lunes, 26 de octubre de 2015
“Resurrection Mary”: la historia de un fantasma de Chicago
La historia de Resurrection Mary comienza en la década de los 1930’s, cuando la ciudad de Chicago ya se había convertido en una urbe importante y los automóviles dejaban de ser una curiosidad. En este periodo muchos conductores varones comenzaron a afirmar que en repetidas ocasiones se había aparecido una mujer ante ellos, a horas de la noche, en busca de un aventón.
La mujer tendría un vestido blanco formal, con zapatos de fiesta, ojos azules y cabello dorado, según algunas versiones. Otros, en cambio, la refieren como vestida con chal, con un bolso y con zapatos de baile, aunque en ambas versiones su rostro es el mismo. También se dice que la dama es inusualmente callada.
La dama sale en las noches en la avenida Archer, siempre antes de llegar al Cementerio Resurrection. Solo se aparece ante conductores, hombres, que vayan solos, y al pasar frente al cementerio súbitamente pide que la dejen bajar. En este momento, pone un pie afuera del auto y se desvanece en el aire.
Los relatos de este fantasma se cuentan por decenas. Uno de los más antiguos data de 1939, año en el que Jerry Palus afirmó haberla conocido no en las calles, sino en un salón de baile en el sur de Chicago. De acuerdo con su versión no solo charlaron y bailaron, sino que se besaron, y la dama le solicitó que por favor la llevara a su casa. Palus, un caballero en toda regla, accedió de inmediato.
Al llegar al cementerio, como acosada por una súbita urgencia, la mujer le pidió que la dejara bajar, pero apenas puso un pie afuera del auto desapareció.
Un relato mucho más reciente data de 1979, cuando el periodista Bill Geist publicó la historia de un taxista llamado Ralph que la mujer lo habría detenido en la avenida. Al igual que en los casos anteriores, habría decidido bajarse frente al cementerio (lo cual intrigó al taxista, pues allí no había ninguna casa), señalando incluso un punto específico a la izquierda del camino. El taxista parqueó y echó un vistazo alrededor para ver si había alguna casa. Un segundo después, volvió a mirar… y la mujer no estaba.
Ralph termina su relato diciendo que “la puerta del auto jamás se abrió. Lo juro por Dios, que la puerta nunca se abrió”. Estos casos misteriosos son más comunes de lo que uno creería, e incluso en la actualidad parece ser que la dama aparece de vez en cuando.
La leyenda de la mujer, de acuerdo con los habitantes de la ciudad, va como sigue: un día, Mary (como dicen que se llamaba) se encontraba en el salón de baile “Oh Henry!” con su novio. La velada no terminó bien y la noche de la pareja terminó en una fuerte trifulca que llevó a Mary a considerar irse caminando en lugar de en el carro de su novio. Pese a lo frío de la noche, decidió irse a pie y dejar plantado al patán.
Mientras caminaba por la gélida avenida, un conductor imprudente la atropelló, dejándola moribunda. El hombre prefirió huir que detenerse a ayudarla, y Mary, impotente, murió congelada en las calles de la Avenida Archie. Sus padres la encontraron y la enterraron en el cementerio aledaño vestida con el mismo traje blanco y los mismos zapatos que había usado la noche del baile.
Nadie sabe qué motiva a Mary a salir en busca de un aventón. Quizás, evitar su trágico destino al que la llevaron una mala noche y su propio orgullo. Se dice que aún sigue por ahí, esperando al hombre que, por fin, la lleve a su verdadero destino.
FUENTE: http://misterios.co/
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