martes, 17 de noviembre de 2015

El Museo de ocultismo Warren


Ed y Lorraine Warren fueron dos investigadores paranormales que dedicaron su vida a adentrarse en macabras situaciones que ameritaban una explicación más allá de lo normal. Sacerdotes poseídos, asesinatos liderados por demonios, objetos con fuerzas malévolas y casas embrujadas son algunos de los temas más comunes en los archivos de esta pareja.

Las historias de miedo más tenebrosas de la pantalla grande han sido inspiradas en varios de los casos que los Warren tuvieron a su cargo cuando se dedicaban a investigar casos paranormales que nadie se atrevía, y de los que aún quedan reportes oficiales.

Luego de varias experiencias, los esposos decidieron que era una buena idea crear un museo en el que se expusieran todos los artículos diabólicos que tenían que quedarse luego de sus estudios; y fue así como en 1952 surgió en Monroe, el Museo del ocultismo Warren, mismo que provoca pánico a quien lo visita.

Los creadores

El demonólogo Ed Warren y la médium y clarividente Lorraine Warren fueron durante 50 años la pareja más famosa del mundo cuando se trataba de una investigación paranormal.

Ellos son Lorrain Warren y su esposo Ed, los originales. El hombre era un demonólogo y su esposa tenía poderes de clarividencia, por lo que eran un dúo dinámico al momento de enfrentar casos paranormales. El señor Warren falleció en 2006 a los 79 años, y la señora sigue viva para ver las películas tan magníficas que han salido de sus historias.

Inauguraron un museo de ocultismo en la ciudad de Monroe, Connecticut en los Estados Unidos.

Los Warren fundaron el Museo de ocultismo en 1952, y eran muy felices compartiendo las macabras historias de terror que había protagonizado cada uno de los objetos ahí expuestos.


Esta es la casa de los Warren ubicada en Monroe, Connecticut. El museo está en el sótano del hogar y puedes visitarlo.

Los Objetos

Aquí te compartimos algunos de los objetos poseídos más escalofriantes de este museo para que los conozcas.

Un muñeco que embruja a aquel que le haga una foto.

Este inocente muñeco es parte de los más escalofriantes objetos del lugar, y no se dejen llevar por su inocente imagen. Shadow es parte de una investigación efectiva en la que se descubrió que cuando los chicos tenían a este juguete cerca tenían extrañas pesadillas en las que se les podía detener el corazón.


Figurillas diabólicas que han sido utilizadas en varios ritos terribles, y se encuentran protegidas en el museo para evitar que alguien la vuelva a utilizar. Entre ellas un ídolo satánico que supuestamente se encuentra en los bosques de Connecticut, donde se llevan a cabo las ceremonias de invocación.

Un espejo de la plantación Myrtles que contiene los espíritus de una mujer y sus hijos.

Este era el lugar original del espejo, pero ahora se encuentra resguardado en el museo de los Warren, ya que el pánico que generaba era inmenso. Se dice que este espejo tiene alojados a varios espíritus que gozan de aparecer y manifestarse en él.


Este es un piano digno de película de Scooby Doo, pero mucho más tétrico. Forma parte de la gran colección paranormal, y su historia cuenta que atormentaba a sus dueños cuando comenzaba a sonar solo.


Alrededor de 20 máscaras se albergan en el lugar, y estas fueron utilizadas en ritos satánicos y sectas encargadas de atraer el mal.


Este vestido de novia perteneció a una niña rica llamada Anna Baker que se enamoró de un pobre trabajador de mina. El padre de la chica le prohibió seguir con el romance y ella murió, pero su vestido de novia ya estaba elegido y dicen que cuando hay lunas llenas se mueve, como símbolo de que el alma de Anna no descansa en paz.

Bathsheba murió de una extraña parálisis, la tumba se encuentra en el cementerio histórico en la calle de la estación de bomberos y el centro de Harrisville.

Si viste la película de El Conjuro recordarás que uno de los espíritus más terribles era el de Bathsheba Sherman; quien, según las malas lenguas, fue una bruja que practicaba el satanismo y que había vivido en la casa en el inicio del siglo XIX, donde se suicidó ahorcándose en un árbol detrás del granero. Varios jóvenes acudieron al cementerio para tomar piedras se su tumba y usarlas en trabajos de brujería, y en el museo se encuentran algunas piedras utilizadas en esos ritos.

Se cree que esta es responsable de la muerte de un individuo que entró en contacto con ella.

La muñeca Annabelle es sin duda alguna la atracción número uno del lugar; sobre todo, después de la película que la hizo famosa. Es impresionante ver la inocencia que aparenta esta muñeca de trapo que sirve como canal para las malas en energías.

Estos son los más tenebrosos artefactos del lugar, y al verlos surge una pregunta final:

¿Qué pasará cuando Lorraine Warren ya no esté a cargo de ellos?

FUENTE: http://www.noticias.com/

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