a una mujer vestida de blanco rondar por la carretera, a la cual evitan atropellar, lo que ha ocasionado los múltiples accidentes.

Eran las 19 horas, cuando un automovilista narró que se le cruzó un perro de color negro y de gran tamaño. “Me dirigía a Juchitán, luego de viajar a Oaxaca, en ese tramo denominado Pepe y Lolita, pasando la Base Aérea, se me cruzó repentinamente un perro negro, por lo que le di a mi volante rápidamente y me estampé con otro camión y sentí que atropellé al perro, por fortuna no morí y le pregunté a las autoridades que llegaron al lugar, nunca reportaron la muerte de un perro en ese accidente”.

Este automovilista, omitió su nombre, sin embargó, dejó claro que recientemente en el accidente registrado el 15 de agosto, casualmente parecía ser un perro el que se atravesó entre los dos vehículos, donde dejó a cuatro personas muertas y un herido, el cual hasta la fecha aún no se recupera y su estado de salud es grave, pero en el lugar de los hechos, junto a los tres cuerpos fue localizada la pierna de un animal que podría ser un perro, pero su cuerpo nunca apareció.

Una de las versiones sobresalientes es la que narró un campesino de aproximadamente 84 años de edad, quién desde su infancia ha vivido junto al tramo carretero, mismo que manifestó que hace dos décadas había visto a tres niños en el paraje Pepe y Lolita, a los que él seguía, sin embargo al llegar al rancho éstos desaparecieron.


“Eran como a las 3:00 de la tarde, cuando me dirigía a tomar el autobús y repentinamente visualicé a tres niños, quienes caminaban frente a mí, imaginándome que también abordarían el mismo autobús, sin embargo al llegar a la parada, los perdí de vista y no los vi más cerca del lugar, en ese instante un enorme escalofrío recorrió todo mi cuerpo, por lo que me percaté que no se trataban de personas terrenales, sino de posibles duendes”, indicó.

Un tercer campesino, contó que su abuela venía caminando en el paraje Pepe y Lolita y frente a ella venía una persona vestida de blanco, la cual se percató flotaba por el aire y no tenía pies.

“Na´ xhaguela ti dxii biyave ti gunaa seeda saa luu bii, ora que la` biabirii ladibe´ (en zapoteco) …

Me contó mi abuela, que venía caminando por la carretera cuando vio a una mujer flotando por los aires, por lo que le dio mucho escalofrio”.

También señaló que podría tratarse de la pareja de novios que hace quince años fallecieron en dicho lugar.

Ante esto, no existe explicación alguna que justifique solo en estos tres kilómetros se registren múltiples accidentes, pues todo el tramo es recto y solo en ese tramo es en el que se han registrado y continúan registrándose accidentes fatales.


DATOS EXTRAOFICIALES

Lugareños del tramo carretero, manifestaron que existe un grupo de al menos 15 personas, que vestidas de túnicas blancas, realizan ritos espirituales junto al paraje Pepe y Lolita; encienden velas, queman aceite, y presuntamente sacrifican animales, como símbolo de liberación espiritual, sin embargo aseguran que podrían ser éstos la causa de los accidentes.

Se realizó la investigación y se comprobó que cerca del lugar, se encuentra una iglesia espiritista de nombre “El sol luciente”, donde se reúnen las personas antes mencionadas, quienes efectivamente visten túnicas blancas.

Es de recalcar, que las autoridades pese a que conocen de la multiplicidad de accidentes fatales en este tramo carretero, no han hecho nada por buscar estrategias viales para disminuir el alto índice de accidentes que se registran.


Algunos automovilistas sugirieron que sobre el tramo se colocaran preventivos, más señalamientos, iluminación y reductores de velocidad, con la finalidad de obligar a los choferes a bajar la velocidad.

Por último, el capataz del rancho Pepe y Lolita argumentó lo siguiente: “Llevo casi 24 años viviendo en Pepe y Lolita y, gracias a Dios nunca me ha ocurrido nada, aunque antes de mi llegada, los campesinos de mi alrededor y vecinos del poblado de Álvaro Obregón, me advirtieron que el lugar era peligroso para mí y mi familia, y que no sabía en dónde me estaba metiendo, sin embargo, los ignoré debido a mis creencias religiosas”.

FUENTE: http://imparcialoaxaca.mx por José Ignacio Santiago

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