La leyenda del dybbuk, surgida de la teología judía, que afirma que se trata de almas que no han podido continuar con el ciclo de las reencarnaciones y vagan por el mundo de los vivos en busca de un cuerpo donde continuar con su existencia (Posesión demoniaca). Estos espectros buscan un lugar donde puedan satisfacer sus deseos y anhelos que no pudieron concretar cuando estaban vivos aunque hay que aclarar que nunca tienen buenas intenciones y la mayoría de las veces cuando un Dybbuk se mete en una persona generalmente acaba mal.
En el dybbuk el mal ha triunfado sobre el bien y por tal motivo intentan huir del castigo divino o acabar con asuntos pendientes. También puede suceder que sean las almas de personas malas como asesinos o violadores aunque en su gran mayoría son seres que se han desviado de la buena senda de Dios como borrachos o drogadictos.
Para poder exorcizar a una persona poseída por un dybbuk, es necesario un rabino experto en la Cabala, junto con otras 10 personas en un círculo dentro la sinagoga y haciendo sonar un cuerno para desorientar al espectro. Mientras se realiza el sonido, se debe leer el Salmo 91 en tres ocasiones para comunicarse con el dybbuk y de esta forma solicitarle que abandone el cuerpo mientras se le indica el camino correcto que debe seguir para traerle paz a su alma.
Como dato curioso, el Dybbuk suele vivir en una caja de madera que debe permanecer cerrada por los siglos… pobre del desafortunado que habrá la caja sin saber ya que desatará una cadena de acontecimientos perturbadores en su vida… Si alguna vez ves alguna caja con inscripciones judías cerrada, no trates abrirla bajo ninguna circunstancia pues has sido advertido.
FUENTE: http://www.leyendasdeterror.net/
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