viernes, 1 de marzo de 2019
Leyendas de conventos en la CDMX
1. La monja del convento de la Concepción
Empecemos por el antiguo convento de la Concepción. Esta es una de las leyendas de conventos en la CDMX más famosa. El edificio se encuentra ubicado en la esquina de Belisario Domínguez y República de Brasil en el Centro Histórico.
La leyenda dice que, por tiempos de la Colonia, existió una mujer llamada María Gil. Ella estaba perdidamente enamorada de un hombre de apellido Arrutia. Sin embargo, —como de telenovela— él solo se interesaba en ella por su fortuna familiar. Los hermanos de María se dieron cuenta y por eso se oponían a la relación.
Por dicha razón un día le ofrecieron una fuerte cantidad de dinero para que abandonara la ciudad y se olvidara de su hermana. Él aceptó y se fue a Veracruz, aquí es donde la cosa se pone fea. Tras su partida, María se la pasaba llorando todo el día. Sus hermanos decidieron ingresarla como monja al convento de la Concepción para “aligerar su tristeza”.
Sin embargo, María no soportó el sufrimiento y un día se ahorcó en un árbol de duraznos del Convento. Las monjas enterraron su cuerpo en el recinto e intentaron dejar atrás el horrible suceso. Pero, meses más tarde, algunas novicias del lugar comenzaron a ver la silueta del cuerpo colgado de María.
2. Los monjes del Desierto de los Leones
Este lugar fue decretado como Parque Nacional en 1917 —que, por cierto, está muriendo debido al ozono— y es un paraíso natural lleno de misterios. Su historia comenzó hace más de 400 años cuando fue elegido por los monjes de la Orden de los Carmelitos Descalzos para edificar ahí su convento.
En el camino entre la CDMX y Toluca, los monjes descubrieron un lugar sumergido en el silencio. Por eso le llamaron “desierto” a este sitio en medio del bosque, donde construyeron su convento.
Como todo lugar lleno de historia, el Desierto de los Leones también está lleno de leyendas. Se dice que en los pasillos del exmonasterio puedes escuchar lamentos de las víctimas de un terremoto que hubo en 1705 —aunque a nosotros nos deja muchas dudas—.
También algunas personas afirman que los espíritus de los monjes siguen ahí. Diiiiceeeen que en el comedor han visto sillas que se mueven solas y luces que se prenden y apagan. Además, aseguran que por las noches, el silencio del lugar se ve interrumpido por cantos y rezos que suenan de la nada.
Pero definitivamente el sitio más tenebroso del excovento es una serie de túneles que se encuentra debajo de la construcción. Estos túneles no solo están llenos de intenso frío y humedad, sino que todo está en completa oscuridad. El uso de vela o lámpara es obligatorio para recorrerlos. Aquí también se escuchan los rezos y lamentos de todos los monjes que pagaron ahí alguna penitencia.
3. Momias del exconvento del Carmen
Los chilangos también tenemos nuestras propias momias en el Museo del Carmen. Este lugar se ubica al sur de la CDMX y fue uno de los puntos al que llegaron los Carmelitos Descalzos para inaugurar el convento del Carmen.
Para 1861, por las Leyes de Reforma, los monjes tuvieron que abandonar definitivamente el lugar. Luego durante la Revolución Mexicana el lugar fue saqueado en búsqueda de tesoros escondidos. Sin embargo, lo que los revolucionarios encontraron no fue oro, sino 12 cuerpos bien momificados.
Algunas personas afirman que se pueden ver siluetas caminando por las calles empedradas cercanas al exconvento, quizá de los monjes o de las personas momificadas. También, vigilantes del lugar afirman que por las noches escuchan llantos y gritos que provienen del lugar donde están las momias.
4. Una Sor Juana que cobra vida
Quizá te preguntes por qué una escuela como el Claustro de Sor Juana está en nuestras leyendas de conventos. Eso es porque originalmente se fundó como el convento de Santa Paula de la Orden de San Jerónimo en 1586. Estaba destinado a las mujeres criollas, por eso Sor Juana pudo formar parte de él. De hecho, su cuerpo sigue ahí.
Desde 1979, el convento se convirtió en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Cerca de la entrada a la escuela —en el callejón de San Jerónimo— hay una estatua de la escritora.
Se dice que esta escultura cobra vida. La leyenda menciona que si un día se te ocurre pasar de noche solo por ahí, lo más probable es que sientas el aire pesado mientras escuchas un chasquido.
Se supone que ese ruido proviene de la estatua, pues se pone a tronar sus dedos mientras te observa. Así que hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, ¡corran por sus vidas!
5. Fantasma en la Hostería de Santo Domingo
La Hostería de Santo Domingo es el restaurante con más antigüedad en la CDMX. Desde 1860 es un lugar lleno de tradición e historia que se encarga de los sabores típicos de México, como sus famosos chiles en nogada.
Sin embargo, este lugar cuenta con un invitado paranormal que llega cada noche. Se dice que en las primeras horas de la madrugada aparece un monje que se pasea por el lugar.
Pero si la Hostería es un restaurante, ¿por qué la incluimos en estas leyendas de conventos? Porque la Hostería de Santo Domingo en un principio fue el convento de Santo Domingo de Guzmán.
Ahí habitaron varias generaciones de monjes dominicos. Se cree que el fantasma que aún ronda por sus pasillos es de uno de esos frailes, quien decidió quedarse a proteger un tesoro que está enterrado en algún lugar.
FUENTE: https://www.chilango.com
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