La mañana del 26 de abril de 1986, el mundo despertó con la noticia de que en Chernobyl, Ucrania; había ocurrido el desastre nuclear más grande del que se tuviese conocimiento en la historia.
A la 1:23 de la mañana, el reactor número cuatro de la planta de energía nuclear en Chernobyl sufrió una catastrófica explosión de vapor que desencadenó un incendio y explosiones múltiples; que fueron seguidas por una fusión nuclear. La planta explotó y lanzó al aire una columna de ceniza radioactiva que no solo convirtió Chernobyl y las poblaciones cercanas en zonas inhabitables; si no que se extendió a lo largo del oeste de la Unión Soviética, Europa continental, los países nórdicos, el Reino Unido, Irlanda e inclusive la costa este de Norteamérica en 48 horas.
De acuerdo a investigadores y científicos, la lluvia radioactiva fue cuatro veces mayor a la de Hiroshima y Nagasaki, y fue la primera vez en que ocurrió un evento de nivel siete, que hasta entonces solo había sido un desastre hipotético en la escala de Eventos Nucleares Internacionales.
Esto se logró alrededor de las cinco de la mañana, pero el fuego que ardía en el reactor continuó encendido por varias horas más.
Sin saber a qué se enfrentaban en sí, y creyendo que solo se trataba de un incendio eléctrico; los bomberos de la localidad acudieron a intentar apagar las llamas, cosa que resultó en la muerte de todos ellos tras exposiciones a dosis letales de radiación.
Hubo ligeras lluvias radioactivas que cayeron en zonas tan alejadas como Irlanda. Más de trescientos mil personas fueron evacuadas de las poblaciones aledañas, con más del doble de ese número expuesto a la radiación.
De los trabajadores y habitantes de las inmediaciones de Chernobyl, hubo 47 muertes entre trabajadores y 9 niños en una guardería local afectados con cáncer de tiroides. A esas muertes se sumaron más de cuatro mil relacionadas a la exposición, mientras que el bosque que rodeaba la población de Pripyat se secó y adoptó un color rojizo. Los caballos y ganado que fueron dejados a su suerte durante la evacuación murieron tras que sus tiroides sucumbieron a la radiación.
Algunos animales domésticos como puercos, vacas, perros y gatos sobrevivieron con mutaciones que inclusive se continúan dando entre su progenie hasta la actualidad. Los animales salvajes en la zona murieron o eventualmente dejaron de reproducirse tras quedar estériles, mutados o deformados por las partículas radioactivas en el ambiente.
Tras el desastre, el gobierno ordenó el cierre de los reactores 5 y 6, el reactor 4 fue sellado con cerca de 300 metros de concreto colocado entre la zona del desastre y los edificios aún operacionales. La planta de Chernobyl continuó operando hasta el 15 de diciembre del 2000, cuando el presidente Leonid Kuchma apagó el último reactor funcional, el número 3.
Después de eso, hubo decenas de operativos gubernamentales en las ciudades fantasma que rodean la zona del desastre. Pripyat, por ejemplo, se ha convertido en una ciudad fantasma, cubierta de vegetación y en la cual poco a poco comienzan a aparecer poblaciones de lobos, cerdos salvajes, ciervos y fauna que se considera extinta o escasa en otras áreas de Europa.
Hay cerca de 400 personas habitando la zona cercana al reactor, a los cuales se les otorgó el permiso de habitar ahí siempre y cuando no soliciten dinero o ayuda al gobierno ucraniano si es que se enferman por la radiación.
De manera curiosa, gracias a la férrea actitud del gobierno soviético entonces, la evidencia de daños y mutaciones producidas por la radiación, lo trágico de la explosión y el abandono de Pripyat y otras ciudades; existen varias leyendas surgidas a lo largo de los años sobre cosas desconocidas, extrañas e inclusive malignas que plagan la Zona de Exclusión de Chernobyl y las ciudades fantasmas...
El ave negra de Chernobyl.
A comienzos de abril de 1986, los habitantes y trabajadores de la planta nuclear de Chernobyl comenzaron a experimentar una serie de eventos sobrenaturales. El primero, fue el avistamiento de una extraña criatura voladora, descrita como un ave gigantesca o un hombre sin cabeza que solía trazar círculos sobre el reactor que explotaría eventualmente a fin de mes.
La noche del siniestro, los bomberos que acudieron a apagar el incendio y que perdieron sus vidas por la radiación; dijeron haber visto al ave sobrevolando la columna de humo irradiado que brotaba del reactor.
Quienes sobrevivieron a la explosión y los meses siguientes, han declarado haber sufrido de pesadillas, llamadas amenazantes y visiones apocalípticas que coinciden con las descritas por aquellos que vieron al Mothman en Point Pleasant, Estados Unidos, antes del colapso del puente Silver en 1958; lo que ha llevado a varios entusiastas de la criptozoología y la ufología a creer que puede tratarse de una manifestación más de esta criatura.
Los espíritus de Pripyat.
Fundada en 1970, Pripyat fue una pequeña ciudad construida para los trabajadores de la planta nuclear y sus familias. Antes del accidente, era un orgullo para la Unión Soviética: una población de cincuenta mil y toda clase de complejos, desde apartamentos de lujo, centros culturales, piscinas olímpicas, cines, tiendas e inclusive un estadio.
El 27 de abril de 1986, las autoridades soviéticas ordenaron la evacuación de la ciudad para evitar víctimas, aunque la orden llegó demasiado tarde. Los pobladores ya habían sido contaminados por radiación, y muchos de ellos sufrieron dosis letales de radiación que produjeron tumores, cáncer de tiroides y toda clase de enfermedades que hasta hoy tienen lugar en sus descendientes.
Sin nadie que la mantuviera funcionando, no tardó para que Pripyat comenzara a decaer: la naturaleza empezó a reclamar los caminos y fachadas de edificios, el agua de lluvia terminó por derrumbar tejados y los fríos inviernos europeos dañaron las estructuras de las construcciones. En la actualidad, Pripyat es famosa por ser la ciudad fantasma más popular del mundo, y es un popular destino turístico en Ucrania luego de que los niveles de radiación en el aire han disminuido.
Parte del atractivo de Pripyat son las historias de fantasmas que tienen lugar en ella: sombras que se mueven entre los edificios, rostros fantasmales que aparecen asomándose a las ventanas e inclusive espíritus infantiles que juegan en los parques de diversiones y escuelas que hoy yacen abandonados.
Un encuentro en particular espeluznante es el que tuvo un físico nuclear llamado Andrei Kharsukhov, que visitó la planta nuclear de Chernobyl en 1997:
"Llegué a la planta abandonada a las 7:30 a.m. Procedí de inmediato al sarcófago del Reactor Cuatro, donde tuvo lugar la explosión. Naturalmente no podía entrar por la radiación, así que permanecí cerca de la puerta tomando mediciones de radiación ambiental.
Sabía que no podía haber nadie en el interior del viejo reactor, pero aún así podía escuchar el sonido de alguien gritando, pidiendo ayuda desde el interior y diciendo que había un incendio adentro. Corrí para contarle al personal de vigilancia, pero me dijeron que yo era la única persona que había entrado hasta ese punto en tres años; y que solo se puede acceder al centro del reactor por la puerta donde yo estaba. Si alguien se hubiese metido al reactor y yo no me hubiese percatado, de inmediato se habrían disparado alarmas avisando de una irrupción.
La puerta del reactor requiere una contraseña y huellas digitales, pero aún así... alguien o algo estaba adentro "
En el año 2009, el equipo de investigación del programa televisivo estadounidense, "Destination Truth" condujo una investigación en Chernobyl y Pripyat. Lograron registrar una figura humana con una cámara térmica en el interior del reactor.
FUENTE: http://mitosmonstruosyleyendas.blogspot.mx/
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