miércoles, 9 de agosto de 2017
Manos al fondo de la cama.
Irene era una joven que se encontraba en plena infancia y le encantaba, entre otras cosas, dormir con su madre por las noches porque se sentía inmensamente protegida a su lado. De hecho, solían dormir juntas, abrazadas, hasta que la chica cumplió algunos años y dejaron de hacerlo.
Una noche mientras dormían juntas, la chica se quedó perfectamente dormida y su madre, aprovechó para acudir al cuarto de baño y regresar tiempo después a la cama con su hija. Mientras que su madre se encontraba en el baño, aunque Irene no lo sabía porque no se había enterado de sus movimientos, notó cómo tiraban de la sábana que ambas compartían.
La chica, que estaba soñando y realmente dormida, no pudo evitar decir, mamá deja de tirar de la sábana que tenemos que compartirla. A lo que su madre le respondió que dejase de soñar porque ella estaba en el baño y solamente era un sueño. Por ello, continúo durmiendo como si no hubiese sucedido nada y se calmó rápidamente ante tales palabras.
A la mañana siguiente, cuando se levantaron para desayunar juntas en compañía de su padre que regresaba de un largo viaje en Canadá con la empresa, la chica comentó lo sucedido la anterior noche, pero su madre le restó relevancia y supuso que simplemente se trataría de un sueño.
Cuando llegó la noche siguiente, y la madre de Irene se fue al dormitorio conyugal para dormir con su marido, la chica experimentó un conjunto de sueños y pesadillas que no alcanza a entender. De hecho, cuando su madre se levantó y acudió al dormitorio para despertarla, solamente había un pequeño atisbo de una lucha sucedida durante el devenir de la noche, y las sábanas estaban repartidas por la habitación.
Al correr las cortinas, se dio cuenta que la ventana se encontraba abierta de par en par y lamentablemente, alguna persona había accedido al dormitorio de la niña para llevársela consigo.
Pese a que los investigadores en general, intentaron dar con la niña desaparecida no pudieron hacerlo y solamente se pudieron encontrar, el reloj que llevaba la noche mientras dormía, unas zapatillas suyas de caminar por casa y la fotografía que tenía con sus padres.
Si en algún momento durante noche notas que alguien tira de tus sábanas, lo mejor que puedes hacer es encender la luz y gritar bien fuerte, algo se esconde bajo tu cama y podría llevarte para hacerle compañía a la solitaria Irene que habla con bastantes pocos seres humanos.
FUENTE: http://www.cuentosdeterror.mx
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