miércoles, 25 de enero de 2017

Cadáveres que caminan.


En la era moderna, por lo general, se teme a los fantasmas -espíritus de los muertos. Pero hubo tiempos y lugares donde un cadáver animado, el cuerpo que se levanta. y camina, era el principal objeto de temor. Una crónica inglesa del siglo XII, escrita por un autor conocido como William de Newburgh, contiene varios relatos denominados "Del Extraordinario Suceso Cuando un Muerto Salió de su Tumba". Este es uno de los relatos:

Un hombre sumamente malvado que vivió en los alrededores del Castillo Alnwick murió sin confesar sus cuantiosos pecados. Sin embargo, se le dio sepultura cristiana, la cual, anota William " ... no se merecía y no le sirvió de nada''. Este mal hombre no pudo ser mantenido en su tumba. "Por el poder de Satán en las horas de la noche, podía levantarse de su sepulcro y vagar por las calles, merodear alrededor de las casas mientras los perros aullaban .y ladraban toda la noche".


La gente tenía miedo de salir a la calle por la noche porque el que se encontrara con la criatura sobrenatural era atacado y golpeado por ella. Peor aún, el cuerpo caminante comenzaba a descomponerse. "El aire hedía cuando el fétido y podrido cuerpo pasaba, por lo que estalló una plaga y casi no hubo una casa que no estuviera de duelo". Finalmente, dos hermanos cuyo padre pereció por la plaga discurrieron un intrépidc plan: sacarían el cuerpo y lo quemarían. Esto requería mucho valor, pues el cuerpo podía moverse y no sabían lo que sería capaz de hacer. Además, exhumar un cuerpo, aun para una causa obviamente buena, era un acto muy pecaminoso, pero de todas formas lo hicieron.

"Y mientras pensaban que tendrían que cavar más profundo, de pronto dieron con el cuerpo, cubierto por una delgada capa de tierra. Estaba hinchado y apretujado con una corpulencia aterradora, y su cara estaba inflada y encarnada, con enormes mejillas rojas y el sudario estaba desgarrado".


U no de los jóvenes traspasó el cuerpo con una pala, "de inmediato brotó un chorro de tibia sangre roja, por lo que se dieron cuenta que se había alimentado de la sangre de muchos pobres". Quemaron el cuerpo y la plaga terminó. "Como el aire contaminado fuera limpiado por el fuego que devoró al ser infernal que había infectado la atmósfera".

Este relato se acerca a lo que ahora consideramos como vampirismo. Sin embargo, en el siglo XII la palabra vampiro era desconocida en Inglaterra. El vampirismo llegó a Inglaterra de Europa Central, pero se fundió con los viejos relatos de cadáveres que caminan que ya eran bien conocidos.

William tiene varios relatos de muertos que caminan que cuenta con un aire de absoluta sinceridad. Sin embargo, algunos de sus relatos son tan extravagantes que es lógico sospechar que está repitiendo un relato exagerado y lo sabe.

En una de sus narraciones un monje persigue con una pala por un castillo desierto a un muerto que camina. El muerto escapa brincando al foso.


En Rusia surgieron muchos relatos de muertos que caminan. La afamada ocultista Helena Petrovena Blavatzky contó el relato de un viejo y malvado gobernante ruso que se casó con una joven contra su voluntad. Él estaba loco de celos, y cuando estaba muriendo le advirtió que si se casaba de nuevo él regresaría de su tumba para atormentarla. Pero ella era una mujer todavía joven y el deseo superó al miedo, por lo que después de unos meses anunció su voluntad de casarse con el hombre que amaba desde antes de ser obligada a casarse con el viejo gobernante.

Esa misma noche se vio un carruaje salir retumbando del cementerio donde estaba sepultado el cuerpo del gobernante. Se aproximó a la residencia donde vivía su viuda, y al hacerlo, todos en la casa fueron agobiados por una sensación de letargo y se durmieron. El cadáver del gobernante bajó del carruaje, subió al cuarto ocupado por su viuda y procedió a golpearla y pellizcarla hasta dejarla llena de moretones.


Este mismo tratamiento fue repetido cada noche durante varias semanas hasta que la pobre mujer estaba casi muerta. Ni los soldados ni la intervención de un sacerdote pudieron detener el carruaje del gobernante muerto. Los que trataban de impedir su paso eran derribados por una fuerza invisible. Finalmente, las autoridades civiles y religiosas acordaron exhumar el cuerpo del gobernante y quemarlo.

Sólo entonces acabó el tormento de la viuda. Un cadáver que camina de este tipo, que se levanta de la tumba por su propia maldad, no debe confundirse con un zombie, que es un cuerpo reanimado por medio de la magia.

FUENTE: Enciclopedia de lo Sobrenatural.

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