jueves, 8 de diciembre de 2016
El mito del Fauno
Fauno es un dios romano pastoral: cuida el ganado y los campos, y habita en el bosque. Es el dios Pan para los Griegos y también es conocido como Lupercus, literalmente el que protege del lobo, pues se dice protege el ganado de los lobos. Tiene piernas, pies y cuernos de macho cabrío y largas orejas vellosas.
Nació en Arcadia y al verlo Mercurio lo envolvió en una piel y se lo llevó al cielo para divertimento de los dioses, a cambio lo hizo inmortal.
En su juventud se enamoró de la ninfa Sírinx, pero esta no le correspondía. Estaba persiguiéndola junto al rio Ladón, mas cuando iba a atraparla, los dioses se compadecieron de la ninfa y la transformaron en caña. Pan quedó desolado. En su desolación cortó unos tallos de caña desiguales, los unió lateralmente y compuso con ellos la flauta concida como caramillo. Con esta flauta compuso preciosas melodías, que acompañaba con su voz, tan hermosa como feo su cuerpo.
Vivía en el bosque continuamente rodeado de ninfas que acudían a escuchar su música. Con el tiempo se enamoró de la nifa Pitis y esta le correspondía, pero Boreas también quería a la ninfa. Al verse rechazado y menospreciado a cambio de semejante personaje grotesco, en un arranque de celos Boreas tiró a Pitis por un acantilado. Los dioses transformaron a Pitis en pino, árbol que fue consagrado a Pan.
Despues de tanto amargo abatar amoroso, Pan se marchó con Baco a la guerra de la India, donde demostró su inteligencia con la táctica militar.
Ya en la antigüedad, y posteriormente, se ha confundido a Pan o Fauno con los Sátiros o los Silvanos, moradores de los bosques, alocados, maliciosos y temidos por las pastoras.
Las Lupercales son las fiestas dedicadas al dios Pan en el Lacio. Se celebraban el 15 de Febrero. Sus sacerdotes, los Luperci, inmolaban machos cabríos y cabras, se cubrían con las pieles y corrían por las calles cubiertos con ellas, esgrimiendo látigos de cuero con los cuales pegaban a los transeúntes.
Pan era además un dios oracular, transmitía sus mensajes en sueños, mediante voces , o hacía susurrar a los árboles. También era el responsable de la sensación de alarma súbita y los temores imaginarios, también conocidos como pánicos.
Estaban un día el rey Midas, Baco y Pan reunidos. Bebían vino y Pan acompañaba con su múscia la velada. Envalentonados con el alcohol se atrevieron a jurar que la música de Pan era mejor que la del mismísimo Apolo y lanzaron un desafío al aire. Apolo lo oyó y aceptó. Ambos estuviero de acuerdo en escoger como juez a Tmolos, rey de Lydia. Tocaron ambos sus instrumentos y Tmolos decidió que la lira de Apolo era mucho mejor que la flauta de Pan. Pero Midas, necio y algo borracho, no estuvo de acuerdo y reclamó el triunfo para Pan. Apolo, justo ganador, aprovechó para vengarse de la ofensa agraviada contra él: transformó la orejas de Midas en largas, puntiagudas y peludas orejas de asno.
Midas, horrorizado con su maldición escondía las orejas bajo una diadema. Sólo su barbero las veía cuando le cortaba el pelo, pero no podía contar nada bajo pena de muerte. Cuando no pudo soportar más el secreto, bajó a una llanura, cabó un hoyo y contó su secreto, tapandolo después. Pensaba que así se había librado de su carga. Pero en el llano creció un cañaveral que al ser agitado por el viento susurraba “El rey Midas tiene orejas de burro”. Midas avergonzado, abandonó su tierra y pidió ayuda a Baco. Este, apenado por los lamentos de su amigo le prometió concederle una gracia.
Midas llevado por la codicia, en vez de pedir volver a tener sus orejas, pidió que todo lo que tocase se transformase en oro. Pero pronto se arrepintió, pues no podía comer, beber, ni tocar nada ni nadie sin que se transformase en oro. Baco, compasivo de nuevo, le dijo que se bañase en el río Pactolo. Quedó Midas libre del contradictorio don, pero perdió la oportunidad de recuperar sus atributos humanos.
Desde entoces se dice que el rio Pactolo arrastra partículas de oro.
FUENTE: https://efimera.co
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