Un día se enteró del rumor que su marido la estaba engañando con su propia madre, y presa de los celos, enloqueció de rabia e impotencia. Antes de que alguien pudiera hacer algo, mató a su hijo, decapitó a su marido (que estaba durmiendo) y luego fue a la casa de su madre para acuchillarla y prender fuego la casa con su progenitora aún dentro.
A partir de ese momento comienza esta leyenda de terror que afirma que a altas horas de las noches suelen aparecérsele a los borrachos, asustándolos con su risa infernal y mostrándole su rostro cadavérico.
También suele presentarse ante las mujeres chismosas, a las que persigue, recordando que todos sus pesares provienen de las habladurías y de sus propios celos enfermizos.
FUENTE: http://www.leyendasdeterror.net/
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