miércoles, 18 de octubre de 2017
La cosa extraña del Ataúd.
¿De qué trata?: Un Ataúd profanado por ladrones que tiene una de las cosas más extrañas que haya visto el vigilante durante mucho tiempo en su trabajo. Ahora debe resolver el misterio que asecha luego de que los maleantes hayan dejado inexplicablemente el lugar de los hechos.
En el siglo XIX era difícil saber cuando alguien entraba en coma, o mejor dicho imposible. Hubo muchas muertes que se produjeron cuando las personas ya estaban 3 metros bajo tierra. Aquella persona que perdiera el pulso se declaraba muerta y se procedía a enterrarlas. Pero cuando se dieron cuenta de que al limpia las fosas se encontraban con ataúdes arañados por dentro se sorprendieron totalmente.
Hoy en día esto no pasa tan seguido, hay métodos que identifican cuando una persona se encuentra sin signos vitales. Se sabe que las personas en coma duran meses y hasta años, hasta detectar vida con pulsaciones nulas o sin ellas. Esta es la historia de un hombre que se dedicaba a cuidar un cementerio, era el vigilante del mismo y velaba por que los ladrones no se hicieran con lápidas valiosas y ataúdes emblemáticos.
Pero una noche el mismo se quedaría dormido, eran alrededor de las 2 A.M. Un grupo de tres ladrones se disponían a hacerse con la lápida y hasta el ataúd de una difunta llamada Sara Óvanos. El ataúd valía miles de dólares, sabían que podían cambiarlo en una casa de cambios en las cercanías de los casinos de Texas y se harían con buen dinero.
Todo ya estaba planeado, 2:30 PM y aún el vigilante dormía. Brincaron las paredes del cementerio en busca de la lápida, a la cual llegaron con facilidad, pues ya le habían visitado días anteriores para hacer todo más fácil. Alrededor de la tumba estaba protegida por una cerca metálica y un candando que regía la puerta de la morada.
Sin embargo, con algunos métodos Bumping rompieron la seguridad del gran candado, abriendo la puerta y procediendo a dañar el trabajo en cemento que se encontraba en el lugar de entierro para proceder a desenterrar. Tras una hora de estar desenterrando y a pocos centímetros de la tumba escucharon algunos golpes que provenían del ataúd, esto provocó que los 3 ladrones salieran huyendo despavoridos, dejando su arduo trabajo a casi terminar.
Los gritos de estos delincuentes despertaron del profundo sueño al vigilante, el cual procedió a investigar de donde provenían. Pero más temprano que tarde llegó a la tumba de Sara, la cual se encontraba destruida, tal y como la dejaron los maleantes. El vigilante acercándose a la tumba observó que esta ya casi estaba desenterrada, por lo que procedió llamar a la policía y no tocar nada.
Al colgar la llamada escuchó unos gritos de auxilio que provenían de la tumba. Enseguida el hombre ha pensado de todo. Seguro que se trata de a una mujer que han enterrado viva en esta antigua tumba, o es una trampa. El vigilante fue precavido y bastante inteligente, acercándose preguntó a quien pedía llamados de auxilio.
-¿Quién es?
-¡Auxilio! Por favor ¡Sáquenme de aquí!
El hombre se acercó a la lápida rota y podía ver el nombre de ella, Sara Óvanos.
¿Podrías decirme tu nombre por favor?
Por favor ¡Sáqueme de aquí!
Estaba dudoso de ayudarle, primero ha preguntando:
Disculpa pero para poder ayudarte necesito saber tu nombre
¡Soy Sara Óvanos! Por favor Ayúdeme ¡No me deje encerrada aquí!
El hombre se le ha erizado todos los pelos del cuerpo. Sabía que algo andaba mal, bastante mal.
-Sara Hay un problema, parece que no te podré sacar de allí, aquí pone que te moriste el 12 de diciembre de 1891.
-¡Si soy yo! Sara Óvanos por favor ayúdame no me dejes aquí abajo.
No Sara, los humanos no sabemos el día en que morimos, al menos la mayoría, además la fecha de hoy me indica que estamos a 17 de marzo de 2017. Sea lo que seas, tú no eres un humano.
El hombre agarró su linterna y se marchó hacia la puerta esperando a que llegara la policía.
FUENTE: https://relatoscortos.org
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