domingo, 12 de septiembre de 2010

La Estrella de Belén

La Estrella de Belén

El Evangelio de Mateo menciona que los tres Reyes Magos vieron aparecer por el Oeste la Estrella de Belén, aunque no aclara si se trataba de un planeta, una estrella o cualquier otro fenómeno astronómico o astrológico. Según los escritos, los tres sabios viajaron siguiendo la estrella, y esta se detuvo sobre el lugar en el que Jesús había nacido. A pesar que es imposible que un astro marque un lugar tan concreto como un pesebre, se han sugerido diversas explicaciones sobre este hecho. Fuera lo que fuese, los Reyes Magos lo asociaron al Rey de los Judíos. De haber sido astrólogos griegos o romanos podrían haber asociado a Júpiter, el planeta rey, y Régulo, la estrella rey. O si venían de Babilonia, lo podrían haber asociado el planeta Saturno (Kaiwanu).


La primera explicación natural de este fenómeno fue dada por el astrónomo alemán Johannes Kepler en 1614. Kepler determinó que una serie de tres conjunciones de los planetas Júpiter y Saturno (un hecho muy poco frecuente) ocurrieron en el año 7aC y relacionó este hecho con la estrella de Belén, pero cálculos modernos han demostrado que en esa ocasión los dos planetas no se acercaron lo suficiente como para impresionar a los observadores. De hecho, un antiguo almanaque inscrito en una tabla de arcilla hallada en Babilonia sugiere que los astrólogos de la época no le dieron demasiada importancia a ese evento.

Más recientemente, el astrónomo Michael R. Molnar ha identificado a una doble ocultación de Júpiter tras la luna en el 6 adC en Aries como la estrella de Belén, pero este evento sucedió muy cerca del sol y habría sido difícil de ver, incluso con un telescopio pequeño (del cual no se disponía en esa época). Las ocultaciones de planetas tras la luna son más comunes, pero Molnar da motivos astrológicos para realzar la importancia de este hecho. Otras explicaciones incluyen una nova (algunas veces identificada como un cometa) que hubo en el 5aC la cual fue registrada por los astrólogos chinos. Entre el 3 y el 2 adC, hubo una serie de siete conjunciones, incluidas tres entre Júpiter y Régulo así como algunas conjunciones muy cercanas entre Júpiter y Venus el 17 de junio del 2 adC. Urano fue visible diversas veces, pero probablemente no fue reconocido como planeta debido a su lento movimiento.

Importancia para determinar el nacimiento de Jesucristo


Contemporáneamente, y aun tratándose de un relato bíblico, los astrónomos le han seguido la pista a las referencias de las escrituras, para tratar de encontrar una explicación racional a ese episodio del Nuevo Testamento, e igualmente intentan buscar la fecha exacta del nacimiento de Jesucristo, para tratar de ver cuál fenómeno astronómico podría coincidir cronológicamente con aquel.


El monje Dionisio el Exiguo, (astrónomo, abad escita de un monasterio romano, encargado de establecer el nacimiento de Jesús) cometió dos errores importantes al calcular el calendario cristiano en el siglo VI. Para determinar el año del nacimiento de Cristo tomó en cuenta los reinados de los emperadores romanos, pero olvidó que César Augusto había mandado cuatro años con el nombre de Octavio y también omitió el año cero.

Ese margen de error sitúa el nacimiento de Jesús cinco años antes de lo que normalmente se cree. Otros dos datos aportados por los Evangelios son útiles para buscar la fecha aproximada del acontecimiento venerado por los cristianos. El censo que obligó a José y María a pedir posada en Belén podría ser el que César Augusto ordenó entre los años 8 y 6 a. de C. Adicionalmente, según las escrituras, aún vivía el rey Herodes, que murió en el año 4 a. de C. Por supuesto, la Natividad tampoco ocurrió en diciembre. Lucas comenta que los pastores vigilaban sus rebaños en las montañas, pero en Belén diciembre es un mes duro en el cual las ovejas habrían estado bajo techo y no pastando fuera. Ese dato sugiere que el nacimiento del hijo del dios de los cristianos se produjo entre marzo y abril.

Fuente: Wikipedia

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