Los reyes magos, aquellos enigmáticos personajes bíblicos que llegaron de Oriente a Belén durante el nacimiento del niño Jesús, han trascendido las épocas convirtiéndose en motivo de celebración y curiosidad: no son pocos los científicos que han investigado el tradicional relato, llegando a novedosas conclusiones.
Una de ellas, por ejemplo, indica que además de los conocidos como Melchor, Gaspar y Baltasar existió un cuarto rey mago, llamado Arbatán. Esta teoría fue desarrollada por el astrónomo Mark Kidger, del Centro Europeo de Astronomía Espacial, quien indica que Arbatán se perdió en el camino y jamás llegó a Belén. Para Kidger, la desorientación del cuarto rey mago tiene sentido cósmico e histórico, ya que una semana antes la luna estuvo en conjunción con la estrella que Arbatán seguía como referencia, disminuyendo su brillo.
La naturaleza de aquella luz estelar que guió a los reyes magos, ya sean tres o cuatro, también ha suscitado diversas teorías; entre ellas, la más extraña sugiere que podría haber sido un OVNI. El ufólogo Reinaldo Ríos asegura que de ciertos textos de los evangelios apócrifos se desprende dicha conclusión: “Al llegar al lugar de la gruta, se pararon, y he aquí que ésta estaba sombreada por una nube luminosa. De repente, la nube empezó a retirarse de la gruta y brilló dentro una luz tan grande que nuestros ojos no podían resistirla”, es lo que se lee en el protoevangelio de Santiago, y que para Ríos coincide con lo que en ufología se conoce como Sendra, un túnel desde un OVNI. La presencia de ángeles en el pesebre, además, implica para el investigador la presencia inequívoca de extraterrestres en la escena del nacimiento de Jesús.
La naturaleza de aquella luz estelar que guió a los reyes magos, ya sean tres o cuatro, también ha suscitado diversas teorías; entre ellas, la más extraña sugiere que podría haber sido un OVNI. El ufólogo Reinaldo Ríos asegura que de ciertos textos de los evangelios apócrifos se desprende dicha conclusión: “Al llegar al lugar de la gruta, se pararon, y he aquí que ésta estaba sombreada por una nube luminosa. De repente, la nube empezó a retirarse de la gruta y brilló dentro una luz tan grande que nuestros ojos no podían resistirla”, es lo que se lee en el protoevangelio de Santiago, y que para Ríos coincide con lo que en ufología se conoce como Sendra, un túnel desde un OVNI. La presencia de ángeles en el pesebre, además, implica para el investigador la presencia inequívoca de extraterrestres en la escena del nacimiento de Jesús.
FUENTE: https://mx.tuhistory.com
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