Por Chris Aubeck
Una manifestación recurrente en los acontecimientos sobrenaturales es el fenómeno de los “tres treces.” Es difícil saber clasificar el fenómeno porque aparece tanto en casos de poltergeist como en la ufología y parece que tiene una extensión mundial.
El fenómeno consiste en la repetición del número tres en situaciones extrañas. Puede que se oigan tres golpes muy fuertes en una pared exterior de la casa tres veces seguidas, o se observa algún milagro luminoso tres o nueve veces, u ocurre algo insólito tres días seguidos. La mayoría de las veces el número está relacionado con la muerte.
Se encuentra un caso típico en Folklore, Prince Edward Island, un libro del folklorista Ramsay Sterling publicado en Charlottetown en 1973. La informante de Sterling explicó que, en el verano de 1967, su madre había llegado para pasar unas semanas con la familia en Ellerslie.
"En la segunda semana que estuvo con nosotros, vino a mi dormitorio una noche muy tarde para preguntarme si yo había llamado en su puerta. Había escuchado tres golpes pero cuando se levantó para abrir la puerta y mirar, no vio a nadie en el hall. Al día siguiente descubrimos que nadie había estado cerca de su cuarto y que sólo ella había escuchado los golpes. Estábamos seguros de que se lo había imaginado todo, pero tres noches después sucedió otra vez. En esa ocasión yo también escuché lo que parecían tres golpes en el hall. De nuevo no pudimos descubrir quién o qué era responsable. La semana siguiente mi madre volvió a su casa y yo me olvidé del asunto por completo."
Al día siguiente de la partida de su madre decidió acostarse temprano. Sin embargo, en el medio de la noche, fue despertada por la voz de una mujer que le llamaba. Le parecía la voz de su madre. Ya que no podía dormir, bajó a la cocina. Eran las tres de la mañana. Estaba segura de que todo había sido un sueño y dejó de pensar en ello. Pero por la mañana, una llamada telefónica de una amiga de su madre le hizo cambiar de opinión:
"Ella había subido al dormitorio de mi madre sobre las tres menos cuarto la noche anterior. Mi madre parecía estar muy enferma y, unos minutes después, murió. Entonces supe lo que [los sonidos] habían significado". (1)
Otra folklorista, Marie Trevelyan, menciona el mismo fenómeno en su libro Folk-Lore and Folk Stories of Wales [El Folklore y las Historias Tradicionales de Gales] (Londres, 1909): “Si se escuchan tres golpes en la casa por la noche, pronto habrá una muerte,” nos avisa. Este presagio de la muerte, el Tolaeth, siempre estaba relacionado con el número tres de una manera u otra. Por ejemplo, en un caso del año 1903, un pescador fue despertado en su cama por ruidos extraños en su casa, incluyendo golpes, el movimiento de las sillas y el arrastre de unos pies. Sucedió durante tres noches sucesivas, y una semana después su único hijo se ahogó en el mar.
En su obra, Trevelyan cuenta una antiquísima historia galesa, La Escapada Afortunada de Dewi Cwmdyfran. En este cuento, un hombre llamado Dewi, de Cwmdyfran, cerca de la ciudad de Carmarthen, pactó con el Diablo vivir hasta los cien años a cambio de su alma eterna. Para lograr esto, el Diablo le dio la instrucción de dejar un saco de trapos en su cama siempre que la Muerte se acercase o llamase a su puerta. Si Dewi se escondiera en el armario y fingiera roncar, la Muerte creería que estaba acostado y se llevaría el saco de trapos en su lugar.
Pasó un tiempo. Cuando llegó el día, la Muerte golpeó a la puerta tres veces. No contestó nadie. Creyendo que el hombre estaba profundamente dormido, abrió la ventana, entró y cogió el saco, huyendo a la calle con él. Algo parecido ocurrió la segunda vez, unos años después, logrando engañar a la Muerte de nuevo.
La tercera vez que la Muerte vino de visita a la casa de Dewi, sin embargo, después de su noventa cumpleaños, él estaba profundamente dormido, roncando en la cama. No escuchó cómo se acercaba el espíritu, y no tuvo tiempo para colocar el saco de trapos en su lugar. La Muerte entró en el cuarto triunfalmente y agarró a Dewi, quien se despertó y intentó luchar contra ella. Pero fue inútil: no se puede engañar a la muerte en su tercera visita. Por supuesto, se entiende por el titulo del cuento que Dewi, al final, no escapó de la Muerte pero sí del Diablo, cuya parte del pacto no se cumplió. (2)
El folklore de Adams County
Las historias de los habitantes de Adams County, Illinois, siempre me han aportado muchos datos. En los años treinta el ministro de la iglesia anglicana, Harry Middleton Hyatt, recogió miles de testimonios de entre los residentes del condado, catalogando sus costumbres, creencias y experiencias personales. Fueron publicados en un volumen de 723 páginas por la Fundación Alma Egan Hyatt en 1935 (3). El valor histórico del estudio es inestimable porque conserva y comunica los pensamientos y las ideas de la sociedad norteamericana antes de la Segunda Guerra Mundial. La obra consiste en 10.949 testimonios, con una extensa sección dedicada a las misteriosas luces, esferas de fuego, velas voladoras, estrellas y destellos que se vieron en la región en las primeras décadas del siglo XX y las interpretaciones que hacía la gente de ellos. No pudo haber ninguna influencia ufológica sobre los testimonios en ese tiempo, dado que la era de los ‘platillos volantes’ aún no había comenzado.
Lo primero de lo que uno se percata al leer los informes de Adams County es que las luces desconocidas del cielo y otros fenómenos se identificaban automáticamente con presagios, especialmente los de la muerte. Decenas de testimonios personales describían las luces como una señal de que alguien de la comunidad enfermaría o moriría. En algunos casos existe una conexión bastante clara, en otros es más discutible. En todos los casos se empleaba el término inglés token para hacer referencia a esos fenómenos, una palabra antigua anglosajona que procede del verbo tácen, “señalar, indicar.”
No sólo las luces fueron consideradas como avisos, sino también otros fenómenos extraños: animales desconocidos, voces sin dueño, y fantasmas; todos parecían traer algún mensaje. Casi siempre el número tres entraba en escena: los animales token se veían durante tres días; las voces hablaban tres veces; se oían ruidos extraños tres veces o tres días sucesivos; las llamadas importantes y las muertes ocurrían a las tres de la mañana; los acontecimientos importantes sucedían en periodos de tres meses, tres semanas o tres días. Un testigo entrevistado por Hyatt dijo:
"Yo creo en los tokens. Mi madre no se sentía bien y unos tres meses antes de que muriera, la mecedora donde siempre se sentaba subió y bajó tres veces, levantándose en el aire sin que nadie la tocara. Supe entonces que serían tres días, tres semanas o tres meses, y fueron tres meses".
Las experiencias de los abducidos
Ahora consideremos la siguiente anécdota, también de Adams County: "Yo creo en los avisos. Tenía una vecina que escuchó tres golpes en su puerta durante tres noches seguidas. Cada noche ella fue a la puerta pero no había nadie allí. La tercera noche, justo cuando ella empezó a abrir la puerta, una gran estrella apareció en la puerta. Entonces supo que indicaba la muerte: su madre moría en California alrededor de la misma ahora que apareció la estrella en su puerta".
¿Qué tiene que ver esta experiencia con las abducciones extraterrestres? La conexión es tan sorprendente como enigmática.
En su libro Transformation (1988), el abducido y novelista Whitley Strieber afirmó que había escuchado, el 27 de agosto de 1986, “nueve golpes en un lado de la casa, tres series de tres,” como un componente de su contacto con los extraterrestres. No pudo entender qué podían significar, pero presintió que estaban íntimamente relacionados con las actividades de los alienígenas que continuamente le raptaban. Si éste fuera el único caso de este tipo se podría considerar la experiencia de Strieber una mera coincidencia. Sin embargo, como él pudo comprobar, no es así. En una obra posterior, The Communion Letters, Strieber apunta que para muchos abducidos “las cosas aparecen en series de tres, u ocurren a las 3:33, o pasan tres noches seguidas.” (4)
Mis propias pesquisas me han llevado a la misma conclusión. Para confirmar la existencia del fenómeno de los tres treces en la ufología moderna, envié una carta al sitio web de UFO UpDates, preguntando a los miembros si tenían alguna información que añadir (5). La primera respuesta que recibí fue del abducido norteamericano John Velez. Aunque expresó cierta desconfianza acerca de las obras de Whitley Strieber, y que él mismo no había escuchado los golpes, sí apunto que ambos él y su mujer habían oído una serie de pitidos electrónicos esporádicamente durante varios años. Sonaban en tres series de tres. A veces se repetían los pitidos en ciclos de nueve durante una hora o más. Velez me explicó que la fuente del sonido no se podía localizar en su casa, la habían buscado en todas las habitaciones sin ningún éxito. Los pitidos han persistido durante sus 32 años de matrimonio.
Además, Velez me aseguró que había conocido muchos casos de abducciones en los que se escuchaban los mismos pitidos digitales (6). La carta de John Velez fue seguida por una del investigador Bill Hamilton, quien dijo que no sólo había encontrado el fenómeno años antes en un caso de abducción, sino que incluso poseía una grabación del sonido en una cinta! (7) Esto era fascinante, y parece demostrar que quizás un fenómeno auténtico se esconde detrás de las anécdotas tradicionales. Otra carta de Velez enviada al mismo día indicaba que el sitio web de PEER, un grupo dirigido por John Mack, había publicado informes de otros abducidos que habían oído pitidos antes de sus experiencias. Sin embargo, todavía no se ha hecho un estudio profundo acerca del origen de estos sonidos, por lo que no puedo confirmar que siempre se oigan en series de tres o nueve.
Una comunicación posterior del ufólogo Kevin Randle apuntó que “este fenómeno de golpes o pitidos, en múltiplos de tres, a menudo en tres series de tres, es conocido en la literatura demoníaca.”(8) La misma semana me mandó tres textos donde se ve muy bien que, de hecho, el fenómeno es bastante común en la demonología y en los casos de posesión.
Curiosamente, 18 meses después de la experiencia que tuvo Whitley Strieber, pero muy poco tiempo antes de la publicación de su libro, numerosas personas en Glenrock, Wyoming, fueron despertadas por “una serie de nueve golpes en tres grupos de tres en sus coches, en las paredes o en los tejados de sus casas, o en sus puertas.” Un articulo sobre el suceso se publicó en la prensa semanas antes de la publicación de Transformation (9). Según el articulo, “la serie de nueve golpes secos” fue escuchada por todos a la vez el domingo por la mañana a las 2:45 a.m. La policía recibió llamadas de varios residentes asustados, pero todos “descartaban la posibilidad de que fuera una broma... Los residentes miraron por las ventanas de sus casas rápidamente y inspeccionaron sus propiedades,” pero no vieron a nadie. Para colmo, el articulo mencionó también un OVNI que se vio en las proximidades la misma noche.
En su obra Breakthrough, Strieber describe de nuevo “la extraña fuerza” de los nueve golpes que sonaron “en un lado de la casa.” Procedían “de un sitio cerca del tejado donde nadie pudo haber estado.” (10)
Golpes en las abducciones y el folklore
Es interesante comparar su experiencia con los siguientes testimonios de Adams County: “Mi padre estaba enfermo. Era una noche cálida y yo estaba tumbado en un colchón de paja en el suelo para cuidarle, cuando sonó como si alguien cogiera una tabla y la golpeara contra el lado de la casa tres veces muy fuerte. Di un salto, porque me asustó. Miré, y vi cómo mi padre moría. Había sido un aviso, porque me había dormido y no le habría visto morir si el aviso no me hubiera despertado.”
“Una noche estaba sentado en el salón cuando escuché golpes en la pared. Empezaron en el techo y siguieron hasta el suelo. Lo hizo tres veces. No pude averiguar lo que fue, pero era un presagio que me comunicaba la muerte de mi hermano, porque murió en dos días.”
Quizás la diferencia más notable entre los casos tradicionales y los ufológicos es que en los últimos no existe una clara conexión entre los golpes y la muerte Hay cierto paralelismo en los libros de Strieber, porque tiende a hablar del papel que supuestamente desempeñan los alienígenas a la hora de la muerte, y de las experiencias extrañas de los moribundos, pero no llega a relacionar los números tres y nueve con presagios negativos. No obstante, las extrañas luces que parecían invadir su hogar coinciden muy bien con las anécdotas de Adams County, donde cada OVNI se consideraba la señal de una muerte cercana.
Para ver si un caso antiguo sería catalogado como un incidente ufológico por alguien especializado en el temática, envié el testimonio de un token del año 1900 a un conocido investigador de abducciones norteamericano. Éste es el token que le mandé:
"Hace tres años vivía en la mitad de una casa. La mujer que tenía la otra mitad tenía un niño que estaba enfermo. Al subir las escaleras, al final del último tramo, había tres escalones más que conducían al cuarto del niño. Una noche, cuando yo estaba subiendo para acostarme, sin pensar en nada en particular, al llegar casi hasta el último escalón, una luz brillante me deslumbró mientras pasaba por delante de mí como un rayo, y vi cómo se pegó con la forma de una gran estrella en el panel de la puerta del pequeño. Me asustó tanto que me fui corriendo hasta [la casa de una amiga]. Le pregunté qué creía ella que podía ser…"
La amiga de la testigo le dijo que probablemente descubriría el significado del token en los siguientes 24 horas. Y eso es exactamente lo que pasó: el niño “se puso peor esa noche, y murió el día siguiente cuando bajó la marea. Había sido la señal del niño que yo había visto, y rezo para nunca ver otra.” (11)
El ufólogo inmediatamente identificó la historia del token como indicación de una posible abducción: “He catalogado decenas de incidentes así; me parece un caso muy típico.”
Una experiencia religiosa
Tras recopilar diversos casos de los “tres golpes” y de la repetición del número tres en general, encontré evidencias de la recurrencia de este fenómeno a lo largo de la historia, y hasta la actualidad. Se puede encontrar el fenómeno en la literatura demonológica moderna sobre las posesiones (en la que se supone que el Diablo se burla de la trinidad al realizar sus actividades en series de tres (12)), en los ritos masónicos, en los libros ufológicos y en el folklore tradicional.
¿Podía tener su origen todo en la Biblia? Según el Nuevo Testamento, Cristo fue crucificado a la tercera hora, empezó a agonizar en la sexta hora y murió a la novena. Se encuentra el número tres repetido en todo el Antiguo y Nuevo Testamento: en el Libro del Génesis 1:13 la tierra surgió del agua primordial el tercer día de la creación; más adelante (Génesis 18:2), un trío de divinidades aparecen ante Abraham; tres fueron los muertos que el Mesías resucitó; tres los idiomas escritos en la cruz; tres los oficios de Jesucristo: profeta, cura y rey. De hecho, el erudito E. W. Bullinger (1837-1913) hizo un estudio del tema bajo el titulo El Número en la Sagrada Escritura: Su Diseño Sobrenatural y Significado Espiritual (disponible en inglés en Internet en http://philologos.org/bpr/files/n007.htm).
El fenómeno no se restringe a la religión cristiana. Los números tres y nueve están íntimamente asociados con la muerte en muchas culturas. Entre los aztecas se creía que el infierno estaba divido en nueve niveles, el soberano de cada uno también reinaba sobre nueve divinidades nocturnas. Los chamanes Chuvache de Volga, quienes también dividen sus dioses en grupos de nueve, realizan ritos de sacrificio en los que nueve verdugos matan a nueve victimas. Sus vecinos, los Cheremisse y los Yakuto, también destacan este número en sus ritos (13). En Irán, o más específicamente en el Zend Avesta, encontramos una descripción del rito funerario de lavar la ropa del difunto nueve veces: las primeras tres con orina, las siguientes tres veces con tierra, y finalmente tres veces con agua. Si alguien entra en contacto con el cadáver debe realizar un rito para el que se requieren tres agujeros llenos de orina de buey. (14)
Las experiencias de los sacerdotes
Algunos curas han profesado haber tenido experiencias con los golpes. El abuelo del fundador de la Iglesia Metodista, el Reverendo Samuel Wesley, estuvo involucrado en una manifestación del fenómeno en el siglo XVIII. Todo empezó el 1 de diciembre de 1716, cuando la criada de la familia Wesley escuchó unos gemidos sombríos que parecían proceder del comedor de la casa. Cuando la señora Wesley y otros miembros de la familia se enteraron lo trataron como si fuera una broma, hasta que fueron todos despertados por unos golpes fuertes en el cuarto de los niños unas noches después. Sólo Samuel Wesley no oyó nada aquella noche, y al principio los demás decidieron no decirle nada por si acaso fuera un presagio de su muerte. No obstante, cuando el fenómeno se repitió más veces y decidieron contárselo, se negó a creerles. Aquella noche él mismo escucho nueve golpes fuertes al lado de su cama.
A partir de entonces, toda clase de fenómenos paranormales invadieron el hogar y empezaron a preguntarse si era todo un token para el Reverendo o para su hijo mayor. Pero afortunadamente la “infestación” se acabó el febrero del año siguiente sin que se produjera muerte o desgracia alguna. (15)
Un caso parecido data de septiembre del año 1934. El principal testigo era el Reverendo G. S. Hewins, quien vivía en la casa parroquial en East Staffordshire, Inglaterra.
Sobre las 4:00 de la madrugada, la mujer del reverendo oyó a alguien “deslizarse por el rellano en zapatillas.” Inmediatamente creyó que era su sobrino pequeño, que estaba con ellos y se encontraba enfermo. Sin embargo se dio cuenta de que el aire se volvía cada vez más helado mientras el ser se acercaba a su cama. Se quedó tumbada, con los ojos cerrados, si atreverse a abrirlos. Se le ocurrió que algo que jamás había experimentado le estaba vigilando, y por instinto agarró una pequeña cruz en la mano, creyendo que le protegería de toda maldad.
Unos momentos después (“que parecieron ser horas”) escuchó un profundo suspiro, y el ser desapareció. Como apuntó más adelante el reverendo en una carta para el gran investigador de poltergeists, Harry Price, “Su propia creencia es que se trataba de algún hombrecillo apenado, que, al salir [del cuarto], se sintió más alegre que cuando entró. Ella durmió profundamente después [pero] yo no me desperté en ningún momento, ni sentí la visita en absoluto. Ella estuvo nerviosa toda la semana.” (16)
Pero eso no fue todo. En septiembre de 1935 la misma mujer, quien por entonces había insistido en cambiar de dormitorio a un ala distinta de la casa, “fue despertada por tres tremendos golpes y escuchó unos pasos.” Aterrorizada, despertó a su marido para contárselo, pero no se volvió a escuchar nada raro aquella noche, ni aquel año.
Un año después, en septiembre de 1936, ni el reverendo ni su mujer estaban en casa y nada extraño les sucedió.
Pero en el mismo mes del año 1937, ¡ocurrió de nuevo! En esta ocasión, ahora en su dormitorio original, el reverendo escuchó “tres golpes fuertes en la puerta del cuarto a las 6:30 de la madrugada. Esta vez mi mujer no los oyó. Me pareció muy extraño e inexplicable.”
Es tentador especular si una segunda serie de tres golpes se habría escuchado en 1936, cuando el matrimonio se encontraba de viaje. Por otro lado, ¿es relevante que el fenómeno siempre se manifestaba en el noveno mes del año?
La última experiencia que el reverendo apuntó sucedió en 1938: “A las 12:30 de la noche el 17 [de septiembre], mi mujer se despertó de repente y escuchó dos golpes fuertes. Ella cree que el primero debió haberle despertado. Me despertó a mí y me dijo: 'Ha llegado'”.
Strieber escribe que sus nueve golpes fueron seguidos por dos golpes juntos, que él interpreta como “fracaso” (es decir, su incapacidad de salir de su casa para investigar lo que había causado el ruido). ¿Sucedió algo parecido en la casa parroquial?
Harry Price planeó una visita a la casa del párroco en 1939 para experimentar la visita anual en persona, pero por desgracia el estallido de la Segunda Guerra Mundial hizo que esto fuese imposible. Esto es una pena, porque habría sido interesante comprobar si las experiencias del reverendo y su mujer fueron seguidas por una enfermedad grave o una muerte familiar.
Para terminar, veamos unos ejemplos más recientes del fenómeno que pueden consultarse en Internet. Evidentemente, los archivos WWW no son conocidos por su fiabilidad, pero he elegido tres que son representativos de alrededor de 150 testimonios personales disponibles en la red. Por lo menos muestran que la creencia sigue viva.
Nova Scotia, Canadá: 1986
En la página Paranormal Story Archives del sitio web “About.com” encontramos una carta que describe un incidente token ocurrido en octubre de 1986. El autor, Rick P., dice que él y su mujer escucharon un “¡bang bang bang!” muy fuerte en la pared de su casa en Dartmouth, en Nova Scotia, Canadá. La pareja, que se encontraba leyendo tranquilamente, se asustó pero al salir no encontraron a nadie. La noche siguiente se sorprendieron al ver cómo la puerta del granero se abrió sola “unos tres pies” y se cerrara sin que nadie la tocara.
No pensaron que tuviera ningún significado, pero al día siguiente por la noche escucharon tres golpes fuertes en la puerta principal de la casa. Rick se levantó en seguida para abrirla, pero no había nadie allí. Creyeron que debían haber sido unos niños gastandoles una broma. Pero unos 15 minutos después oyeron un terrible sonido en el suelo de la cocina, como si un ser invisible estuviera rascándolo con sus uñas. Pudieron seguir el ruido mientras se movía desde una habitación a otra. Decidieron que se debía a ratas o ratones en el sótano. Sin embargo, al bajar por las escaleras para corroboralo, Rick y su mujer escucharon de repente tres golpes fortísimos en la puerta del patio. Rápidamente miraron por la ventana, pero, de nuevo, no había nadie, y comprobaron que tampoco había ratones en el sótano.
La siguiente noche los golpes se repitieron en la puerta. El matrimonio empezó a darse cuenta de que parecía como si alguien quisiera llamar su atención. Al salir al jardín comprobaron que el rocío en la hierba no había sido pisado. Luego oyeron lomismo en la puerta del garaje. Todo era inexplicable. El autor de la carta escribe que comenzaron a sospechar que el fenómeno había sido un forerunner (un sinónimo de token) de que alguien iba a morir. Dos días más tarde, su cuñado le llamó para comunicarle que su madre se estaba muriendo. De hecho, murió veinte minutos después de colgar el teléfono. (17)
El Ángel de los Tres Golpes: 1990s
Otro sitio que publica testimonios particulares es www.angels-online.com. Aquí, se recogen las historias de personas que creen que sus experiencias son manifestaciones de la voluntad de Dios. No me extrañó demasiado hallar un informe sobre el fenómeno de los tres golpes allí, entre las historias de milagros y encuentros con seres angélicos. Titulado Three Knocks, la autora anónima dice que el incidente ocurrió “hace más de cinco años,” lo cual lo data al comienzo de los 90.
La testigo estaba tumbada en la cama, esperando a que llagase su marido después de su turno de trabajo en un molino cercano. De repente escuchó lo que parecía ser una caja de música en alguna parte de la casa. Se levantó y buscó por la casa creyendo que su marido le había traído un regalito, pero no había nadie allí. Entonces creyó escuchar unos niños fuera jugando con una pelota: “Toc, toc, toc, como el sonido de un balón de baloncesto golpeando el suelo tres veces.”
En aquel momento la mujer empezó a llorar mientras le entró “una sensación sobrecogedora de paz.” Tras haber perdido su empleo y haberse quedado sin dinero, ella creía que quizás era Dios comunicándola que no debía preocuparse. Más tarde el mismo día contó a su hermana lo sucedido. Su hermana le contó que existía un refrán antiguo que decía que “cuando escuchas tres golpes, estás a punto de perder un ser querido.” Como no era una persona muy supersticiosa, no prestó ninguna atención al aviso. Sin embargo, tres días después, su madrina sufrió una trombosis y murió el mismo mes. La autora de la carta concluyó que la música y los tres ruidos se debían a la visita de un ángel cuya misión era prepararla para la perdida de alguien importante.
Brisbane, Australia: c.2000
El mismo fenómeno surge en un caso de poltergeist de Australia, mencionado en el sitio web australiano Archive X. Adam Royle, quien incluye su dirección electrónica en su carta, escribe que ha tenido dos experiencias con fantasmas en su vida. La primera ocurrió “entre las 9:00 y las 9:30 de la tarde.” Estaba a punto de acostarse cuando “oí tres golpes en mi armario.” Abrió la puerta para ver si su gato se había quedado atrapado dentro de alguna manera, pero no encontró nada. Como el resto de la familia estaba dormida en el otro lado de la casa, volvió a su cama y intentó olvidarlo. Pero, después de un rato, los tres golpes sonaron de nuevo. Esta vez no se sintió muy cómodo. “Lo que me desconcertaba era que las ventanas de mi cuarto estaban cerradas y vivíamos en la segunda planta de un bloque,” dice.
Su segunda experiencia ocurrió una mañana cuando se encontraba en la ducha. Mientras se lavaba el pelo vio “una brillante luz” que pasó lentamente ante sus ojos desde la ventana a la puerta. La puerta estaba cerrada y el sol brillaba sobre el otro lado de la casa, así que no cree que pudo haber sido la luz del sol. La carta de Royle acaba con una petición aparentemente sincera: “No creo que fueron fantasmas malvados ni nada así, pero si sabes algo de estos temas por favor escríbame...”
En fin. Mi postura, en lo que “el fenómeno de los tres treses” se refiere, es de cierto escepticismo pero mantengo la mente abierta a casi cualquiera sugerencia seria. Prefiero pensar que mi contribución al estudio de lo paranormal es más descriptiva que interpretativa, así que dejaré que vosotros decidáis si hay algo de cierto en estas historias.
En las supersticiones y la mitología existen muchos números recurrentes: el 7, el 13, incluso el 666. Pero la verdad es que no conozco otra serie de números que se repitan con tanta regularidad, tanto en los temas paranormales como en el folklore, y esta coincidencia por sí sola me parece suficientemente interesante como para justificar este articulo.
Sin embargo, su relación con la ufología es bastante más oscura: aún no he encontrado ninguna prueba que muestra claramente que el fenómeno de “los nueve pitidos” data de una época anterior a la publicación del libro de Whitley Strieber. ¿Acaso fue él que introdujo este elemento en las historias de abducciones? No sería la primera vez que el autor de Communion ha incorporado elementos folklóricos en las historias de abducción OVNI, pero hasta que tenga datos más concretos no puedo llegar a ninguna conclusión firme.
No hay comentarios :
Publicar un comentario