La leyenda de Agartha es una de las pocas que ha contado con el estímulo de los esoteristas. René Guenon, en su libro El Rey del Mundo, fue quien le dio impulso, seguido por numerosos entusiastas de la vida intraterrena. A continuación recopilamos una serie de observaciones e hipótesis formuladas por diversos estudiosos del tema.
Para los mongoles, Paradesha, una de las primeras ciudades de Agartha, fue fundada en el 380.000 a.C, pero su ubicación subterránea sólo retrocede 6.000 años. Ningún mongol aclara la problemática de de semejante traslado. Helena Blavatsky sostiene que Agartha está gobernada por la Logia Blanca, y señala el desierto de Gobi como el lugar donde aterrizaron los Señores de la Llama, provenientes de Venus, y retrocede su fundación hacia épocas tan remotas como 15.000.000 millones de años, incluso antes de que en el desierto de Gobi hubiese un grano de arena.
Earlybe Chaney vocifera que Agartha fue fundada por las almas de los sabios de otra civilización. Las llama Anunnaki. Sus hijos terrenales son los Annu. En un arrebato histérico, Chaney asegura que fueron éstos quienes trajeron al mundo el Arca de la Alianza, un arma de destrucción masiva y, al mismo tiempo, un artificio que manipulaba las variaciones de la gravedad terrestre. Los Annunaki colaboraron en la construcción de la Atlántida y Lemuria, y finalmente se marcharon, dejando a los Annu, ya degradados y mestizados, como sus representantes en la tierra. Advirtiendo la caída de la Atlántida, según Chaney, bajo una conspiración urdida por la Orden de Belial, los Annu huyeron hacia Egipto, y luego hacia las cámaras subterráneas denominadas Agartha.
La historia de Agartha creció, se volvió plástica, flexible, y todos los que se demoraron en ella incluyeron detalles más o menos interesantes. Ferdinand Ossendowski apunta que el reino de Agartha tiene entradas distribuídas por todo el mundo, desde el polo norte hasta Brasil, Siberia, los Andes, Egipto, la Antártida, y otras regiones inhóspitas. Incluso va más lejos, y asegura que Agartha está formada por innumerables continentes, montañas, ríos y ciudades, a las que denomina Red de Agartha. Preciso como pocos, Ossendowsi comenta que el promedio de habitantes en cada ciudad de Agartha asciende a 500.000 personas, y que Shamballa, su capital, ubicada bajo el monte Shasta, alcanza el millón y medio.
Si pocos se han puesto de acuerdo sobre la ubicación concreta de Agartha, ninguno lo ha hecho con respecto a sus pobladores. Blavatsky jura que éstos serían los sobrevivientes del Gondwana. Brad Steiger, indudable lector de H.P. Lovecraft, habla de los Ancianos o Antiguos, una raza primordial que habitó la superficie de la Tierra hace millones de años, huyendo a su interior con la intención de estructurar su propio medio ambiente. Los describe como homínidos de más de tres metros de altura, notablemente longevos y de carácter volátil. Willis Emerson sube la apuesta, y menciona que los habitantes de Agartha viven, en promedio, entre 600 y 800 años (es decir: 700), miden casi cuatro metros de altura y se comunican telepáticamente.
Según Madame Blavatsky, Agartha está formada por varios continentes, océanos, montañas y ríos. Shamballa es su ciudad central. Habría unas cien colonias subterráneas debajo de la Tierra, todas ―menos una― bastante cerca de la superficie. Estas ciudades subterráneas han sido conocidas como la Red de Agartha. Sus costumbres varían, pero siguen una estructura de vida común orientada espiritualmente en las enseñanzas de Melquisedec. El promedio de la población de cada ciudad es de 0,5 millones de habitantes, pero Telos ―una de las ciudades de Agartha― bajo el monte Shasta tendría 1,5 millón de habitantes.
Según Blavatsky, existen diversas razas en Agartha, y los seres que la habitan pueden variar mucho en el aspecto. Por ejemplo, por un lado, los habitantes de Agartha vendrían del continente de Gondwana, ahora desaparecido; gracias a las mediciones de las mareas realizadas por medio del Candelabro de los Andes, estos comprendieron que una catástrofe estaba por azotar su tierra, y se refugiaron en inmensas galerías subterráneas, iluminados por una particular luz ―no un sol― que haría brotar las semillas, llevando consigo el bagaje de sus antiguos conocimientos.
En cambio, Brad Steiger, en su libro El hueco de la Tierra, mito o realidad, afirmó ―sin aportar ninguna evidencia― que «los más ancianos» ―una antigua raza inmensamente inteligente y científicamente avanzada que pobló la Tierra millones de años atrás y luego se mudó bajo tierra―eligió estructurar su propio ambiente bajo la superficie del planeta y fabricar allí todas sus necesidades. Los más ancianos son homínidos extremadamente longevos, y antecesores del homo sapiens por más de un millón de años. Los más ancianos permanecen generalmente a distancia del mundo superficial, pero de vez en cuando se han sabido ofrecer para aportar críticas constructivas.
FUENTES: http://elespejogotico.blogspot.mx/ https://es.wikipedia.org
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