martes, 15 de diciembre de 2015

Fantasmas en la antigua Grecia


¿Sabías que en la Grecia Clásica ya se creía en fantasmas?

Por esta razón se colocaba una moneda debajo de la lengua del muerto, con la que se supone pagarían a Caronte el viaje a través del río Aqueronte para llegar hasta el Hades (el inframundo). Se creía que aquellos muertos que no recibían su óbolo (moneda) vagaban 100 años a las orillas de este río. De hecho, se sabe que aquellas personas que no enterraban a sus familiares con su óbolo eran perseguidos por las leyes, porque algunas de estas almas que se quedaban a la orilla del río Aqueronte podían volver y atormentar a los ciudadanos griegos.


Las Erinias eran tres espíritus femeninos que vengaban los delitos de sangre, especialmente de los asesinatos cometidos contra otro miembro de la familia.

En la tragedia de Esquilo Agamenón la esposa de éste, Clitemnestra, lo asesina. El hijo de ambos, Orestes, venga la muerte de su padre por orden de Apolo y asesina a su madre Clitemnestra y al amante de ésta, Egisto. Esto último ocurre en  la tragedia Coéforos, tambien de Esquilo. Pronto empieza a actuar la maldición de la sangre derramada de un familiar encarnada en las Erinias, pues la sangre derramada exige más sangre. El fantasma de Clitemnestra vuelve desde el más allá para pedir a las Erinias que acaben con Orestes en la tercera tragedia de esta serie que se llama las Euménides.

En la tragedia de Esquilo Los Persas (472 a. C.) el coro de ancianos persas invoca al rey Darío para que salga de su tumba y las preste su consejo.


La palabra griega “phásma” o “phantásma”, que da nuestro palabra “fantasma” significa “aparición espectral”. El geógrafo Pausanias nos habla de cómo en la llanura de Maratón, donde se desarrolló una batalla entre los griegos y los persas, podían escucharse por las noches el relinchar de los caballos y las voces de los guerreros que murieron. El historiador Heródoto nos habla del fantasma de un hombre que se le aparece a otros hombres para encomendarles una misión; en la tragedia Los Persas de Esquilo, uno de sus personajes es la sombra o fantasma de un rey muerto.

La magia negra en Grecia perseguía provocar la ruina, la enfermedad o incluso la muerte en una persona. Esto se hacía a través de una “atadura” o “ligadura” en las tablillas de maldición. El procedimiento consistía en escribir en una tira de plomo un conjuro con lo que se quería provocar en la víctima. Después se enrollaba y se le clavaban clavos o alfileres. Por último había que depositar la lámina  por la noche en una tumba y, a veces, se mataba allí mismo a un animal pequeño (por ejemplo, un gallo), para animar al espíritu de la tumba a que saliera a por la sangre y actuara contra la persona a la que se le había hecho la atadura. Se suponía que el espíritu sería capaz de desenrrollar la lámina de plomo, leerla y buscar a la persona a la que se había maldecido para hacer caer sobre ella su sed de sangre y venganza.

FUENTES: https://herederosdelaatlantida.wordpress.com   https://griegoantiguo.wordpress.com   http://lascosasquenuncaexistieron.com/

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