lunes, 8 de agosto de 2016
La leyenda del Catrín de San Juan de Dios.
Esta leyenda de la ciudad de León se desarrolla en el siglo XVII en el barrio de San Juan de Dios; uno de los más viejos de la ciudad. Cuenta la leyenda que a mediados de siglo existía un joven que viajaba constantemente a la ciudad para hacer negocios; y en una de esas ocasiones se encontró con una joven muy hermosa en el jardín de San Juan de Dios.
Quedó enamorado por la belleza de la mujer, y ella a su vez se prendó de la elegancia del joven. De su amistad surgió un noviazgo que fue bien visto por la familia de la chica; y que continuó hasta que pasado un tiempo el joven (que ya era conocido como "El Catrín") se vio obligado a reanudar sus viajes de negocios.
Sin embargo, al pasar tiempo alejado de su novia el Catrín comenzó a dudar sobre la fidelidad de la joven; volviéndose celoso y agresivo con ella. La novia no aceptó su comportamiento y le dio un ultimátum: si seguía comportándose así, la relación terminaría. Pero el Catrín se sintió ofendido y al contrario, la amenazó con decir que ni siquiera la muerte podría alejarlo de ella; que volvería del Más Allá si era necesario para atormentarla.
La relación mejoró aparentemente, pues las amenazas del Catrín ocasionaron que la joven se volviera sumisa y complaciente con él. Al menos hasta llegar el día en que se decidió a pedir la mano de ella.
En esa ocasión, el joven visitó al padre para pedir la mano de la chica en matrimonio; pero el hombre se negó a responder hasta escuchar la decisión de su hija, la cual apoyaría sin importar lo que fuera.
Para sorpresa del Catrín, la joven se negó y el padre le pidió que se retirara.
Rechazado, el joven le pidió una explicación con la promesa de irse para siempre después de escucharla. No tardó mucho para que la familia de la muchacha escuchara gritos provenientes de la habitación donde los jóvenes habían decidido hablar a solas; Al acudir en su ayuda, se encontraron con que su hija yacía sobre una silla, rodeada por un charco de sangre y con una herida en el cuello. Había sido asesinada por el despechado novio.
Una cacería humana se desató para encontrar al Catrín, buscándolo durante todo el día sin resultado alguno. A la mañana siguiente, las personas que acudían ante el llamado de las campanas de la iglesia local; pudieron ver un espectáculo desagradable en un gran árbol del jardín municipal de San Juan de Dios.
En una rama colgaba el cuerpo del Catrín, meciéndose al viento.
No se sabe si se suicidó o alguien lo mató en venganza por el asesinato de la novia. Aunque hasta el día de hoy, se dice que por las noches no es raro ver a un joven que camina por los jardines y la entrada del templo.
FUENTE: http://mitosmonstruosyleyendas.blogspot.mx/
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