martes, 26 de julio de 2016

El canto de las sirenas (Relato)


La pesca es uno de los oficios más viejos que existen. Tal vez porque con tan sólo una vara, un hilo y un anzuelo es posible extraer comida de las profundidades del mar. Sin embargo, hay lugares prohibidos o embrujados en los que brotan leyendas de terror como la que les comparto enseguida.

Un viejo pescador charlaba con su nieto mientras éste preparaba sus utensilios de trabajo.

– Jaime, sabes que por ningún motivo debes acercarte a la zona de “Perlas Azules”, ya que ahí es territorio de la sirena Aglaofeme y se te metes ahí sin su permiso, puede que ya no regreses a tu familia.

– ¡Ya está bien! Es la octava vez que me das esa advertencia. A veces pienso que son inventos tuyos. Es decir, se trata de las historias de terror que escuchabas en tu época de marinero.


– Desde luego que no. Jamás te diría algo que no fuera cierto.

Sin embargo, Jaime decidió ignorar las advertencias y se puso en dirección a los dominios de Aglaofeme.

Arribó al lugar y sus ojos vieron cómo el agua tenía distintos tonos de azul y peces multicolores bailaban entre las débiles olas.

Abrió su red y la puso sobre el agua esperando que el cardumen cayera en la trampa. La cantidad de presas era tan enorme que en más de una ocasión casi hizo que la nave se volcara.

Con fuerza a la red y la subió al barco acomodándola con cuidado. No bien había tomado los remos para dirigirse a su casa cuando escuchó una melodiosa voz que le dijo:

– No te llevarás de aquí a mis hermosos amigos.


– ¿Quién eres?

– Busca en tu interior, te aseguro que tu subconsciente sabe la respuesta. Soy Aglaofeme, princesa del mar.

Jaime sintió un miedo tremendo. Agitó los remos con gran fuerza, pero quedó prendido al escuchar la voz de la sirena. Su canto era hipnotizador. Los ojos del chico quedaron en blanco y luego de unos segundos el mismo se arrojó al agua boca abajo, muriendo ahogado minutos más tarde.

FUENTE: http://cuentosdeterror.org.mx/

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