jueves, 22 de junio de 2017
El instrumento maldito: La Armónica de Cristal.
Era 1762 cuando Benjamín Franklin se encontraba en Cambridge, Inglaterra, y presenció el concierto ofrecido por el músico Edmund Delaval. La particularidad del espectáculo residía en que el instrumento empleado eran copas de vino colocadas a lo largo de una hilera, y cuyas diferencias de tamaño y forma producían diferentes sonidos. Aquel espectáculo hizo nacer en Benjamín Franklin la idea de la armónica de cristal, lo que vendría a ser la automatización del concierto de Delaval.
Lo cierto es que la idea de tocar música empleando el cristal no era nueva. Ya en la Edad Media se habían ideado diferentes formas e instrumentos. Igualmente este mecanismo era conocido por los Persas, los Chinos con su Shui Chan, los Japoneses con el Hi o los Árabes con el Tusut. Puede citarse como uno de los ejemplos más famosos el Serafín de Richard Puckerindge, que consistía en vasos de cristal llenos de agua a distintas medidas cuyo borde se frotaba para crear música.
El instrumento ideado por Franklin se componía de boles de cristal, de 20 a 54, superpuestos y alineados en torno a un eje central movido por un pedal. Al músico le bastaba humedecerse los dedos para comenzar a interpretar su melodía. Compositores de la talla de Mozart, Beethoven, Strauss y Bach compusieron piezas para él, maravillados por la armonía de su sonido. Paganini dijo de él que era el "órgano angelical", y la propia Reina María Antonieta fue una de sus intérpretes. Incluso Goethe o Chateaubriand alabaron su sonido. A día de hoy la armónica de cristal cuenta con unas 400 composiciones musicales. En esta imagen se muestra un manuscrito de Mozart para una composición que incluía a la armónica de cristal.
Pero algún tiempo después comenzaron a extenderse rumores acerca de sus supuestos efectos dañinos. Friedich Rochlitz escribió que "la armónica estimula en exceso los nervios y sumerge al músico en una acuciante depresión y, por lo tanto, en un oscuro y melancólico humor que acaba llevándolo a una lenta autodestrucción". De hecho se decía que hacía aullar a los animales, provocaba partos prematuros y disputas conyugales.
Mesmer lo utilizaba como método de relajación, pero fue expulsado de su ciudad cuando al emplearlo logró devolverle la vista a una pianista ciega a costa de su salud mental. Por estas causas fue prohibido en varias ciudades de Alemania, al entender que causaba locura, depresión y cáncer. Todo esto hizo que la armónica de cristal cayera en el olvido hacia el año 1835, especialmente después del episodio en que un niño cayó muerto en un concierto.
La verdad es que los rumores sobre su maldición no estaban muy desencaminados. Los recipientes de cristal contenían una alta cantidad de plomo al igual que la pintura que se empleaba para decorarlos, y el continuado contacto con el instrumento provocaba un lento envenenamiento. Y los síntomas del mismo eran precisamente graves alteraciones psicológicas, daños cerebrales, insomnio, hiperactividad...
Pese a todo, aún a día de hoy existen algunos intérpretes de este instrumento, y pueden encontrarse videos en Internet, si bien es cierto que existen muy pocos intérpretes profesionales.
FUENTE: http://madamemacabre.blogspot.mx
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