viernes, 10 de mayo de 2019

Un fantasma muy elegante, El Conde del Centro.


Mitos, leyendas e historias de terror que se cuentan en Hermosillo

Leonardo Rodríguez

El Centro de Hermosillo es un lugar que guarda cientos de historias, miles, día a día la gente camina por sus calles dejando recuerdos, alegrías, tristezas, decepciones, tratos concluidos y asignaturas pendientes.

Esta historia va de esto último, cuando una asignatura pendiente no se cumple antes de que llegue a muerte, dicen, es cuando nace un fantasma. Los fantasmas son, entonces, personas que murieron de pronto y dejaron pendientes en este mundo.

Le llamaban El Conde, Gustavo Peralta García era su nombre en vida y a principios del siglo vivió formando parte de la clase alta de esta ciudad del Norte, por lo que, debido a su elegancia le dieron el pintoresco apodo mencionado. El Conde, le decían, aunque aún hay quienes afirmen que no era tanto por eso como por otras cosas.

Algunos muy ancianos, se atreven a afirmar que en los primeros años del 1900 los alzados de “La Bola” o revolucionarios, llegaban a las casas y a balazos sacaban provisiones para mantener su guerra, por lo que los más ricos eran sus presas.

Cuando esto sucedía, El Conde era un pequeño, por lo que su madre llamaba a las sirvientas “Conde al niño en el túnel”, “Córrele conde al niño”, les gritaba para que lo escondieran, por lo que fue quedándose el apodo. Cualquiera de las dos puede ser cierta.

El punto es que Don Conde vivía holgadamente en una de las casas más bellas de Hermosillo, donde muchos pasamos diariamente sin saber siquiera de su historia.


Justo donde ahora se hallan la Radio del Estado, el Colson y el ISC estaban las mansiones de un hombre de dinero, los viejos edificios donde ahora los empleados trabajan diariamente eran sus aposentos y justo ahí, en la radio, sucedió su tragedia.

Donde ahora está el patio de Radio Sonora había antes una alberca y un día, estando ésta vacía, El Conde cayó, causándose un gran daño que le costó la vida.

Las causas del accidente se pierden, como mucho de su historia en los mares del tiempo, tiempo que a la larga acaba por borrarlo todo, que en su debido tiempo nos borrará a nosotros y todo lo que hagamos.

Desde entonces, se dice, algo se mueve escondido y de noche en esos muros. La sombra de un hombre merodea los pasillos y por las noches cosas raras ocurren.

Las casas viejas y enormes suelen guardar secretos, una muerte violenta, una mano homicida, un trabajo pendiente… algo mantiene al hombre en esta tierra hasta hoy.

¿Quiénes lo han visto? Varios, en las cabinas de radio, en las oficinas, en los patios, arcos, pasillos y techos la presencia de un hombre muerto hace casi ya un siglo persiste en los rincones de la que fue su casa, junto a varios fantasmas que se mueven de noche por las calles del Centro buscando concluir con los pendientes.

FUENTE: https://www.elsoldehermosillo.com.mx

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