Anne era una anciana solitaria, su familia había fallecido hace muchos años atrás en un accidente y no tenía a nadie que pudiera hacerle compañía. Quiso comprar un rompecabezas para mantenerse ocupada y olvidar que poco a poco la soledad la estaba consumiendo. Con el pasar del tiempo se fue haciendo adicta a los rompecabezas y terminaba uno diariamente, un día fue a la tienda y adquirió uno muy curioso, no tenía portada, no brindaba la información necesaria para descubrir la figura final y ella quería ese reto.
Llegó a su casa e hizo todos sus quehaceres para poder jugar sin ningún problema, se sentó en una de las sillas ubicadas en su salón de estar y comenzó a unir las piezas de aquel misterioso rompecabezas. A medida que iba colocando las piezas, empezaba a sentir una fuerte mirada detrás de ella, se escuchaban ruidos por toda la casa, pero algo le impedía levantarse de su asiento. La forma de rompecabezas le estaba ocasionando mucho miedo a la señora, tanto que empezó a temblar de manera involuntaria.
Se podía ver en ese rompecabezas el salón en donde ella se encontraba, parte de las escaleras, los muebles, incluso ella se veía reflejada, de manera concentrada y a su vez aterrorizada. Algo respiró en su nuca justo cuando colocó la última pieza, el acabado era horrible, había un hombre en la ventana de su casa observándola mientras terminaba de armar aquel juego de mesa.
Cuando se dio cuenta que podía moverse, salió de aquel salón y emprendió su rumbo a la habitación principal, quería tomar sus cosas para huir, pero la misma persona que aparecía en el juego, la tenía justo enfrente, mirándola de manera desquiciada con sus dientes puntiagudos al descubierto. Anne fue hallada muerta a la mañana siguiente, la policía encontró la casa totalmente desordenada, su cuerpo empapado en sangre y el rompecabezas exacto, sin embargo, no tenía una imagen para mostrar, estaba en blanco.
FUENTE: https://misterio.tv
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