martes, 28 de mayo de 2019

El Tesoro de los Cristeros.


Cuenta la tradición oral de las viejas generaciones que en Presa de los Serna existe una pequeña red de túneles que comunica por el subsuelo de los antiguos pozos del pueblo, hasta algunas de las viejas casonas y a otros lugares secretos del lugar. Estos túneles, según la leyenda, servían para refugiarse o escapar de los eventuales ataques que se llevaron a cabo durante la Revolución Mexicana y durante el Movimiento Cristero.

Se dice que durante los constantes ataques que sufrían las personas por aquellos tiempos el poco o mucho dinero y pertenecías valiosas que se tuvieran eran escondidos por sus dueños en esos túneles que habían sido cavados por debajo de la tierra, se habla de grandes tesoros también que fueron escondidos en barrancos y cuevas productos de los vastos saqueos y robos que se hicieron a haciendas, iglesias y casonas de aquella época.

En la vieja casona donde estuvo ubicada la casa de los Serna mismos que asesinó el revolucionario José Velasco, existe un viejo pozo en el que muchos aseguran se encuentra una de las entradas principales a los túneles y en los que se guarda un gran tesoro perteneciente a los hermanos Serna, lo que sí es verdad es que aun hoy en la actualidad ese pozo sigue sin ser explorado y aun mas sorprendente es la excesiva profundidad que parece tener.

Al parece estratégicamente los túneles conectan hasta los más viejos pozos del lugar con algunas de las principales casonas, un par de estos pozos desgraciadamente ya han sido tapados. Cuentan que durante la construcción del puente “Gómez Morín” al realizar las excavaciones para los cimientos justo en uno de los extremos de la cortina de la presa de entre una grandes piedras se encontró un viejo pozo con piedras que fungían como escalones, lo cual aparentemente servía para bajar hacia las profundidades, pero dicho pozo parecía haber sido aterrado con piedras, para poder continuar con la construcción del puente fue necesario aterrar el pozo en su totalidad. ¿A donde llevaba ese pozo? ¿Sería alguna de las entradas a los legendarios túneles?


Hay quienes aseguran que además existe un túnel escondido en las entrañas de la barranca en la que desemboca el agua de la vieja presa, justo en el cerrito denominado “la nariz” cuentan que por entre dos enormes piedras que se encuentran en el lugar se accede hasta las profundidades del cerro, el espacio es tan reducido que solo puede caber una persona de complexión delgada y arrastrándose un poco hasta quedar dentro del lugar.

Don Guadalupe era un hombre un tanto anciano que como todos los días bajaba hasta el fondo del barranco con la finalidad de encontrar leña para su hogar y para uno que otro cliente que se lo pidiera, el comentó que mientras cortaba leña de un viejo árbol seco escuchó como justo a sus espaldas parecía oírse el tintineo de cientos de monedas que caían al suelo: “Como si alguien hubiese vaciado una cubeta de estas sobre una roca o una superficie firmé” afirmó.
Sorprendido Don Guadalupe giró hacia su izquierda con la finalidad de ver de qué se trataba o que podía ser ese extraño ruido que era obvio parecerían ser bastantes monedas, al hacerlo se dio cuenta que de entre unas rocas del barranco y de lo que parecía ser una madriguera salía un brillo realmente destellante; “Era como si el sol estuviera dentro” contó el señor a su familia, un tanto consternado termino de hacer su tercio de leña y partió hacia su casa.

Ya en la cena el señor entre platica y platica contó lo sucedido, fue entonces cuando la esposa le contó que ella recordaba que su padre le había contado una vez que durante la guerra de Revolución y el Movimiento Cristero las personas solían esconderse en barrancos a los que era difícil el acceso y que uno de esos lugares que sirvió precisamente como refugio era justamente esa barranca, y que en ella habían sido escondido las pertenencias de los más adinerados de los alrededores. ¿Y si era el tesoro de los cristeros? Preguntó el hijo mayor.

Al siguiente día muy de mañana partieron don “Guadalupe” y su hijo mayor hasta el fondo del barranco con la finalidad de explorar esa “misteriosa luz”, pero la sorpresa fue mayor cuando llegaron al lugar y no parecía haber rastro de ninguna luz brillante y aun más sorprendente no había ningún agujero ni madriguera ni nada, solo el rastro donde el día anterior el señor hizo su leña. Arrepentido de no haber aprovechado la oportunidad de haberse acercado más para ver de qué se trataba el señor regreso a su casa, muchas son las personas que han tenido la oportunidad encontrarse con el tesoro, pero por miedo o a veces indiferencia se alejan del lugar cuando recapacitan o cuentan lo sucedido y regresan no encuentran rastro alguno.

Cuando don Guadalupe contó lo sucedido varias personas comenzaron a bajar esa barranca con curiosidad, morbo y hasta incredulidad pero siempre con la finalidad de encontrar esa puerta misteriosa que parece ser el acceso a un túnel en el que podría seguir oculto y causando curiosidad entre los pobladores, el tesoro de los cristeros.

FUENTE: http://lapresadelosserna.blogspot.com

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