Una noche un conductor de taxi iba camino a su casa después de un largo día de trabajo, de pronto se da cuenta que en una calle una niña lo llama para pedir su servicio, sin embargo como ya era tarde el sigue su camino, poco después recuerda que un familiar de él había sido asesinado cuando caminaba por la noche, entonces se regresó y recogía a la niña, al verla se dio cuenta que era una niña hermosa, de entre 15 y 18 años, ella al subir le pide que la llevo a la iglesia más cercana para entrar a la última misa de la noche.
El la lleva y accede a esperarla afuera de la iglesia, al salir ella pide que la lleve cerca del lugar donde la recogió, justo aun lado de un cementerio, al llegar ella le dice que no tiene dinero para pagar su servicio, pero le entrega un relicario de oro y le dice que si de favor lo puede llevar a casa de su padre donde el pagara por el servicio, el acepta y se va. Al llegar toca la puerta y sale un hombre, el conductor cuenta lo sucedido y el hombre le responde que esa era su hija, la cual había muerto hace varios años, el por error nunca le pudo hacer una misa, y por tal motivo se sentía avergonzado, el conductor le dice que no tiene por qué preocuparse, que él ya la había llevado a tomar misa y que al dejarla ella le había dicho que quería mucho a su padre.
FUENTE: http://leyendasmexicanas.org.mx/
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