lunes, 26 de diciembre de 2016

La Niebla Asesina de Londres de 1952


El 5 de diciembre de 1952 amaneció despejado en Londres. A medida que el día avanzaba, un ligero velo de niebla empezó a envolver el Big Ben, la catedral de St. Paul y el resto de la ciudad. Por la tarde, sin embargo, la niebla empezó a adquirir un tono amarillento al mezclarse con las miles de toneladas de hollín que se bombea en los cielos de Londres por su bosque de chimeneas y chimeneas industriales. Daba comienzo un funesto periodo de cinco días de niebla tóxica que paralizó la ciudad y oscureció el sol. La "Great Smog", la niebla asesina de 1952, mató a más de 4000 londinenses, siendo el peor desastre por contaminación en la historia de Gran Bretaña. Un desastre poco conocido, en realidad. Como tapado por un oscuro velo de vergüenza. Esta niebla fue tan densa que, durante cinco días, los londinenses no pudieron ver sus pies al caminar. La Gran Niebla paralizó la ciudad y todo el transporte, excepto el metro. Los vuelos en la capital británica fueron cancelados. Los conductores, aun a plena luz del día, tuvieron que dejar sus coches ante la densa niebla que impedía ver nada.


¿A qué se debió la Gran Niebla?

En diciembre de 1952, un frente frío llegó a Londres e hizo que la población quemase más carbón de lo usual en invierno. El aumento en la contaminación atmosférica fue agravada por una inversión térmica, causada por la densa masa de aire frío. La acumulación de contaminantes fue en aumento, especialmente de humo y partículas del carbón que era quemado. Debido a los problemas económicos de la post-guerra, el carbón de mejor calidad había sido exportado. Como resultado, los londinenses usaban el carbón de baja calidad, rico en azufre, que agravó mucho el problema.


Uno de los mayores desastres medioambientales en la historia británica

Durante cinco días, los ciudadanos de Londres tuvieron que caminar por las calles con antorchas y linternas. Las autoridades recomendaron encarecidamente que niños y ancianos no saliesen solos de casa, por temor a que se perdieran. Durante aquel fin de semana no hubo fútbol, ni cine, ni espectáculos. La niebla se filtraba dentro de las Universidades y no hubo clases en Oxford ni Cambrigde. Por supuesto, también se filtró dentro de las casas y edificios.
Pero la Gran Niebla no fue sólo un molesto efecto atmosférico. Fue un proceso letal que acabó con la vida de más de 4000 personas de forma directa, que pudieron ser muchísimas más. La mayoría de las víctimas fueron niños muy pequeños y personas con problemas respiratorios previos. Las muertes en la mayoría de los casos, ocurrieron como consecuencia de infecciones del tracto respiratorio. Las infecciones de pulmón eran principalmente bronconeumonía o bronquitis aguda. Un total de 8.000 personas murieron en las semanas y meses siguientes.


FUENTE: http://www.lacunadehalicarnaso.com/

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